Manifestación en la Gran Vía de Barcelona para denunciar el «genocidio» de Israel en Gaza.
Pinchan las movilizaciones en favor de Palestina: «No tiene ningún sentido en este momento»
En Madrid, el seguimiento fue «prácticamente nulo», con un 0,06 % en sanidad, un 2,7 % en educación y apenas un 1 % en el transporte público
Las movilizaciones convocadas este miércoles en apoyo al pueblo palestino han tenido un seguimiento muy limitado en toda España. La jornada, promovida por sindicatos y organizaciones estudiantiles bajo el lema de protesta contra el «genocidio en Gaza», coincidía con el reciente alto el fuego firmado entre Israel y Hamás en Sharm el Sheij, y apenas ha logrado reunir a unos pocos miles de personas en las principales ciudades del país.
UGT y CCOO habían llamado a realizar paros parciales de dos horas en cada turno y concentraciones simbólicas en los centros de trabajo. En Madrid, los secretarios generales de ambos sindicatos, Unai Sordo y Pepe Álvarez, participaron en una breve concentración frente al Hospital Niño Jesús junto al embajador palestino, Husni Abdel Wahed. En Barcelona, las centrales sindicales cifraron en un millar los asistentes a la marcha celebrada por la mañana, aunque la afluencia real fue notablemente inferior.
El movimiento estudiantil también había promovido una huelga de 24 horas en institutos y universidades, pero las cifras de seguimiento fueron igualmente reducidas. En Madrid y Barcelona apenas se registraron unos pocos miles de jóvenes, muy lejos de las movilizaciones de semanas anteriores. El Sindicato de Estudiantes, principal organizador de la protesta, había instado a «pararlo todo para parar el genocidio», pese a la tregua alcanzada en la Franja.
En el Congreso, los diputados de Sumar, EH Bildu y BNG abandonaron el pleno para secundar los paros y exhibir símbolos propalestinos, mientras que una pequeña representación socialista se ausentó durante unos minutos. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, no participó en los actos, aunque su grupo parlamentario expresó «solidaridad con el pueblo palestino» mediante un manifiesto y una fotografía conjunta en las escalinatas del Congreso.
Las protestas apenas alteraron la normalidad laboral y de transporte. Según la Comunidad de Madrid, el seguimiento fue «prácticamente nulo», con un 0,06 % en sanidad, un 2,7 % en educación y apenas un 1 % en el transporte público. En el resto de autonomías, las concentraciones se limitaron a grupos reducidos frente a sedes sindicales, hospitales o ayuntamientos.
«No tiene ningún sentido ya en este momento, una vez que se han firmado los acuerdos de paz, pero bueno, tenemos unos sindicatos que tenían ya la pancarta sacada», ha señalado el consejero de Presidencia, Justicia y Administración Local de la Comunidad de Madrid, Miguel Ángel García Martín.
Pese a la escasa participación y al nuevo contexto de alto el fuego, las organizaciones convocantes insistieron en mantener la jornada «para exigir una paz justa y duradera» y denunciar la «complicidad internacional» con Israel.
Huelga «ilegal»
Por su parte, el secretario general del sindicato Solidaridad, Jordi de la Fuente, ha señalado que se trata de una «huelga ilegal» que utiliza a Palestina «como carnaza» para «hacer un juego político que nada tiene que ver con los derechos laborales».
«Es una cortina de humo ideológica para tapar al Gobierno de Pedro Sánchez, que es el que paga las subvenciones a los 'comegambas' de CC.OO. y UGT», ha añadido el líder del sindicato cercano a Vox.
