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Tren de Talgo en Alemania.

Tren de Talgo en Alemania.Talgo

El Gobierno Vasco fuerza para cerrar la entrada de Sidenor en Talgo, pero la incertidumbre continúa

La situación de Talgo parecía más en el alambre que nunca hace algo más de un mes. La siderúrgica vasca Sidenor, que estaba dispuesta a comprar la participación del principal accionista (Trilantic) junto con el fondo público Finkatuz y las fundaciones bancarias BBK y Vital, se asustó al ver unas cuentas de la compañía peores de lo que esperaba y al quedar dañada por la guerra comercial global, con una subida de aranceles que penaliza su negocio principal: el acero.

El panorama, sin embargo, parece estar cambiando. El consejero de Hacienda y Finanzas del Gobierno Vasco, Noël d'Anjou, admitía ayer la posibilidad de un cambio en las condiciones del preacuerdo alcanzado con el consorcio el pasado 14 de febrero para su entrad a en Talgo como accionista principal en el puesto de Trilantic, y comentaba la probabilidad de que la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) entre en la operación.

La posible entrada de la SEPI ya quedaba más o menos anunciada al final de mayo. Su intención era dar un préstamo convertible de 120 millones de euros a Talgo para que pudiera cubrir la multa de 116 millones de euros que le impuso Renfe por el retraso en el suministro de treinta trenes Avril. La multa además contaría con seis años de carencia, de modo que se empezaría a pagar desde el año 2031 en adelante. Esta multa está siendo el principal obstáculo para que la operación se cierre.

Bancos de inversión como Renta 4 consideraban interesante la entrada de la SEPI por varios motivos: «Se pondría fin al cambio del principal accionista de la compañía (el fondo Trilantic, que tenía previsto salir desde el año 2022), y de este modo se desbloquearía la toma de decisiones; se desbloquearía la refinanciación con los bancos acreedores (la deuda de Talgo es de 403 millones de euros, con 318 millones que vencen antes de 2027), y la presencia del Gobierno español en el accionariado daría mayor credibilidad a Talgo para acceder a contratos relevantes».

Las negociaciones para que Trilantic deje de ser el accionista de referencia y pase a serlo el consorcio deberían terminar esta semana (es el plazo fijado). En principio todo sigue en el aire, aunque las declaraciones de ayer del consejero parecen apuntar a que se cerrarán.

Se cumpliría el plan de Puente

El ministro de Transportes, Óscar Puente, fue uno de los más beligerantes en su oposición a que los húngaros de Magyar Wagon compraran Talgo (el Gobierno vetó esta operación en agosto de 2024), y en su apuesta por una solución española. Si finalmente se cierra, se cumpliría su plan.

La cuestión es quién pondrá el dinero. La entrada de la SEPI parece ser el último recurso para que la operación se lleve a cabo en las condiciones que quiere el Gobierno: salvaguardando la españolidad. En los próximos días veremos si esta opción se concreta.

La situación de Talgo ahora mismo es delicada. Los últimos resultados de la compañía, presentados el pasado 26 de mayo, reflejan unos ingresos de 154,3 millones de euros en el primer trimestre de 2025, un 7,3 % menos que en el mismo periodo del año anterior; un resultado operativo (ebitda) de 13,3 millones de euros, el 33,8 % menos que en el mismo periodo del año anterior; unas pérdidas netas de 7,1 millones de euros, y un margen del 8,6 %, frente al 12,1 % obtenido en el primer trimestre de 2024. Necesitan un timón firme cuanto antes, que enderece con firmeza estas cuentas y acometa la cartera de pedidos, que hoy por hoy es de 4.100 millones de euros.