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06 de mayo de 2024

Manifestantes durante una protesta contra el expresidente, Abdelaziz Bouteflika, en marzo de 2019

Manifestantes durante una protesta contra el expresidente, Abdelaziz Bouteflika, en marzo de 2019GTRES

Crisis energética

Argelia deja de ser el principal proveedor de gas de España

El país lleva dos meses sin enviar un solo buque con gas a España. El Gobierno busca en Estados Unidos y Nigeria la alternativa al gas argelino

Argelia ha dejado de ser el principal proveedor de gas de España. Durante los dos primeros meses de 2022, ni un solo buque metanero descargó gas natural licuado (GNL) en los puertos españoles, renunciando así al compromiso al que Argel llegó con Madrid tras el cierre del gasoducto Magreb-Europa.
El pasado 1 de noviembre de 2021, el gobierno de Abdelmadjid Tebboune bloqueó el suministro de gas a través de la tubería que conecta los yacimientos que el país gestiona en sus territorios del Sáhara con Tarifa, a través de Marruecos. La decisión se produjo tras la ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambos países del norte de África.
Tras ello, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera y el Gobierno argelino acordaron el envío masivo de GNL a España vía marítima. Un compromiso que, según los boletines estadísticos del gas publicados por Enagas, no se ha cumplido ni en enero, ni en febrero de 2022.
Durante los dos primeros meses del año, España ha dejado de importar un 31 % del gas, con respecto al mismo periodo del año anterior. En su lugar, la llegada del GNL estadounidense se ha multiplicado por más de seis en tan solo un año. Algo que ha convertido a Washington en el principal proveedor de gas natural de España. En tan solo dos meses, Estados Unidos ha pasado a enviar el 34 % de todo el gas consumido, Argelia por su parte tan solo manda un 24 % del total.
Un vacío que no solo ha comenzado a reemplazarse con GNL estadounidense. España ha elevado sus importaciones de gas nigeriano. El país de África Occidental se ha convertido en el tercer suministrador con envíos que superan el 17 % de todo el gas que llega a la península.
Al margen quedan las connotaciones que el viraje de España sobre el Sáhara Occidental podrían tener sobre el gas procedente de Argelia. La caída de sus importaciones durante los últimos meses han conseguido minimizar los efectos que una posible crisis con Argel pudiera tener sobre el abastecimiento español, pero la mayor dependencia del GNL transportado a través de buques encarece el suministro. La enorme infraestructura necesaria para traer la energía en estado líquido, y el proceso para transformarlo en gas natural, disparan los costes con respecto al envío a través de gasoducto.
Un alza de los precios, que impide a España cortar el amarre que le ata a Argel. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, volvió a calificar a Argelia como un socio «muy importante» para España. La también ministra de Asuntos Económicos aseguró que el país va a seguir proporcionando a España estabilidad en el suministro del gas, pese a que el Gobierno argelino haya expresado su «sorpresa» por el apoyo del Ejecutivo español al plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental.

La guerra en Ucrania podría enfrentar más a Argelia y Marruecos

Por otro lado, destacan las alianzas geoestratégicas de los dos países involucrados en el conflicto del Sáhara, tensiones que mantienen a España como rehén de una larga batalla diplomática. La guerra en Ucrania podría trasladarse al norte de África. El litigio entre Marruecos –socio de Estados Unidos– y Argelia –aliado militar de Rusia– podría convertirse en un spin off de la pelea internacional que juegan el Kremlin y la Casa Blanca con Kiev como telón de fondo.
«La situación en el Sáhara se ha vuelto mucho más inestable que hace seis meses, si Estados Unidos y Rusia empiezan a tirar de la cuerda a través de Marruecos y Argelia, esto puede estallar, afectando a la energía», asegura en declaraciones a El Debate Antonio Marquina, Catedrático de Seguridad y Cooperación en las Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid.

La vía para independizarse del gas ruso

En paralelo, la Unión Europea continúa dando pasos hacia su independencia parcial del gas ruso. La gran empresa estatal de Qatar, Qatar Energy, anunció este lunes el avance en las negociaciones con Alemania. Su objetivo es convertirse en uno de los principales proveedores de gas a Berlín.
«Las dos partes acordaron que sus respectivas entidades comerciales volverán a participar y avanzarán en las conversaciones sobre los suministros de GNL a largo plazo de Catar a Alemania», detallaba el comunicado, publicado en la página web de la compañía energética dominada por el emir Tamim Al Zani.
El posible acuerdo cuenta con la bendición del presidente Joe Biden. Su administración fomentó el clima que ha permitido al ministro de Economía y Clima germano, Robert Habeck, sentarse en Doha con su homólogo catarí.
Qatar lleva años invirtiendo en la producción de GNL. Genera 77 millones de toneladas que cada año surcan el mar a bordo de buques. Una producción que –meses antes del conflicto– las autoridades del país aprobaron multiplicar de cara al 2027. Para la fecha, el Gobierno catarí quiere que de sus pozos de exploración se extraigan más de 126 millones de toneladas de gas.
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