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Jannik Sinner y Carlos Alcaraz, tras la final de Wimbledon

Jannik Sinner y Carlos Alcaraz, tras la final de WimbledonEFE

La gran obsesión que tiene Sinner con Alcaraz que le ha ayudado a ganarle en Wimbledon

jannik Sinner y Carlos Alcaraz son ahora mismo las dos grandes caras del tenis masculino. Después de una rivalidad de más de una década entre Roger Federer, Novak Djokovic y Rafa Nadal, han llegado un español y un italiano para dominar con puño de hierro el tenis mundial. Nadie, ni siquiera Nole, parece estar en disposición de disputarles alguno de los grandes títulos.

Prueba de ellos es que todos los Grand Slams del año pasado y los tres que llevamos esta temporada han ido a parar a manos de Alcaraz o de Sinner. El español se llevó el curso pasado Roland Garros y Wimbledon y este curso repitió corona en París. Por su parte el transalpino consiguió el Open de Australia y el US Open en 2024 y esta campaña ganó de nuevo en Melbourne y ha levantado su primer Wimbledon. Son los dos claros dominadores y se están empujando a ser cada día mejores.

Ahora bien, lo cierto es que en estos dos últimos años Sinner ha mostrado una mayor regularidad, lo que le ha llevado a ser el número 1 indiscutible y, pese a que llevaba cinco derrotas seguidas ante Alcaraz –sin contar la de exhibición del Six Kings Slam que ganó el italiano– la realidad es que Sinner cada vez parece más difícil de ganar para todos. Tiene un 'modo robot' muy complicado de parar y en Wimbledon consiguió tumbar a su bestia negra.

Todo esto tiene una explicación y es que Sinner parece que ha encontrado la manera de ganar a Carlitos. Lo descubrió en Roland Garros, donde tuvo el partido ganado con tres pelotas para levantar la Copa de los Mosqueteros, pero inexplicablemente el murciano remontó y evitó un problema que ha llegado un mes más tarde. El italiano tiene la receta porque está obsesionado con batir a su máximo rival.

Análisis constante de Alcaraz

Tras la final de Wimbledon, Darren Cahill, entrenador de Sinner, habló sobre esta rivalidad y del paso adelante que ha dado su pupilo. «La rivalidad es real. Está ahí. Y esperemos que siga ahí y sea real durante los próximos 10 o 12 años», comentó el australiano, feliz de que Sinner cortara la sangría de tres finales seguidas perdiendo ante Carlitos.

Tal fue su alegría que hasta se atrevió a reconocer la obsesión que tiene Sinner con ser mejor que Alcaraz, pues le analiza día a día para saber cómo atacarle: «Carlos es un jugador clave, y ambos se están impulsando mutuamente. Yo diría que Jannik ve más partidos de Carlos que cualquier otra persona porque está fascinado con las mejoras que está experimentando su juego y nos presiona como entrenadores para asegurarnos de que él también esté mejorando como tenista».

Darren Cahill, entrenador de Jannik Sinner, en la final de Wimbledon

Darren Cahill –en el centro de la imagen–, entrenador de Jannik Sinner, en la final de WimbledonAFP

Una vez que el transalpino ha logrado el objetivo de ganar en un gran escenario a Alcaraz, el murciano tendrá que volver a responder. Lo tendrá que hacer además en la peor superficie para él, la pista rápida, unas condiciones donde Jannik se encuentra mucho más cómodo, por lo que el murciano deberá dar un poco más de sí mismo para volver a ganarle en Nueva York, donde ya le derrotó en en 2022.

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