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En España hay 88 millones de tarjetas entre crédito y débito

En España hay 88 millones de tarjetas entre crédito y débito

Datos del BCE

El desenfreno del uso de tarjetas de crédito llega a cifras de 2008

Su empleo ha aumentado hasta los 40 millones y se espera que supere las cifras de la última crisis inmobiliaria

Juntarse en casa con hasta siete tarjetas de crédito o de débito es habitual. Con tener dos cuentas en los bancos y una hipoteca, la llegada de estos plásticos se duplica hasta los 88 millones que circulan por toda España en 2022.

El crédito es un aliado peligroso en los tiempos de crisis económica, más aún con la inflación por las nubes superando ya el 7 %. Los avisos desde el BCE son mediante subidas de tipos para evitar que se pidan cualquier tipo de créditos y que se inflen los precios.

Más crédito

Los datos del Banco de España detallan que cada vez se usan más las tarjetas de crédito y menos las de débito. Es más, muchas aplicaciones o pagos online no permiten el pago a débito.

A junio de 2022 en España había casi 41 millones de tarjetas de crédito, eso es un 7 % más que en el mismo periodo de 2021 y un 15 % superior a 2008. La cifra viene subiendo desde finales de 2018 cuando el año se cerró con casi 37 millones de plásticos.

El débito cae casi un 3 % hasta los 47,5 millones de tarjetas expedidas hasta junio de 2022, un dato que contrasta con el aumento de este tipo de pago desde 2015 en adelante.

En el informe del Banco de España destaca un nuevo ataque a las tarjetas revolving. Un crédito infinito a un interés muy alto que desde el organismo han calificado de «crédito rotativo equiparable a un crédito permanente».

Impagos

Si hay más tarjetas, hay mucho más uso de ellas. La pandemia ya disparó el pago, pero ahora se ha triplicado respecto a 2008. El año 2021 se cerró con 6,1 millones de operaciones y casi 200.000 millones de euros de movimientos. En junio de 2022 la cantidad supera los 100.000 millones de euros. Su uso ha subido un 23 % y los importes pagados, un 25 %.

Los bancos ya se han aprovisionado ante un posible escenario de impagos. Los números, de momento, no son dramáticos. La morosidad subió un punto en agosto, hasta el 3,86 %, y la previsión es que no vaya a más porque los nuevos criterios para los préstamos o las hipotecas son muy duros para disuadir a la gente.

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