¿Debería tener varias cuentas bancarias? Esto es lo que dice la OCU

El desarrollo de la banca digital y la aparición de los neobancos, un tipo de banco directo que es 100 % digital y accesible a los clientes únicamente en aplicaciones móviles y plataformas de ordenador, ha afectado mucho a los hábitos de los usuarios, que cada vez más optan por tener más de una cuenta bancaria. Pero, ¿es buena idea?

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) tener de 2 a 4 cuentas puede ser un acierto.

Las ventajas de tener varias cuentas corrientes

Tener cuentas en distintas entidades bancarias puede aportar varias ventajas prácticas y estratégicas.

Por un lado, ofrece mayor flexibilidad para la organización financiera. Un ejemplo frecuente es el de las parejas que disponen de una cuenta conjunta para sufragar los gastos comunes, mientras mantienen cuentas individuales para recibir sus ingresos o gestionar desembolsos personales.

Asimismo, permite beneficiarse de promociones lanzadas por las entidades para captar clientes. Algunas ofertas, habitualmente limitadas a nuevos usuarios o a quienes no han domiciliado aún su nómina, incluyen incentivos como ingresos directos en efectivo o remuneraciones adicionales durante un tiempo determinado. Si se dispone de una cuenta sin condiciones, resulta más sencillo trasladar la nómina para aprovechar estas ventajas.

Otra ventaja es la reducción de riesgos operativos. Si el banco principal sufre una caída del sistema, bloquea temporalmente las cuentas o las tarjetas —por ejemplo, ante un intento de fraude—, disponer de fondos y medios de pago en otra entidad evita quedar completamente incomunicado financieramente.

También puede suponer un ahorro en determinadas operaciones. Por ejemplo, se puede contratar una cuenta que ofrezca una tarjeta de débito con retiradas gratuitas en cualquier cajero, algo útil cuando no hay cerca una oficina o un dispensador de la entidad habitual. De igual forma, existen opciones sin comisión por cambio de divisa, una característica especialmente ventajosa para quienes viajan fuera de la zona euro.

Finalmente, es una herramienta de seguridad frente a fraudes en compras por internet. Una práctica recomendable es emplear una tarjeta exclusiva para pagos en línea, vinculada a una cuenta distinta a la principal. Así, en caso de uso fraudulento, el importe máximo que podrían sustraer se limita al saldo disponible en esa cuenta. Mantener un saldo reducido en ella ayuda a minimizar el impacto y evita contratiempos mayores en caso de estafa.