Fundado en 1910
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, visitaron una promoción de viviendas sociales en Dos Hermanas tras la polémica

La ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, visita una promoción de viviendas en Sevilla con Pedro Sánchez.Rocío Ruz | Europa Press

Naufraga el ambicioso plan de vivienda asequible del Gobierno: en manos de Sepes, sin plantilla y sin medios

La Entidad Pública Empresarial de Suelo Sepes no ha podido hasta ahora sacar adelante ninguna de las viviendas que le ha pedido el Gobierno, y la compañía por dentro está mal

La Entidad Pública Empresarial de Suelo Sepes, que depende del Ministerio de Vivienda que dirige Isabel Rodríguez, lleva varios meses de actualidad por el encargo del Gobierno de convertirse en una gran sociedad estatal de vivienda que promueva, construya y gestione 1,5 millones de viviendas de alquiler asequible. Así lo anunció Pedro Sánchez en diciembre, pero en la propia empresa ven imposible que se lleve a cabo este proyecto.

«Se nos ha encargado hacer 50.000 viviendas de alquiler asequible en tres años. Es imposible con nuestra plantilla. Somos solo 150 empleados», denuncia el sindicato CSIF. Recuerdan cómo hace siete años el ex ministro Ábalos les encargó hacer 10.000 viviendas, «y hasta ahora se han hecho cero».

El problema, en opinión del sindicato, radica en que hay un afán por solucionar el problema de la vivienda más rápido de lo que se puede: «Estos proyectos llevan años. No puedes construir 1.000 viviendas en seis meses. El urbanismo es muy complejo. Al menos lleva dos años construir un bloque mientras consigues todos los permisos. A ello hay que unir la tremenda burocracia que hay en Sepes. Resolver una licitación puede llevar un año».

Poco respeto al trabajador y un cambio de modelo incierto

En la empresa se ve que el Ministerio de Vivienda invierte dinero en proyectos que no salen. Además dicen que hay mal ambiente. Por su dirección han pasado cuatro directores en los últimos siete años, y hay procesos de selección que están levantando ampollas. Recientemente se han convocado dos plazas de nivel salarial alto que han sido cubiertas por personas externas a la empresa, cuando el convenio dice que primero hay que ofrecerlas a la plantilla por traslado o promoción interna. Ambos procesos están demandados.

En medio de toda esta situación, Sepes está cambiando de modelo de negocio por el encargo de liderar la construcción de viviendas asequibles por parte del Gobierno. El año pasado Sepes obtuvo sus mayores ventas de los últimos nueve años (80-90 millones de euros) gracias a su área de desarrollo de polígonos industriales. Trabaja con un margen pequeño, pero es suficiente y encaja con su misión pública de apoyo a zonas industriales más desfavorecidas.

Ahora le encargan que se focalice en vivienda residencial. No se entiende muy bien que se encargue a una empresa pública liderar la vivienda asequible en España. No se trata de viviendas sociales, sino de viviendas asequibles para rentas medias de entre 40.000 y 50.000 euros, que ya construye la empresa privada, y en donde por tanto se compite con ella de manera desleal por recibir dinero del Gobierno. Así se entiende en el sector inmobiliario.

Mientras tanto, en Sepes hay un gran malestar entre la plantilla, que ahora dirige Leire Iglesias, con algo de experiencia en el ámbito inmobiliario, como puede verse en su curriculum, socialista, y en el que ella misma se destaca como gran especialista en igualdad de género.

«La plantilla está desmotivada», apuntan desde el sindicato CSIF. «Muchas plazas no se cubren, y quienes las cubren, se van a los dos o tres meses. Hay ofertas de 29.000 euros para titulados superiores a las que no se presenta nadie. Es una muestra de la precariedad que está habiendo en el empleo público», añaden.

A esto hay que sumar el poco respeto que la dirección de la compañía tiene a sus empleados. «Enviamos propuestas y ni siquiera nos contestan. Es curioso que un Gobierno progresista muestre esta falta de respeto a los trabajadores», apuntan desde CSIF, que reivindica un nuevo convenio: «El actual es de 2001. Significa que está desfasado, porque va a cumplir casi veinticinco años». No parece un buen ambiente para liderar la promoción de vivienda asequible que le ha encargado el Gobierno.

Temas

comentarios
tracking