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Análisis económicoJosé Ramón Riera

Hacienda nos despluma como a gallinas

Los servicios públicos muestran listas de espera sanitarias, retrasos en justicia, caída del nivel educativo, parones en el transporte ferroviario, falta de vivienda, por lo que el problema no está en los ingresos sino en quien gestiona

Tal como me temía, abril ha sido genial para María Jesús Montero. Nos ha desplumado, a todos los españoles, como si fuésemos una gallina que va a cocinar para hacer un buen caldo. Primero nos ha cortado el cuello, segundo nos ha sacado toda la sangre, luego ha metido la gallina en agua templada para facilitar el desplume, a continuación, nos ha desplumado y para finalizar ha troceado la gallina.

Todo esto lo ha hecho con premeditación y alevosía, ha disfrutado viendo como nos ha dejado listos para cocernos y sacar un buen caldo.

Lo más divertido para ella, una sádica de la recaudación impositiva, es que encima pretende convencernos de que no es cierto, que no ha subido los impuestos, que todo esto que está pasando con la recaudación son malas interpretaciones que hacen los que no la escuchan a ella, que es la que sabe.

Hay que remontarse a abril de 2008 para ver que la Agencia Tributaria, ingresó menos dinero que en el mismo mes del año anterior, porque la pandemia no es comparable.

Montero no es que mienta, es que nunca dice la verdad. Siempre intenta engañar, salvo en las notas de prensa, que ahí se nos vienen arriba y canta más y mejor que María Callas o Montserrat Caballé.

Según los últimos datos publicados por la Agencia Tributaria, el Estado ha ingresado, en los primeros cuatro meses de 2025, un total de 107.177 millones de euros, lo que supone un incremento del 10,1 % respecto al mismo periodo del año anterior. Solo en abril, los ingresos ascendieron a 40.964 millones, un 10,9 % más que en abril de 2024.

Es muy importante recordar que, a cierre del primer trimestre, el mes fue muy bueno con una subida mensual del 10,9 % y un acumulado del 9,7 %, lo cual nos demuestra que no sólo no han parado en su modelo de recaudación sino, más bien todo lo contrario, han apretado más el acelerador.

Este aumento afecta tanto a los impuestos directos como a los indirectos. En ambos casos, las subidas rondan el 11 %. ¿Es una buena noticia?

Tenemos que recordar que, en términos nominales, el PIB ha crecido un 1,1 % y el PIB per cápita no se ha movido. Para que vean en donde estamos, he preparado la siguiente información:

El grueso de la recaudación sigue viniendo del IRPF, que ha aportado 49.773 millones de euros entre enero y abril, un 10,2 % más que el año pasado, lo cual demuestra que la no deflactación de las bases de recaudación está sirviendo para seguir recaudando a ritmos de dos dígitos.

La recaudación por el impuesto de Sociedades, por ejemplo, creció un 14,9 % en abril y un 10,1 % en el acumulado del año.

Sorprende además el fuerte aumento en la categoría «Otros impuestos directos», que incluye fundamentalmente rentas de no residentes, con un incremento del 72,4 % en lo que va de año.

El IVA, como siempre, es uno de los pilares de la recaudación. Entre enero y abril ha sumado 40.672 millones de euros, un 8,4 % más que en el mismo periodo del año anterior. En abril, el asalto fue mayor: un 10,9 %. En principio, esto refleja el impacto de los precios a un mayor precio de los bienes, una mayor base imponible y, por tanto, más recaudación y nos podrán decir que la inflación ya está parada, cosa que no es cierto, porque lo que no hay que olvidar es que los precios medios han subido, ya más de un 21 %, pero la alimentación muchísimo más.

Los impuestos especiales, que gravan el alcohol, el tabaco, los hidrocarburos y la electricidad, también crecen, aunque ligeramente por debajo del ritmo medio: un 7,9 % acumulado. Los ingresos por otras figuras indirectas, como el impuesto a envases de plástico o el de generación eléctrica, han crecido un 18 %, aunque representan una cantidad menor en términos absolutos, y en hidrocarburos llevamos ya recaudados 4.120 millones y en tabaco 2.026.

La OCDE ya nos contó, en su último informe, que España ha experimentado un notable incremento de la presión fiscal efectiva, especialmente sobre las rentas del trabajo. Según datos de Eurostat, las cotizaciones sociales pagadas por los empleadores españoles han subido más de un 54 % desde 2018.

En un contexto en el que los servicios públicos muestran listas de espera sanitarias, retrasos en justicia, caída del nivel educativo, parones en el transporte ferroviario, falta de vivienda, no me queda más remedio que afirmar que el problema no está en los ingresos sino en quien gestiona.

No cabe duda de que los inspectores de hacienda gestionan bien los ingresos, sobre todo los suyos, pero quien está la frente no es un gobierno, es una panda de matadores de gallinas, cuando las gallinas son los españoles que callan y aguantan.

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