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07 de mayo de 2024

Oficinas de Astara.

Oficinas de Astara, división de automoción de Bergé

Bergé: el monstruo que frenó su salida a Bolsa por los líos accionariales

La ausencia de recursos que traería puede ser un problema teniendo en cuenta que la deuda de la compañía a corto plazo se ha triplicado

El grupo Bergé y Cía es un monstruo que nació en Bilbao en el año 1871 y que ha ido creciendo hasta consolidarse en un gigante que facturó casi 5.000 millones de euros a cierre del año 2022 (último año disponible) y ganó cerca de 300 millones de euros. La empresa fue creada por las familias Gorbeña, Enciso y Bergé y surgió en torno a la marina mercante, el motor de vapor, el hierro y el acero.
Hoy Bergé manda en dos sectores clave de la economía: la automoción y los servicios logísticos. Está presente en veinticinco países y cuenta con dos líneas de negocio: Bergé, dedicada a los servicios logísticos intermodales, y Astara, antigua Bergé Auto. Bergé trabaja en todos los puertos de España y tiene presencia en México, Colombia y Perú, y Astara vende y/o alquila automóviles de treinta marcas en veintitrés países.

Desde sus inicios, Bergé ha vendido o alquilado más de tres millones de vehículos en los países en donde actúa

Desde sus inicios, Bergé ha vendido o alquilado tres millones de vehículos. Ahora su división de coches, Astara, ha ampliado todo su negocio a la movilidad, y la idea era que saliera a Bolsa el 28 de abril, hasta que sus responsables han decidido frenar el proceso esta semana.
Según informaba El Confidencial, la decisión se tomó por acuerdo de los tres socios principales. Un tercio del capital de Bergé está en la actualidad en manos de la rama Bergé-Enciso, otro 33 % lo poseen los Gorbeña y un 9 % se reparte entre los Ampuero (accionistas tradicionales de BBVA), los Real de Asúa, los Careaga (Vocento, Elecnor, MásMóvil) y los Aguirre, relacionados con el negocio marítimo. Todos descienden de los fundadores y están representados en el consejo de administración. El 25 % restante está en manos de Mitsubishi Corporation.
Los socios afirman que las condiciones del mercado no son las más propicias para salir a Bolsa, aunque el Ibex está en máximos de siete años. De hecho, no enviaron hasta el día 3 su folleto informativo de la oferta pública de venta y oferta pública de suscripción, en la que decían que pretendían captar 1.000 millones de euros. Las familias pensaban inicialmente en una valoración de 2.000 millones, pero la mala evolución de rivales como Inchcape en el último año y el riesgo con las divisas latinoamericanas, donde Astara genera el 50 % de su negocio, ha provocado la suspensión.
Según El Confidencial, las divergencias entre los 80 accionistas de las tres ramas familiares han influido también en el frenazo de la salida a Bolsa.

Un distribuidor especializado

Chrysler, Jeep, Toyota y Hyundai son algunas de las marcas de automóviles que han pasado por la cartera de Astara, la que era conocida como Berge Automoción durante décadas hasta el cambio de nombre. Se trata de un importador y distribuidor de automóviles que en España se ha caracterizado por vender coches de firmas sin el volumen de mercado suficiente en nuestro país para justificar su implantación oficial.
Este modelo de negocio se mantiene aún en la actualidad. Astara importa y distribuye los modelos de las marcas Mitsubishi, Subaru y Ssangyong, con un volumen de ventas de automóviles anual de 8.000 unidades. El grupo acaba de añadir a la distribuidora el Topolino, un coqueto vehículo eléctrico biplaza inspirado en el BMW Isetta.
Mitsubishi es actualmente la firma más vendida del grupo con 4.118 unidades en 2023, seguida de Subaru, con 2.037, y la coreana Ssangyong con 1.995 coches.
En el pasado, el excelente trabajo de posicionamiento y ventas realizado con Jeep, Toyota y Hyundai provocó que las marcas decidieran recuperar la licencia de sus modelos en España para pasar a distribuirlos directamente.
La firma apuesta por un modelo de negocio tradicional de concesionario que con la llegada de internet algunos fabricantes ponen en duda y evolucionan hacia el modelo de agencia, lo que podría relegar a segundo plano el papel de estas importadoras y distribuidoras.
En paralelo, y pese a la introducción de nuevos negocios como el carsharing, la electrificación del automóvil está suponiendo un duro lastre para el sector, que aún no tiene muy clara cuál será su evolución final.
Mientras todo esto llega, la compañía se enfrenta a problemas relacionados con su deuda. En el último ejercicio se ha casi triplicado hasta los 693,8 millones de euros la vinculada al corto plazo, la banca aprieta las tuercas a la compañía y la fallida salida a Bolsa de Astara puede ser un contratiempo serio.
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