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Las marcas blancas devoran a Danone, la última empresa que abandona Cataluña
La planta de Parets del Vallès es una de las más emblemáticas del municipio y da trabajo a unas 200 personas
Se venden menos yogures de la marca Danone porque se venden más de marcas blancas. Ese el motivo oficial del cierre de la emblemática planta Parets del Vallès de Danone de 51.000 metros cuadrados y donde trabajaban unas 200 personas.
En 2022 celebró su 40 aniversario con una inversión de 22,7 millones de euros para transformarla en la única planta híbrida que producía tanto lácteos como alternativas vegetales.
En Parets se fabricaron los primeros productos Danacol y fue la planta donde se probó el Actimel
En Parets se fabricaron los primeros productos Danacol, contra el colesterol, y fue la planta donde se probó el envasado Actimel meses antes de ponerlo en el mercado. Hasta ahora elaboraba 80.000 toneladas cada año de Activia, Oikos, Vitalinea y Alpro, con un 23 % de su producción rumbo a más de 10 países de Europa.
Marcas blancas
Fuentes sindicales se apresuraron a decir que el cierre se debe a una caída de ventas importante debido al auge de las marcas blancas, más baratas y más elegidas por los consumidores en tiempos donde la cesta de la compra se ha disparado.
No es la primera planta que cierra Danone en España. Hace pocos meses traspasó la de Asturias a otro fabricante, como pretende hacer con la de Parets del Vallès para fomentar la «reindustrialización». En 2013 cerró la planta de Sevilla y redujo su producción a Tres Cantos (Madrid) y Valencia más sus embotelladoras de agua en Gerona, Guadalajara y Granada.
La huida de empresas de Cataluña a otros puntos de España que se sucede desde el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, vive días intentos después de Junts haya obligado al Gobierno a modificar normas para exigir la vuelta de las que se fueron, incluso con posibles sanciones si se niegan a hacerlo.
Ignacio Garriga, secretario general de Vox y diputado en Cataluña opinó en X sobre el cierre asegurando que: «Las pésimas políticas ideológicas y la incompetente administración del separatismo sólo ha traído decadencia».
Ni la empresa ni los sindicatos han culpado a la inestabilidad jurídica que se vive en España y, en concreto en Cataluña, del cierre, pero se suma a las 8.000 empresas que no han querido seguir en esta comunidad autónoma después del 1O.
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