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Análisis económicoJosé Ramón Riera

¿En qué ganamos a Alemania, Francia e Italia?

Que Eurostat utilice eufemismos para suavizar la cruda realidad de que los ingresos de un Estado se producen exclusivamente por los impuestos, me parece entrar en un proceso de complicidad con los gobernantes

Acabo de revisar los datos publicados por Eurostat, a finales del mes pasado, sobre lo que a la Oficina Estadística Europea le gusta llamar «revenue», que se puede traducir por facturación o ingresos, pero que nunca se traduce por impuestos, porque la palabra inglesa para impuestos es «taxes».

Llamar ingresos a los impuestos es claramente un eufemismo y lo que pretende es suavizar la percepción de quien lo lee, dado que ingresos tienen una connotación positiva, asociada con ganancias y crecimiento económico. En el ámbito gubernamental, los impuestos son efectivamente una fuente de ingresos para el Estado, pero el término «recaudación fiscal» sería sin duda alguna mucho más preciso.

Que Eurostat utilice eufemismos para suavizar la cruda realidad de que los ingresos de un Estado se producen exclusivamente por los impuestos que pagan los ciudadanos y las empresas, me parece entrar en un proceso de complicidad con los gobernantes actuales de Bruselas y denota que están dejando su independencia, para seguir consignas, que un día pueden deparar en manipulaciones.

Llamar ingresos a los impuestos en claramente un eufemismo y lo que pretende es suavizar la percepción de quien lo lee, dado que ingresos tiene una connotación positiva, asociada con ganancias

¿Para qué sirven los impuestos? Si le hacemos esta pregunta cualquier ciudadano, incluidos los políticos de nuestro país, posiblemente la mayoría escogería respuesta del tipo:

Financiar servicios públicos que se destinan a educación, salud, seguridad, vivienda, justicia e infraestructura y programas sociales. Los racionales.Mantener el bienestar social y ayudar a reducir desigualdades mediante subsidios y apoyo a sectores vulnerables. Los progres.Impulsar el desarrollo económico que permiten inversiones en infraestructuras y tecnología que mejoran la productividad. Los empresarios.Garantizar el funcionamiento del gobierno y poder pagar los salarios de empleados públicos y la administración del Estado. Los políticos.Controlar el impacto ambiental mediante algunos impuestos que ayuden a reducir la contaminación y promover prácticas sostenibles. Los ecologistas.

No hay una respuesta única que sirva para explicar para qué existen y sirven los impuestos y casi todas las respuestas son válidas, porque nadie niega que la salud, la educación, la seguridad, la vivienda, la justicia, las infraestructuras, los programas sociales, el reducir la desigualdad, el desarrollo económico y la mejora de la productividad, pagar a los médicos, a los educadores y a los empleados públicos e incluso reducir la contaminación, pueden ser grandes motivos para que estos impuestos existan.

Hoy lo que he querido es hacer una comparación de lo que han crecido los impuestos que hemos pagado los españoles desde que está este gobierno y ver lo que ha pasado en los tres países con los que debemos compararnos: Alemania, Francia e Italia. También he analizado lo que ha sucedido en la Unión Europea y en la Eurozona, con lo que recaudado en 2018 y lo que se ha recaudado en 2024.

En la UE se ha incrementado la recaudación por impuestos en un 31 %, mientras que en la Eurozona ha sido ligeramente inferior y se ha quedado en un 28,8 %.

En España, como le gusta a Sánchez, somos los más machos, aunque él sea un cobarde, nos ha sacado de los bolsillos 200.409 millones, que es un 42,9 % más.

Lo impresionante no es que nos haya sacado esa cifra, sino que en Italia, un país en el que son 10 millones más de habitantes y tienen un PIB un 34 % superior, recauda 212.817 millones un 26 % más, pero en valor absoluto una cifra muy parecida a la que hemos pagado los españoles y solo recauda un 6,2 % más que Sánchez.

Francia, que tiene fama de ser uno de los mayores recaudadores del mundo, por su gasto público, solo ha subido la recaudación un 17,9 % y ha recaudado 227.620 millones en un país con 20 millones más de habitantes y un PIB real superior en un 82 %, solo recauda un 13,5 % más que España en este período.

Alemania, que al igual que Italia crece en su recaudación un 26 %, con una población de casi 35 millones más que España y un PIB 153 % más alto que España, recauda un 107 % más que España.

Esto lo que quiere decir es que Sánchez es el mayor recaudador entre los países grandes de la UE y ahora lo que debemos hacernos es una pregunta que va dirigida a él: ¿ha servido para algo ese incremento de la recaudación?

Desde luego para resolver el problema de la vivienda no ha sido, para conseguir que nuestras infraestructuras de carreteras y de ferrocarriles funcionen a la perfección y esté todo bien cuidado, tampoco, la sanidad, sobre todo los medicamentos y los tratamientos para los enfermos de ELA siguen sin estar al día y las colas en determinadas comunidades solo hacen que crecer; la educación, solo hace falta remitirse al informe PISA.

Para lo que sí han servido ha sido para aumentar significativamente el gasto en salarios públicos, pues los empleados públicos han crecido casi en medio millón. Los empresarios cada día lo tienen peor y en 2024, según el Ministerio de Trabajo, han desaparecido más de 8.000 empresas.

España tiene un grave problema, los impuestos crecen más que nadie entre los grandes, pero la economía de los españoles está más deteriorada porque el dinero se va para gasto político, para el derroche, para países amigos, para pagar a la familia Sánchez y sus amigos, para cualquier cosa, menos para lo que quieren los ciudadanos.

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