El estrecho de Ormuz.
El inminente cierre del estrecho de Ormuz por parte de Irán anuncia un impacto económico importante
En España y Europa se traduciría en un aumento generalizado de los precios
El parlamento de Irán ha aprobado el cierre del estrecho de Ormuz, el lugar por el que pasa el 30 % del tráfico mundial del mercado de petróleo y de gas, y anuncia unas consecuencias económicas importantes.
Como se explica muy bien en esta nota del Real Instituto Elcano, «perturbar el tráfico de petroleros por el golfo Pérsico y Ormuz, por donde transitan casi veinte millones de barriles diarios, supondría una crisis de suministro muy difícil de gestionar y los precios del petróleo se dispararían».
Por Ormuz se exporta el grueso del petróleo del Golfo, en donde se encuentran todos los productores con capacidad ociosa. «Solo Arabia Saudí tiene un oleoducto hacia el mar Rojo capaz de evitar Ormuz, pero su capacidad es de apenas siete millones de barriles diarios. También afectaría a las exportaciones de gas natural licuado de Qatar, segundo exportador mundial con grandes proyectos de aumento de su capacidad de ejecución, tensionando los mercados del gas natural y poniendo en riesgo el aumento de oferta de gas natural licuado qatarí esperado para los próximos años», añaden desde Elcano. España importa el 35 % de su crudo de países de la OPEP, como puede verse en esta nota de Cores.
Si debido a este cierre «se produce una ralentización del comercio mundial con una elevación de los fletes, entre otras cuestiones, el impacto económico puede ser importante», apunta el economista Lorenzo Bernaldo de Quirós. «Si se cierra o dificulta el paso de buques en lo que se refiere básicamente a productos energéticos, el mercado ya estaba descontando hace unos días una subida de precios del 7 %», añade.
El catedrático Carlos Rodríguez Braun incide en que «el impacto económico será menor cuanto más rápido se resuelva el conflicto, y sobre todo si se resuelve bien. Si resulta que lo que consigue Netanyahu con la ayuda de Estados Unidos es acabar con Hamás y propiciar un cambio de régimen en una dictadura teocrática y proterrorista, son dos buenas noticias».
