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Un trabajador realiza labores de mantenimiento en Achondo, Vizcaya.

Un trabajador realiza labores de mantenimiento en Achondo, VizcayaEP

El mito del 'oasis' vasco: por qué siempre lidera las estadísticas de absentismo

Existe una vinculación entre la fuerza de los sindicatos pero también el grado de desempleo, según los expertos

El absentismo laboral es uno de los males más temidos por el empresario. Tiene un impacto en la economía española de hasta 42.000 millones de euros, el equivalente al 3,2 % del PIB. Y una región, el País Vasco, repite trimestre tras trimestre al frente del indicador.

La tasa de absentismo se calcula al dividir las horas no trabajadas por motivos ocasionales entre las horas pactadas efectivas, que incluyen las extraordinarias menos las horas no trabajadas por vacaciones y festivos. En el segundo trimestre ha ascendido al 6,7 %, dos puntos porcentuales más que en el mismo periodo del año anterior, según The Adecco Institute, que acaba de publicar su informe trimestral sobre absentismo, siniestralidad laboral y enfermedades profesionales. Respecto al absentismo por incapacidad temporal, la cifra ha aumentado un punto hasta el 5,2 %.

Este estudio no solo pone de manifiesto que, frente al mito del andaluz vago, el País Vasco es tradicionalmente la región con mayor porcentaje de 'escaqueados'. También ayuda a desterrar algunos sesgos. Por ejemplo, la industria (7,1 %) tiene un absentismo mucho mayor que la construcción (5,1 %).

Javier Blasco, director del Adecco Institute, explica que, si bien la industria es un sector con mayor peligrosidad que otros, hay otros factores que influyen, como los socioeconómicos de cada región. «Los informes de la OCDE llevan años mostrando la relación entre los niveles económicos, académicos, tamaños de empresa o tasa de desempleo en el absentismo», apunta.

Por ejemplo, las comunidades con más paro mostraron una tasa de absentismo menor que otras, mientras que aquellas donde los sindicatos tienen mayor fuerza, la tasa aumenta. «El absentismo está muy relacionado con la sensación de protección del trabajador», añade Blasco.

Por actividades, la tasa de absentismo más alta fue para asistencia en establecimientos residenciales, con un 11 %; transporte marítimo y por vías navegables interiores (10,9 %) y coquerías y refino de petróleo (10,5 %). Por el contrario, las que mostraron un nivel más bajo fueron las actividades artísticas (3,1 %), las jurídicas (3,5 %) y las relacionadas con el empleo (3,8 %).

En cuanto a la siniestralidad laboral, la incidencia se situó en 218 accidentados por cada 100.000 trabajadores en jornada de trabajo (-7 % interanual) y en 34 in itinere (+5 % interanual). En cuanto a la gravedad de los accidentes en jornada de trabajo, el 99,2 % son de carácter leve. Los accidentes mortales en jornada de trabajo representan apenas el 0,1 %.

Entre 12.400 y 42.000 millones

¿En qué se traduce este absentismo? En 2022, y según datos de la EPA, hubo una media de 16,8 millones de asalariados con un absentismo promedio de 113,1 horas por trabajador. Así, se puede estimar que se perdieron 1.896 millones de horas. De acuerdo con los cálculos de Adecco, el coste bruto de ese tiempo perdido fue de 42.000 millones, el equivalente al 3,2 % del PIB.

No obstante, los autores del estudio señalan que, si bien se muestra una tendencia ascendente, no todo el absentismo es eliminable. Por ello, estiman que el coste del absentismo «excesivo» llegaría a los 12.400 millones de euros.

«Aunque no todo el absentismo sea reducible, un recorte del mismo del 30 % resultaría en un ahorro considerable para la economía, mejorando la productividad, la competitividad y, por lo tanto, la actividad económica, la inversión y el empleo», concluyen.

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