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15 de mayo de 2024

Apuntes ContablesSusana Burgos

La meditación del hombre enamorado y el relevo del mejor gobernador que ha tenido el Banco de España

El buen hacer de Hernández de Cos ha llegado hasta a abrir un debate sobre la conveniencia de alargar los mandatos en la cúpula del supervisor

Actualizada 15:26

Pocos cargos puede haber más apetecibles para un economista que el de gobernador del Banco de España. Y más aún si quien ha ocupado ese sillón durante los últimos 6 años deja el listón tan alto como Pablo Hernández de Cos. Porque es muy difícil lograr un reconocimiento tan extendido como el que suscita su figura en el mundo económico-financiero. En el marco de la anómala situación que creó la moción de censura presentada por el PSOE en 2018, el Gobierno de Rajoy apostó por un perfil eminentemente técnico: el director general de Economía y Estadística del propio Banco de España. «Un excelente candidato debido a su gran capacitación en asuntos bancarios y monetarios, su independencia política y su experiencia y prestigio», a decir del entonces titular de Economía, Román Escolano, que apenas ocupó la cartera durante tres meses.
Acertó de pleno el efímero ministro, ya que el buen hacer de Hernández de Cos ha llegado hasta a abrir un debate sobre la conveniencia de alargar los mandatos en la cúpula del supervisor. El presidente del todopoderoso Bundesbank, Joachim Nagel, dijo en un cónclave reciente que el español era «el mejor gobernador de Europa», después de haberse referido a él en otra ocasión como un «economista sin parangón y un banquero extraordinario». Quizá por la solvencia y serenidad que supo trasladar, por ejemplo, durante la pandemia, cuando apoyó la mayoría de las medidas adoptadas por el Gobierno, como los avales del ICO para que las empresas pudieran capear el temporal. Sin embargo, el gobernador siempre se ha mostrado muy crítico con las debilidades de la economía que se empeña en ocultar el Ejecutivo, incidiendo en la necesidad de controlar el gasto público y apostando por un plan de consolidación fiscal riguroso y creíble. Hace unos días, sin ir más lejos, el Banco de España se manifestaba sobre dos problemas fundamentales que arrastra nuestro país: el acceso a la vivienda y el desempleo. En el primer caso, para advertir de que el control de los alquileres destruye la oferta y recomendar que se bajen los impuestos. En el segundo, para abogar por una revisión integral de las políticas activas y pasivas de empleo si se quiere acabar con un paro estructural de entre el 12 y el 13 %, el doble de la Unión Europea.

Ángel Ubide sigue estando entre los mejor colocados para ser gobernador, pero si Sánchez dimite, la situación puede cambiar

El organismo publicará mañana martes otros dos capítulos de su informe anual, el último que llevará la firma de Pablo Hernández de Cos, cuyo mandato expira el 11 de junio. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, asegura que trabaja en su relevo desde hace tiempo, aunque todo el mundo sabe que quien decide se llama Pedro Sánchez. Y la inédita crisis institucional que ha abierto con su carta de «hombre profundamente enamorado», ha puesto las quinielas patas arriba. Uno de los mejores situados era Ángel Ubide, gerente del hedge fund estadounidense Citadel y amigo personal del presidente del Gobierno, de manera que si éste dimitiera, lo más probable es que se quedara con las ganas. Por el contrario, dos nombres propios que estaban prácticamente descartados vuelven a entrar en las apuestas por el liderazgo que ha ejercido Rodríguez Zapatero en estos cinco días de caos y desconcierto para los socialistas. Se trata de sus exsecretarios de Estado de Economía José Manuel Campa y David Vegara, en la actualidad, presidente de la Autoridad Bancaria Europea y consejero ejecutivo del Banco Sabadell, respectivamente.
En cuanto a las aspirantes a ser la primera mujer gobernadora del Banco de España, sigue estando muy bien colocada, haga lo que haga finalmente Sánchez, la vicepresidenta de la CNMV, Montserrat Martínez. Aunque si el jefe del Ejecutivo tirara la toalla, ganaría enteros Margarita Delgado, la actual subgobernadora, que estuvo a punto de dar el salto al BCE como jefa de supervisión pero que el Gobierno no apoyó para no complicar la candidatura de Nadia Calviño al frente del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Tanto en Economía como en Moncloa saben que a Delgado se le debe una.

Margarita Delgado podría recuperar opciones si el presidente del Gobierno abandona el cargo

En cualquier caso, no parece responsable descartar ninguna sorpresa, ya sea el ministro José Luis Escrivá, el exsubgobernador Fernando Restoy o cualquier otro economista con ambición y currículum potente. Lo que sí se da por hecho es que volverá a romperse la tradición por la que el Gobierno elegía al gobernador y consensuaba con el primer partido de la oposición el nombre del subgobernador. La primera vez que ocurrió fue en 2006, cuando Zapatero eligió a Miguel Ángel Fernández Ordóñez y el PP lo rechazó. El entonces ministro de Economía, Pedro Solbes, se tomó la revancha y dijo no al candidato popular a subgobernador, José María Marín Quemada, escogiendo finalmente para el cargo a un afín como José Viñals.
Le preguntaron a Hernández de Cos en una entrevista reciente y opinó que «es fundamental el consenso en los nombramientos de los responsables de las instituciones independientes para reforzar la percepción de independencia». Fuera del frentismo que promueve el PSOE como única forma de hacer política, todos están de acuerdo. Todos le dan la razón al mejor gobernador que ha tenido el Banco de España.
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