Oficina del SEPE en Madrid.
El paro real ha crecido un 3,4 % sobre diciembre
No podemos permitirnos la falta de ética y la carencia de escrúpulos a la hora de tergiversar los datos que existen desde hace muchos años y que ningún gobierno hasta ahora se había planteado falsear
Hasta que a Yolanda Díaz le dé por publicar los datos oficiales de paro, creo que va a seguir llevándose tal cantidad de críticas que no le quedará otro remedio que dejar a los funcionarios del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) que saquen sus datos para que, en lugar de elucubraciones, volvamos a la realidad.
Hoy voy a sacar otra manera de calcular el paro, para que así la ministra se sienta ya «acosada por los números».
El acoso numérico, todavía no ha sido incluido en el código penal, pero en cualquier momento pueden decidir que hasta los números son más molestos que cualquier tipo de manifestación oral o gestual.
Así que mientras colocar números en la cara de las ministras no esté penado con cárcel, prometo seguir haciendo uso de mi técnica para mostrar la inutilidad de sus cálculos falsos, cuando haya gente que se subleva contra los intentos de falsificar la realidad.
No podemos permitirnos la falta de ética y la carencia de escrúpulos a la hora de tergiversar los datos que existen desde hace muchos años y que ningún gobierno hasta ahora se había planteado falsear.
Por lo tanto, cogiendo los datos oficiales que publica el Ministerio de Trabajo a través del SEPE, he tomado los datos en base a los informes de Demandantes de empleo, paro, contratos y prestaciones por desempleo.
De este informe lo primero que he buscado es cuánta gente está demandando trabajar, porque esos que demandan trabajar significa que no están a gusto en su trabajo o están en paro.
La siguiente cifra a buscar es cuantos son los que, estando ocupados, demandan trabajo porque no se encuentran satisfechos en donde trabajan y quieren encontrar otro empleo.
La diferencia entre todos los que buscan empleo y los que están ocupados es lo que he dado en llamar paro real, porque es la realidad de nuestra economía.
Y a continuación lo que he hecho es colocar los números divididos entre hombres y mujeres, tal y como los califica el SEPE y estos son los datos que tenemos en diciembre de 2022 y en febrero de 2023.
En diciembre de 2022 teníamos a 4,4 millones de personas en España buscado trabajo de los cuales hombres eran 1,8 millones y 2,6 millones, mujeres. Esto significa que el 59% de los demandantes de empleo eran mujeres, frente al 41% que son hombres.
Por otro lado, había 1,1 millones que estaban ocupados que querían cambiar de trabajo, 0,5 millones de hombres y 0,6 millones de mujeres.
Eso nos daba un paro resultante, o real, de 3,3 millones de parados, que se repartían entre 1,3 millones hombres y 2,0 millones que eran mujeres, o sea, que, salvo décimas, seguíamos en los mismos porcentajes de paro.
Dos meses después, en febrero de 2023, la situación había cambiado ligeramente.
El número de personas que buscaban/demandaban trabajo había subido a 4,6 millones de personas, repartidos de una forma muy similar a diciembre del 22. Teníamos 1,9 millones de hombres demandantes de empleo y 2,7 millones de mujeres.
Así la cifra de demandantes de empleo ha crecido en 146.484 personas, mientras que la de ocupados ha crecido solo en 32.585 personas.
Todo esto nos lleva a que la cifra de parados reales se ha incrementado en solo dos meses en 113.899 parados, que supone un crecimiento del paro del 3,4 %.
Pero este crecimiento del paro es absolutamente desigual, sube en 35.170 parados, mientras que lo hace en 78.729 paradas más, lo que implica que el paro en los hombres crece un 2,6 %, mientras que en el caso de las mujeres lo hace un 4,0 %.
Esto nos lleva a que mientras en diciembre el desempleo femenino, suponía un 58,9 %, pasa, dos meses después, a suponer un 59,6 %, mientras que en el caso de los hombres baja de ser el 41,1 % al 40,4 %. En dos meses más, el paro femenino será del 60 %.
Paridad de 60/40
¿Son correctas estas cifras? Desde el punto de vista matemático son impolutas, desde el punto de vista racional son ciertas y desde el punto de vista emocional son muy preocupantes. Pensar que en el paro nos encontramos con estas diferencias de 60/40, me hace pensar que el Ministerio de Igualdad se dedica a temas exclusivamente sexuales en lugar de dedicarse a que el paro se redujera de forma sustancial y, en el caso de las mujeres, a que tuviesen mayor oportunidades.
Que pena da ver al Gobierno de mi país completamente desbordado por un ministerio de exclusión sexual, por otro que es más discontinuo que fijo en su trabajo, por un ministerio de recaudación rapaz y usurero, y por otro que sigue sin acertar ni una previsión. Y recuerdo que el INE, en primera página, pone que el crecimiento del 2022 fue de un 2,7 % y por una presidencia que tiene que tapar el olor a podrido que viene desde su partido.
Y mientras el paro ya en 3,4 millones de parados mirados por la cara y cruz de diferentes métodos de cálculo, con una inflación subyacente en casi un 8 %, por una deuda que sube hasta cifras nunca vistas, por un PIB estancado en el 2019 y por una renta per cápita que se paró en 2005. Bonito panorama es el que ha dejado la ministra del sexo yéndose a Nueva York.
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