El milagro de Argentina: Milei reduce la inflación un 79 %
Si se continúa en esta línea, se demostrará que una economía liberal puede hacer crecer hasta tres veces más que España
En los últimos años, muchas economías han tenido que enfrentarse a problemas muy serios de inflación.
En el caso de la Unión Europea, en abril de 2021 se alcanzó un 2,5 % de inflación, cerrando ese año con un 5,6 %. El Banco Central Europeo miraba tranquilamente al cielo, esperando que la situación se resolviera sola y, como era de esperar, eso no ocurrió. En junio de 2022 se llegó al 9,6 % y comenzamos a culpar al empedrado: que si la guerra de Ucrania, que si la crisis energética con Rusia, que si al gorila le dan bananas verdes. Pero no quisimos asumir la verdadera causa: el BCE había inyectado 3,6 billones de euros al sistema para comprar deuda de los países de la Eurozona, que se sobreendeudaron, como de costumbre, recurriendo a la máquina de imprimir euros.
La Unión Europea y el BCE empezaron a tomarse en serio la inflación en julio de 2022, cuando el BCE elevó los tipos de interés al 0,5 %, llegando luego al 4,25 %. Gracias a ello, en mayo de 2024 la inflación se redujo al 2,4 %, aunque aún no puede considerarse controlada. Lo estará cuando se mantenga por debajo del 2 % durante varios meses consecutivos. Aún existe riesgo de repunte, entre otras razones porque los tipos de interés han vuelto a situarse por debajo del nivel de inflación.
Han pasado 19 meses desde que Milei llegó con una idea muy clara en mente: detener la inflación a toda costa. En esa dirección orientó todas sus primeras medidas. Se aplicó un ajuste fiscal con una reducción drástica del gasto público, incluyendo subsidios, obra pública y transferencias a gobiernos locales, con el objetivo de alcanzar un superávit fiscal primario (sin contar los intereses de la deuda). Se eliminaron los controles de precios y los subsidios a productos, se efectuó una devaluación abrupta del peso (de 365 a 800 por dólar), y se detuvo de inmediato la emisión de moneda, congelando la masa monetaria. Paralelamente, se desarmaron los pasivos remunerados del Banco Central. Lo más importante: no se abandonó el rumbo ni se incurrió en vaivenes.
Gracias a todas estas decisiones –y otras más–, la inflación interanual acumulada pasó del 211,4 % el 31 de diciembre de 2023 a un todavía preocupante 47,3 %. Una cifra que pocos habrían imaginado posible apenas 19 meses después del inicio de su mandato.
Hoy quiero centrarme en lo ocurrido durante los cuatro primeros meses de 2025, y en la situación de Argentina al cierre de abril, para mostrarles lo significativo que ha sido este cambio, el camino que aún queda por recorrer y el esfuerzo necesario para que el país vuelva a ser una gran economía mundial.
Argentina estaba completamente descontrolada: los precios subieron un 53,6 % en los primeros cuatro meses de 2024, a pesar de las medidas adoptadas. Los precios de la vivienda y la energía aumentaron un 83,1 %, las comunicaciones casi un 80 %, el transporte un 67,2 % y los alimentos un 48,8 %. Con perdón, la economía estaba completamente descojonada.
Ya hemos visto que, con una inflación del 11,5 %, Europa necesitó casi 36 meses de medidas de ajuste para reducirla al 2,4 % en mayo de 2025. Las medidas del gobierno de Milei lograron que la inflación acumulada en los primeros cuatro meses de 2025 se situara en el 11,1 %. Aún queda mucho por hacer: los precios de los alimentos subieron un 13,8 %, los de la vivienda y la energía un 12,5 %, los restaurantes y hoteles un 15,6 %, y la educación un 26,9 %.
Lo más difícil ya se ha hecho. Las medidas han demostrado ser eficaces, los ciudadanos empiezan a ver resultados. Ahora es fundamental perseverar, mantener la cabeza fría y no bajar la guardia. Si se continúa en esta línea, se demostrará que una economía liberal puede hacer crecer Argentina hasta tres veces más que España, sin necesidad de incrementar el gasto público, reduciendo los impuestos y controlando una inflación que parecía inabordable. ¡Bravo, Milei, sigue así!
