El amigo de Sánchez adjudicó a la empresa de su hermano un contrato de renting en Correos un 40 % más caro de lo previsto

Un grupo de carteros se vio con el ex presidente de Correos Juan Manuel Serrano, el amigo al que colocó Sánchez al frente de la compañía, y le dio a entender que los coches de reparto no estaban en condiciones, y que necesitaban otros.

Enseguida Serrano se reunió durante dos horas con una subdirectora y el director de Estrategia, y les dijo que había que tener una nueva flota y que debía pagarse como su coche: con una cuota fija y preferiblemente en forma de renting. De nada le valió el estudio de los técnicos al respecto. Le presentaron los costes que habían tenido últimamente, con unos coches que se amortizaban en diez años y con unos precios que no llegaban a los 250 euros de media al mes por vehículo, mientras que con el renting ascenderían a 300-400 euros. El renting parecía inviable, pero los directivos pidieron los números a los técnicos y les emplazaron a otra reunión.

En la reunión definitiva para estudiar en qué modalidad se adjudicaba el contrato, los directivos de Correos (no los técnicos) doblaron el precio mensual de los vehículos reduciendo su periodo de amortización a cinco años y subieron su precio 580 euros asignándole un seguro privado de 700 euros, cuando la práctica hasta ese momento había sido asociarlo al consorcio de seguros. Con estos precios más elevados tenían la justificación para apostar por el renting, aunque las furgonetas grandes seguían siendo un 30 % más caras con este sistema. Entre los directivos de la reunión estaban el responsable de Operaciones; la subdirectora de Compras, que fue quien llevó a cabo la presentación, el director financiero, el de Estrategia y varios subdirectores. Les acompañaban dos técnicos. Con la subida de precios, les salía más barato el renting (305 euros frente a 310 en las Kangoo), por lo que optaron por este sistema.

Una vez decidida la modalidad, pidieron a los técnicos que elaboraran el pliego del concurso y les recomendaron que el renting y la gestión de flotas se otorgaran a ALD Automotive, que en mayo de 2017 había comprado BBVA Autorenting, filial del banco dedicada a la gestión de activos de autorenting. «Para eso tendrán que hacer una buena oferta, y no la han hecho», dijeron los técnicos.

Pero se lo llevaron: un contrato que incluía unas 500 furgonetas Kangoo, con un precio de salida a concurso de los vehículos de 400 euros, y que en total suponía 4,5 millones de euros al año durante cinco años.

Cuando ya se adjudicó el contrato, un amigo de Badajoz llamó a uno de los técnicos para decirle: «Ahora entiendo lo de ALD Automotive (a la que algunos seguían llamando BBVA Autorenting). He conocido a sus comerciales, y uno de ellos era el hermano de Juan Manuel Serrano». Efectivamente, Pedro José Serrano Quintana trabajaba entonces y sigue haciéndolo como gestor comercial de BBVA en Badajoz según su perfil de LinkedIn.

En vista de la jugada, los técnicos de Correos incluyeron cláusulas nuevas para los siguientes pliegos de contratación de flotas y animaron a otras empresas a que se presentaran. «El tercer y cuarto pliego se lo llevó Alphabet, con gran enfado por parte de ALD Automotive, que pensaba que iba a llevárselo todo. El quinto pliego lo retrasamos hasta que echaron a Serrano. Los nuevos responsables de Finanzas vieron lo absurdo que era tener un sistema un 40 % más caro que el que nosotros proponíamos», señalan fuentes conocedoras de aquellas negociaciones. Una mala gestión, teniendo en cuenta que Correos ha pasado a estar prácticamente en quiebra técnica tras la etapa de Serrano y que ahora se pide ajuste en los costes.

Fe de erratas: por error se incluyó en este artículo a Magín Blanco como director de Operaciones en la reunión en la que se decidió pasar al renting, pero él ya no ocupaba ese cargo en aquel momento.