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Análisis económicoJosé Ramón Riera

Parados invisibles y prestaciones disparadas: 14.160 millones ya pagados

Lo de las estadísticas en este país amenaza con convertirse en un problema de enormes proporciones y no tardará mucho en estallar

Lo de las estadísticas en este país amenaza con convertirse en un problema de enormes proporciones y no tardará mucho en estallar.

El día en que un gobierno toma la decisión de ajustar las estadísticas, los resultados económicos y la información sobre la marcha del país a sus propios intereses espurios, estamos ante un fraude que supera incluso al de manipular votos en una urna. Porque si alterar un resultado electoral golpea directamente a la democracia, la palabra más sagrada para los españoles desde 1978, manipular la información económica ataca el corazón mismo del sistema productivo.

La «tezanización» de los datos económicos tiene consecuencias mucho más profundas de lo que algunos imaginan. No hablamos solo de propaganda política o de titulares complacientes en los medios. Hablamos de decisiones empresariales, de inversiones, de empleo, de dinero real que se arriesga cada día. Si a empresarios y trabajadores se les convence de que «España va como un cohete» cuando en realidad el cohete es de cartón, lo que se genera son errores masivos en la toma de decisiones. Y esos errores se pagan caros: cierres, quiebras, despidos y vidas arruinadas.

El Código Penal ya contempla como delito inducir a error en operaciones económicas. ¿Por qué? Porque se entiende que manipular información, con conocimiento de causa, para provocar un daño es un fraude en toda regla. Pues bien, cuando un gobierno crea expectativas falsas de crecimiento o de bonanza, solo para ganar tiempo y mantenerse en el poder, está condenando a miles de pequeños y medianos empresarios a navegar a ciegas en un mar embravecido.

Las grandes empresas del IBEX 35 tienen recursos, asesores y acceso a información privilegiada. Incluso las compañías del Mercado Continuo pueden defenderse con mejores herramientas. Pero el tejido productivo real, el que sostiene a este país, son las pymes. Muchas de ellas toman decisiones cruciales basándose en las estadísticas que leen en los informes oficiales o en los titulares de prensa: abrir o no una nueva delegación, contratar o no más personal, invertir o esperar. Un error en ese terreno no es un tropiezo, puede ser la sentencia de muerte de un negocio familiar levantado con décadas de esfuerzo.

Con datos adulterados lo único seguro es que se multiplican las malas decisiones

Por eso, garantizar información económica veraz y transparente no es una cuestión técnica ni burocrática: es un asunto de supervivencia nacional. Porque con datos adulterados, lo único seguro es que se multiplican las malas decisiones.

Hoy quiero mostrarles de nuevo como este gobierno coloca como bandera de sus éxitos la reducción del paro y el éxito que este supone y si nos creemos estos datos, no nos queda otro remedio que aceptar que este gobierno lo hace de maravilla, vean sino los datos de paro oficial del mes de julio:

Según estos datos este país ha conseguido bajar el número de parados a 2.404.606, lo que equivale a haber reducido el paro en 145.631 personas, con solo un mes muy malo, enero, que el paro subió en 49.206 personas, tres meses muy buenos, abril, mayo y junio, en los que en ese trimestre se redujo el paro en 174.175 personas y un mes de julio preocupante, porque en pleno mes turístico solo se reducen el paro en 1.357 efectivos.

El gobierno puede decir que lo está haciendo de «fruta madre». Pero cuando nos vamos a las estadísticas de Prestaciones por Desempleo, elaboradas por el mismo Ministerio de Trabajo, aparecen las sorpresas. Resulta que éstas no solo no han decrecido, sino que crecen de forma desmesurada:

A julio de 2024 le habíamos dedicado a esta partida la nada despreciable cifra de 13.257 millones de euros. Este año a cierre del mismo mes, nos hemos gastado 14.159 millones, un 6,8 % más cuando el paro decrece en un 5,7 % en el mismo período de tiempo.

La cifra en siete meses ha crecido ya en 901,9 millones y va camino de superar, de largo, los 1.550 millones y llevarnos a superar con creces los 24.200 millones.

El peor mes en prestaciones fue enero, en que tuvimos que pagar 2.215 millones, pero ya llevamos acumulados 4 meses superando esa cifra, cuando en 2024 solo la superaron los meses de enero y febrero.

La situación es completamente incomprensible, cuanto más baja el paro, un 5,7 %, más suben las prestaciones por desempleo.

Si a la sociedad le decimos que el paro está cayendo por la buena gestión del Gobierno, aunque quien crea empleo son los empresarios, pero no les contamos que en esas estadísticas no se cuentan los Fijos-Discontinuos, a los que deberíamos acostúmbranos a llamarles Parados-Discontinuos y que por eso la realidad es totalmente la opuesta y a la vez no les informamos que las Prestaciones por desempleo han subido un 6,8 %, pues estamos falseando una realidad económica.

No olvidemos que para pagar las prestaciones por desempleo no son suficientes las aportaciones que hacen los trabajadores mensualmente por sus cotizaciones sociales y mucho menos, si efectivamente los parados superan de largo los 3,3 millones, porque ya sabemos que la Seguridad Social, en la cifra de Afiliación tiene un conteo, cuando menos, dudoso. Se dan situaciones como que una persona que es autónoma y además tiene un contrato a tiempo parcial está contada 2 veces y si además, durante un mes ha tenido 2 o más contratos a tiempo parcial y pagando su cuota de autónoma, ha contado por 3 o más veces en el mismo mes. Es decir, el pluriempleo se está contabilizando como varias afiliaciones.

La realidad es la que es, no tenemos 2,4 millones de parados, ni menos que el año pasado, porque pagamos más por desempleo y la Seguridad Social y sus datos de afiliación son un cachondeo.

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