Un trabajador limpia una carretera de Lugo.
El mercado laboral ya peina demasiadas canas: se dispara el número de ocupados mayores de 55 años
En apenas quince años, los trabajadores sénior han crecido un 78 %
Un mercado laboral cada vez más envejecido en el que los trabajadores sénior, de edad comprendida entre los 55 y los 69 años, tendrán una importancia decisiva en el futuro de nuestra economía. Es una de las conclusiones del III Mapa de Talento Sénior elaborado por la Fundación Mapfre y que demuestra la necesidad de implantar herramientas de cooperación intergeneracional para mejorar la competitividad de nuestro país.
Entre 2008 y 2022, la población de entre 16 y 29 años ha caído en un millón y medio de personas, lo que ha supuesto un descenso en la ocupación de este tramo de edad del 37 %. Por el contrario, la población sénior ha pasado en el mismo periodo de 6,8 a 9,1 millones y la ocupación casi se ha doblado del 11,4 % del total de 2008 al 20 % del pasado año, un 78 % más.
«La merma [de la población juvenil] no es causada solo por el desplome de la natalidad, sino quizás también por la emigración de trabajadores cualificados, el fracaso escolar y la situación del mercado laboral», señala el informe, que añade que «la caída podría haber sido aún más intensa de no ser por la inmigración, ya que entre 16 y 29 años se contabiliza algo más de un millón de extranjeros».
Lo fascinante es que ambos grupos han aumentado las cifras de desempleo. Si en 2008, la tasa de desempleo entre los jóvenes se encontraba en el 18,5 %, en 2022 cerró con el 23,6 %, mientras que en el caso de los sénior pasó del 6,9 % al 10, %, con 313.500 personas más en las colas del INEM. Además, el paro entre los mayores de 55 es mucho más grave ya que la mitad lleva dos años o más en situación de desempleo, mientras que la mitad de los jóvenes lleva menos de seis meses.
También se observan grandes diferencias en el emprendimiento. Apenas hay 189.000 autónomos menores de 29 años, mientras que 977.000 tienen más de 55, casi un tercio del total de trabajadores por cuenta propia.
Industria del envejecimiento
Los autores del estudio apuestan por la utilización del envejecimiento como una nueva industria de prestación de bienes y servicios que genere riqueza y empleo para las cohortes más jóvenes. Por ello, reclaman «un nuevo régimen fiscal amistoso basado en la seguridad jurídica» que permita atraer mayor talento sénior a nuestro país, así como el fomento de la jubilación activa.
«Un nuevo sector económico a medio camino entre el turismo, los servicios –como el ocio y los cuidados– y la construcción. De ese modo, podría diseñarse una oferta imbatible para atraer a los séniores de todo el mundo a nuestro país. Florecerían nuevos trabajos con nuevos bienes y servicios para mayores y jóvenes que permitirían que muchos españoles encuentren empleo en esta industria que tiene asegurada el crecimiento fruto de la demografía», concluye el informe.
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