
La energía hidráulica es esencial para el «arranque en negro»
Qué es el «arranque en negro» y cómo se prepara España ante un posible gran apagón eléctrico
España cuenta con un protocolo especial para hacer frente a un hipotético apagón total: el «arranque en negro», un procedimiento que permitiría restablecer el suministro eléctrico partiendo de cero
Directo del apagón: Sánchez anuncia una comisión de investigación y señala a las «operadoras privadas»
Las hipótesis del apagón: la generación solar se disparó hasta el 65 % del total y expertos hablan de sobretensión
España se enfrenta a un fenómeno inédito en su historia reciente: un «arranque en negro» de su sistema eléctrico. El término, más propio del lenguaje técnico que del vocabulario cotidiano, hace referencia a un procedimiento de emergencia que permite reiniciar la generación y distribución de electricidad desde cero, sin que ninguna fuente de energía previa esté operativa.
En condiciones normales, las centrales eléctricas dependen de la red para iniciar su funcionamiento. Sin embargo, en el caso de un apagón generalizado —un corte total de suministro— es necesario contar con un protocolo que permita reactivar la infraestructura energética de forma autónoma. De lo contrario, la recuperación de la actividad podría demorarse durante días, afectando gravemente a la economía y a los servicios esenciales.
Según explica Red Eléctrica Española (REE), el «arranque en negro» requiere que algunas centrales, especialmente las hidráulicas, estén preparadas para comenzar su producción sin ayuda externa. Estas instalaciones se consideran estratégicas y son mantenidas en condiciones óptimas precisamente para poder afrontar escenarios de colapso. Un informe reciente del operador del sistema señala que «España dispone de medios suficientes para asegurar la recuperación en caso de un fallo total».
El temor a una situación de este tipo ha crecido en los últimos tiempos, alentado por diversos factores. Entre ellos, la transición hacia energías renovables, que aunque positiva para el medio ambiente, implica una dependencia mayor de fuentes intermitentes como la solar y la eólica. Además, el cierre progresivo de centrales térmicas y nucleares tradicionales plantea nuevos desafíos para la estabilidad de la red.
A ello se suman amenazas externas como ciberataques o sabotajes, así como fenómenos naturales extremos vinculados al cambio climático, que incrementan la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas. La propia Agencia Internacional de la Energía ha advertido en varios documentos de la necesidad de reforzar los mecanismos de respuesta ante emergencias.
Pese a todo, los expertos insisten en que el riesgo de que España sufra un apagón total sigue siendo muy bajo. «El sistema eléctrico español es uno de los más robustos de Europa», afirma REE, que destaca el alto nivel de interconexión con Francia, Portugal y Marruecos como un factor de seguridad adicional. Además, el país cuenta con una capacidad de almacenamiento hidráulico superior a la media continental, lo que permite actuar con rapidez en caso de necesidad.
En situaciones extremas, el proceso de recuperación tras un apagón seguiría un protocolo detallado: las centrales hidráulicas serían las primeras en entrar en funcionamiento, seguidas de las térmicas de ciclo combinado y otras instalaciones. La prioridad inicial sería restablecer el suministro a infraestructuras críticas, como hospitales, aeropuertos y sistemas de comunicaciones.
Algunas pruebas de arranque en negro se realizan de manera periódica en España para verificar la preparación de los operadores y la eficacia de los procedimientos. En este sentido, fuentes de REE subrayan que «la formación y los simulacros son fundamentales para garantizar una respuesta adecuada y minimizar el impacto en la población».
No obstante, ante la posibilidad —por remota que sea— de un gran apagón, las autoridades recomiendan a los ciudadanos contar con pequeños recursos de emergencia en sus hogares, como linternas, baterías portátiles y reservas de agua. La planificación individual, aseguran los expertos, puede marcar la diferencia en caso de un suceso extraordinario.