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16 de mayo de 2024

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa RiberaAlberto Ortega - Europa Press

Crisis energética

Izquierda y derecha, unidas en el rechazo del tope del gas

La que se presumía como una medida captadora de votos y de alivio para los consumidores siembra dudas a uno y otro lado del arco político por diferentes motivos

Una de las grandes preguntas sin resolver sobre el tope del gas era cómo se pagaría a las eléctricas el desfase entre lo que les cuesta producir el gas y el límite de 50 euros por megavatio/hora al que finalmente se ha decidido que se adquirirá en el mercado mayorista, según se ha acordado con Bruselas. Algunas fuentes cifraban la factura en unos 5.000 millones para las empresas. La ministra Teresa Ribera ya dijo antes de Semana Santa que no se les compensaría a través de los Presupuestos. Ayer concretó que la abonarán los consumidores.
La decisión es muy decepcionante. Se había ilusionado a los ciudadanos al concluir que la rebaja a 50 euros el megavatio/hora supondría rebajar el precio de la luz a 120-140 euros el megavatio/hora desde los 200 euros el megavatio/hora actuales. La aclaración de la ministra constata que la rebaja de ahora la acabaremos pagando en la factura de la luz en el futuro. Previsiblemente, se añadirá al famoso déficit de tarifa que abonamos desde hace muchos años.
Aunque en general hay grandes esperanzas con la medida, la noticia sobre el tope del gas ha producido reacciones contrarias en la derecha y en la izquierda. El economista Daniel Lacalle, más cercano a la ideología liberal y de derechas, advertía desde primera hora de ayer lo que luego se confirmó: «La compensación a las generadoras de gas por el tope de gas la pagaremos todos los consumidores de energía. Se añadirá un recargo en el recibo de la luz de todos para pagar las subvenciones a gasistas. La luz subirá para el 85 % de los consumidores».
En el otro lado ideológico, Rubén Sánchez, de Facua, decía: «Con el tope al gas seguiremos recibiendo facturas infladísimas, que para el usuario medio estarán muy por encima de los 100 euros, algo que no había ocurrido nunca hasta hace 7 meses. Sí, el acuerdo con Bruselas es un triunfo. Para el lobby de las eléctricas».
Frente a parches intervencionistas como el del tope del gas, la patronal del gas (Sedigas) proponía a principios de mes bajar los impuestos del gas del 21 % al 10 %, como se ha hecho con el IVA de la electricidad, y se ofrecía al Ministerio para buscar mecanismos para que el precio del gas impacte menos en los consumidores. De momento, no le han hecho caso.
Otros, como el Colegio de Geólogos, sugieren aprovechar los recursos disponibles en España (reservas de gas de hasta setenta años, según una investigación) y mejorar la legislación en torno a técnicas como el fracking. Hoy está prohibido y nos permitiría ser menos dependientes del gas de otros países, siempre que se extrajera del modo medioambientalmente oportuno.
Más allá de parches, lo que reclaman expertos como José María Martínez-Val es que se desarrolle un plan energético coherente con nuestras posibilidades, serio y a largo plazo.
El problema es que, como cuenta en la entrevista que hay sobre estas líneas, parece que ni la ministra ni en el Ministerio cuentan con la preparación suficiente.
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