Una botella de champán provoca el enfado de Alcaraz y el momento más surrealista de la final de Wimbledon

La gran final de Wimbledon entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner estaba transcurriendo con toda la normalidad del mundo. El murciano se llevó la primera manga por 6-4 y en el segundo las cosas se ponían algo más favorables para el tenista italiano.

Hasta aquí todo bien. El problema vino cuando con 1-2 y ventaja al saque para Sinner, un espectador decidió tener su cuota de protagonismo abriendo una botella de champán desde la grada, lo que provocó que el corcho de la misma se fuera dirigido hacia la pista.

Esa decisión no le sentó nada bien a Alcaraz. El murciano levantó los brazos en señal de disconformidad, Sinner se agachó para darle el corcho de la botella de champán a la recogepelotas que estaba en su lado de la pista y la jueza de silla, la británica Alison Hughes, procedió a dar un aviso desde su posición en la pista.

«Por favor, no abran botellas de champán cuando el jugador está a punto de sacar», dijo la jueza de silla. La situación fue cuanto menos surrealista. Nunca se había vivido algo así en Wimbledon, un torneo que suele cuidar al máximo todos los detalles y que cumple a rajatabla con el protocolo.

Se desconoce el motivo por el cual el espectador/a en cuestión tomó esa decisión, pero lo que sí se sabe es que Wimbledon permite introducir alcohol en los partidos del Grand Slam británico, aunque con cantidades limitadas. Las botellas de champán o vino no pueden superar los 750ml y las latas de cerveza o aperitivos premezclados como el Pimms, una especie de tónica mezclado con ginebra, deben de ser como máximo de 500ml.