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03 de mayo de 2024

Un hombre trabaja en una obra en Madrid.

Un hombre trabaja en una obra en MadridEP

El salario medio español equivale al 37,2 % de la productividad

Somos el país que más puntos porcentuales ha perdido de esta variable entre 2017 y 2022

Los bajos niveles de productividad en nuestro país están poniendo en jaque la mejoría de la tasa de paro y afiliación a la Seguridad Social. El grupo Adecco ha publicado un interesante informe en el que aborda la remuneración media desde diferentes perspectivas como la relación que el salario medio tiene con variables como el PIB per cápita o la productividad media.
Según el IX Monitor Anual Adecco sobre Salarios, la retribución media española como proporción de la productividad media ha caído al undécimo puesto desde el sexto de un año anterior y el SMI de España es el octavo mayor en proporción con el salario medio de toda la UE.
«En países con un crecimiento de la productividad y altas tasas de empleo, los aumentos del salario mínimo interprofesional son una excelente noticia, pero este no es el caso de España», señala Javier Blasco, director de The Adecco Group Institute.
«Las subidas salariales deberían ir acompañadas de medidas que impulsen la productividad de las empresas. En términos de retribución, las empresas deben evitar aumentos indiscriminados y lineales de los salarios, y en su lugar, basarse en modelos que valoren la contribución individual a través del logro de objetivos», añade.
La relación entre el salario medio de España en 2022 –1.822 euros mensuales– y el PIB per cápita es del 78,5 %, la cuarta proporción más alta de la UE por detrás de Alemania, Italia y Francia. Sin embargo, si lo comparamos con el valor de la producción, el salario medio tan solo equivale al 37,2 % de la productividad, entendida como PIB real por persona ocupada.
El informe destaca que esa evolución de la productividad es la que genera dudas acerca de la sostenibilidad de los actuales niveles salariales en España: somos el que más puntos porcentuales hemos perdido de esta variable entre 2017 y 2022. De hecho, en los últimos diez años se observa una brecha entre el crecimiento de los salarios y el crecimiento de la productividad en los países de la UE.
Blasco explica que «un descenso de la productividad significa que, para alcanzar un mismo nivel de producción, hacen falta más ocupados. O, de forma alternativa, que una misma plantilla produce menos que antes. Para aumentar los salarios sin que estos estén respaldados por una mayor producción, se debe hacer a costa de reducir los márgenes comerciales».
«Esto último, a su vez, implica menor capacidad de inversión, lo que dificulta la recuperación de la productividad, configurándose de esa forma una suerte de círculo vicioso. En términos más simples: sin un incremento de la productividad, los aumentos de salarios son insostenibles», concluye.
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