Cartel de prohibido apostar en el Challenger Comunidad de Madrid
El tenis en Madrid queda embarrado por las apuestas deportivas: «Nunca vi algo igual»
Esta semana se está llevando a cabo el Challenger de Madrid, un torneo que da 100 puntos ATP al ganador y que cuenta con un cuadro de lujo
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Habrá muchos aficionados al tenis que no lo sepan, pero esta semana en Madrid se está jugando el Grand Prix by Mercedes Benz Open Comunidad de Madrid. Un torneo del ATP Challenger Tour que da 100 puntos al campeón —además de 20.630 euros— y 50 al finalista más 12.110 €. Es decir, un evento de lo más interesante para tenistas que no tienen ranking para estar disputando el Masters 1000 de Montecarlo, el gran torneo de esta semana.
El cuadro que presenta el torneo es de auténtico lujo, con un campeón de Grand Slam en liza, Marin Cilic, y tres ganadores de Masters 1000, Pablo Carreño, Borna Coric y el ya citado Cilic. Tenis de máximo nivel y lo mejor es que acudir al torneo, que se disputa en las pistas de tierra batida del Club de Campo Villa de Madrid, es completamente gratis. Cualquiera puede ir ahí y disfrutar de una buena jornada del deporte rey de la raqueta.
Visto así, y con el buen tiempo que ha hecho en la capital de España esta semana, parece difícil que algo pueda salir mal en este evento, pero lo cierto es que se está viendo totalmente embarrado por las apuestas deportivas. Bastantes de los 'aficionados' que están acudiendo al torneo lo hacen para apostar y además tratan de influir en el partido sacando de quicio a los tenistas.
Da igual el día que haya ido uno al torneo que en seguida se puede ver a multitud de apostadores pegados a sus teléfonos móviles mirando en qué partido pueden meter su dinero. Se está diciendo mucho que el ambiente es «espectacular» y en parte es cierto, con gradas bastante llenas y la gente metida en el encuentro, el problema es que el principal motivo de esto son las apuestas. Ánimos a un jugador —algo perfecto— pero insultos al otro.
«Nunca vi algo igual», comenta un tenista que ha estado esta semana jugando el Challenger de Madrid —el único junto al de Bratislava que se juega en una capital europea— y que se ha marchado del torneo decepcionado. Su problema, y por lo que no quiere hacer público su malestar, es una posible sanción de la ATP, lo que le pasa a varios de los tenistas con los que se ha puesto en contacto El Debate.
Felices por el trato de la organización, contentos de estar en Madrid, pero bastante molestos con los aficionados que acuden al torneo, pues muchos de ellos simplemente van a hacer ruido y se comportan como ultras en su intento por ganar algo de dinero con las apuestas deportivas. Una actitud reprochable y más en un deporte como el tenis, donde el respeto y el silencio en cada punto es imprescindible.
Las apuestas y el tenis
Esto que ha ocurrido en Madrid, a dos semanas de que comience el Masters 1000 de Madrid, no es en el único torneo que sucede. Sin ir más lejos, la semana pasada en Nápoles ocurrió algo muy similar, con todas las instalaciones llenas de apostadores vigilando a los tenistas. «Siempre es igual y estamos acostumbrados, pero lo de Madrid ha sido exagerado», comenta otro jugador del torneo explicando que se monta un ambiente de Copa Davis en cualquier partido porque los espectadores han metido dinero a uno u otro tenista. «Hasta cambian de jugador al que animar de un momento a otro», explica.
Y es que el tenis, que es algo de lo que han hablado en muchas ocasiones los jugadores, se financia en gran parte gracias a las apuestas. Por un lado, hay torneos que directamente los patrocinan casas de apuestas, lo que es una contradicción porque luego en las instalaciones está prohibido apostar.
Por otro, en los torneos menores la ATP, la WTA y la Federación Internacional de Tenis (ITF) tienen vendidos los marcadores en directo, lo que permite que se pueda apostar a cualquier partido, sea del nivel que sea, en directo. Una mina de oro para las casas de apuestas y una gran ayuda económica al tenis, donde solo las 100 mejores raquetas del mundo tienen una buena vida. El resto necesitan de los torneos pequeños, donde no es fácil recaudar dinero para hacerlos rentables.