
Shein crece de manera espectacular, pero la cuestión del algodón es un desafío.
La semana económica
El algodón chino puede hundir a Shein, la principal amenaza de Inditex
Las sospechas sobre explotación laboral persiguen a la exitosa marca, que continúa creciendo y alcanzando a los gigantes del sector. Sus directivos niegan las acusaciones
Inditex sigue disparada, y parece no tener límite
La compañía china de moda Shein, especializada en la ropa de precios bajos y con gran éxito entre clientes de la Generación Z (nacidos a finales de los 90-principios de los 2000), es desde hace unos años una amenaza seria para gigantes de este negocio como Inditex o H&M.
En 2023, último ejercicio del que se tienen cifras, facturó 34.000 millones de euros, una cifra ya muy cercana a la del líder Inditex. La empresa gallega alcanzó los 35.947 millones en el mismo año, pero el ritmo de crecimiento de ingresos fue menor: un 10,4 % frente a 2022, por el 68 % de incremento de la marca asiática.
Sus ventas globales están ya pisando los talones a Inditex
Creada por Chris Xu en 2008, no hay duda de que Shein va como un cohete. Aunque su principal mercado es Estados Unidos, el segundo es Europa, y va ganando posiciones a toda velocidad. En nuestro continente supera ya de largo a Uniqlo y a Mango, y está cada vez más cerca de Primark, que ocupa la tercera posición en el ranking. Inditex aún es líder en nuestro continente con unas ventas muy superiores a las del segundo, que es H&M (22.826 millones vs. 13.203 millones), y desde luego del tercero y el cuarto (Primark, con 10.816 millones y Shein con 7.684 millones).
Inditex mira con atención por el retrovisor a Shein, pero hay un hecho que puede ayudarle a mantener la distancia: las sospechas de explotación laboral en las fábricas que producen para la marca en China.La BBC las ponía negro sobre blanco en este magnífico reportaje. En su visita a diez factorías y sus conversaciones con más de veinte trabajadores, extrajeron datos como que los empleados se sientan tras las máquinas de coser unas 75 horas a la semana (las leyes laborales chinas indican que no deberían superar las 44), trabajan entre diez y doce horas al día (habitualmente de 8.00 a 22.00 horas) y cobran entre 4.000 y 10.000 yuanes al mes (en la zona se considera salario digno 6.512 yuanes). La propia empresa reconoció el año pasado haber encontrado niños trabajando en las fábricas, aunque solo se detectaron dos casos y la compañía ha puesto carteles en la factoría para que el personal avise y los denuncie si se detectan más.
A los trabajadores les parece bien el sistema de trabajo, porque están acostumbrados a él, y a las entusiastas compradoras adolescentes seguramente les dará igual si hay o no explotación, pero quizá haya países que empiecen a cerrar las puertas a Shein si no se resuelve el problema; por ejemplo, Estados Unidos, su principal mercado.
La marca no es clara en su relación con los trabajos forzados y en Reino Unido le acusan casi de desacato
Como la marca se juega mucho, esta semana se ha apresurado a decir que para los productos que vende en Estados Unidos exige a sus fabricantes contratados que se abastezcan solamente de algodón procedente de regiones autorizadas, y entre ellas no está China.
Sus regiones autorizadas son Australia, Brasil, India, Estados Unidos y, en casos limitados, algunos países de Europa, Oriente Próximo, África y el sudeste asiático. La compañía enfatiza que aplica este requisito para cumplir la Ley de Prevención del Trabajo Forzado Uigur, que prohíbe la entrada en Estados Unidos de productos fabricados en China mediante trabajo forzado.
Shein no se ha mostrado tan clara en Reino Unido. Su abogada presentó unas pruebas orales en una audiencia parlamentaria el 7 de enero. Se negó a responder sobre el uso de la empresa de algodón procedente de China. El presidente de la comisión dijo que su actitud rozaba el desacato, y esta falta de transparencia podría malograr sus planes de sacar a Bolsa en Londres un 10 % del capital. Además, esto puede obligarle a cambiar su modelo operativo.
Su algoritmo es clave para detectar al instante qué se compra y fabricarlo con mayor rapidez
Para esta compañía es clave la velocidad en la producción. La dirige de acuerdo con lo que sus algoritmos detectan que está teniendo éxito entre sus compradores. Como explica Carmen Azpurgua, subdirectora de ISEM Fashion Business School, con ello inunda el mercado: es capaz de poner a la venta un producto nuevo cada veinticinco días, menos de la mitad de tiempo que emplea una marca de moda rápida; una locura para las adolescentes, que disfrutan luciendo sus prendas en Instagram.
Esta forma de trabajar permite a Shein lanzar 6.000 productos cada día, mientras que Inditex pone en el mercado 50.000 productos nuevos cada año, indica Azpurgua. Aun así, los expertos no consideran moda lo que hace Shein: no crea tendencias, como hace Inditex, sino que produce lo que instantáneamente pide el mercado.
Sea lo que sea, el hecho es que su modelo funciona. Las adolescentes utilizan Shein de forma masiva para comprar cuatro o cinco prendas con su paga semanal, las instagrammers hablan de su producto con entusiasmo, la marca arrasa en TikTok y cobra cada vez más auge. «Es una marca de moda rápida que conecta y entretiene a la Generación Z con lanzamientos constantes de productos y precios muy asequibles. Ha conquistado a su audiencia», señala Sara de Dios, especialista en marketing y responsable de Business Intelligence del grupo ISPD.
Si soluciona su problema con el algodón, será un rival cada vez más duro para Inditex, que, por otra parte, sabe que no debería competir con los asiáticos dando un precio cada vez más bajo.