Terminada la opa, la fusión Sabadell-Unicaja podría llegar en menos de un año
La relación entre ambas entidades es muy buena, a diferencia de lo que ocurría con BBVA, y su negocio es muy complementario
El presidente del Sabadell, Josep Oliu, junto con el de Unicaja, José Sevilla.
En el Banco Sabadell aún están celebrando lo que consideran una gran victoria, pero en el mercado se espera que la entidad catalana tome alguna decisión corporativa después la oferta de compra fallida por parte de BBVA .
Fuentes del sector financiero ven viable una fusión entre el Banco Sabadell y Unicaja en menos de un año. Son entidades complementarias: Sabadell concentra sobre todo su negocio en Cataluña, Levante y Madrid, y Unicaja en Andalucía, Extremadura, Asturias y Cantabria; el banco catalán es líder en pequeñas y medianas empresas, y Unicaja en crédito hipotecario. Si la operación se produjera, la entidad resultante dominaría todo el Arco Mediterráneo, desde el norte de Cataluña a Huelva, e incluso podría desplazar a Abanca como líder en el norte por volumen de activos, ya que el Sabadell se hizo fuerte en el País Vasco tras la compra del Banco Guipuzcoano.
La entidad resultante dominaría el Arco Mediterráneo, del norte de Cataluña a Huelva
La relación entre ambas entidades es muy buena, y su directiva es de primer nivel. Sería un buen final de carrera para el presidente Josep Oliu, que tiene 76 años y podría pilotar cuatro o cinco años de transición, y Unicaja cuenta con José Sevilla, un banquero de gran prestigio y con la experiencia previa de la fusión entre Bankia y La Caixa, que vivió siendo consejero delegado de la primera.
Algunos dudan de que la Fundación Unicaja, principal accionista de Unicaja con el 31 %, pudiera estar de acuerdo con esta operación. Habría que ver en qué posición queda, pues ese 31 % equivale a unos 2.000 millones en el Unicaja de hoy, y se quedaría en menos de un 10 % de una entidad resultante que sumaría unos 22.000 millones en Bolsa. Sería un punto clave de la negociación. Fuentes del sector no descartan que otros accionistas de Unicaja como Mayoral o Tomás Olivo pudieran estar interesados en ser accionistas de un banco mayor y con más liquidez para sus acciones.
Por otra parte, una fusión entre Sabadell y Unicaja consolidaría a la nueva entidad en la cuarta posición entre los bancos españoles por volumen de activos, por detrás de Santander, BBVA y CaixaBank. Los dos bancos están atravesando un gran momento. El Sabadell obtuvo en 2024 un beneficio histórico de 1.827 millones de euros después de cinco años de una transformación radical que arrancó en 2020 ganando solo dos millones de euros. Unicaja ganó 338 millones de euros en el primer semestre de este año, un 14,6 % más que en el mismo periodo de 2024, y se ha marcado como objetivo alcanzar un beneficio neto acumulado de 1.600 millones de euros entre los años 2025-27, y repartir el 85 % de este beneficio en dividendos a los accionistas.
La unión entre Unicaja y Sabadell encaja, y la de Abanca parece que no tanto, tanto por una parte como por otra, según fuentes conocedoras.
El banco andaluz sigue con su buena tendencia, mejorando sus ingresos en buena medida gracias a los Non-Interest Income (seguros, fondos…), compensando de este modo la caída del margen de intereses como consecuencia del descenso de los tipos de interés, e incrementando su rentabilidad. Su ROE (retorno sobre patrimonio neto) es del 9 %, algo mejor que en trimestres anteriores, y meritorio, teniendo en cuenta la caída de tipos. No es un ROE espectacular (los grandes bancos se mueven entre un 14 % y un 15 %), pero sí bueno para un banco regional muy importante para las pymes y el desarrollo de Málaga y de la comunidad autónoma andaluza.
La evolución de Unicaja es muy positiva, más aún teniendo en cuenta que su consejo de administración era un polvorín no hace mucho tiempo
La evolución de Unicaja es muy positiva, más aún teniendo en cuenta que no hace mucho tiempo su consejo de administración era un polvorín. En la actualidad, el gobierno de la entidad está asentado, sin luchas en el accionariado ni en el consejo. Buena parte de culpa la tiene José Sevilla, que fue nombrado presidente de la entidad en abril de 2024. Según fuentes conocedoras, el consejero delegado, Isidro Rubiales, quería como presidente a alguien más flojo que el ex consejero delegado de Bankia, pero la Fundación Unicaja quiso que fuera Sevilla.
Analistas como Nuria Álvarez, de Renta 4, no ven ninguna necesidad de que Unicaja se fusione, y le ve recorrido para seguir creciendo: «No tienen tanto margen para ganar terreno en hipotecas, donde poseen una cuota muy alta de mercado, pero sí en la venta cruzada: seguros, fondos de inversión… Toda esa parte era una pata que fallaba dentro de las comisiones netas, que estaba menos desarrollada. Ahora le están poniendo más el foco con su plan estratégico». También vería un poco «contradictorio» que Sabadell se lanzara a corto plazo a por Unicaja, cuando durante todo el proceso de la opa sus directivos han estado diciendo que podían seguir siendo independientes. No lo ve a corto plazo, pero nunca se sabe si en dos o tres años.
Álvarez estima que Unicaja ha ido perdiendo mucho peso en el negocio de empresas en los últimos años, precisamente un punto fuerte del Sabadell, y que «ahora es básicamente un banco de hipotecas. Las hipotecas ofrecen algunas ventajas, pero su desventaja principal es que es un producto poco rentable. De ahí se puede extrapolar la baja rentabilidad que tenía el banco en términos de ROTE (retorno sobre el patrimonio tangible). Si se centra bien en las áreas en las que está presente y en crecer en activos bajo gestión generando más comisiones en seguros, banca de empresas, metiendo un poco más de peso en banca de empresas con financiación a consumo, les queda recorrido para crecer con su plan estratégico».
Esta analista piensa que Unicaja va por el buen camino, más aún teniendo en cuenta el trabajo que se ha hecho en los dos últimos años para dar la vuelta a una entidad que venía de un mal legado en coste de riesgo y provisiones, y que comparaba mal con sus competidores. Han hecho una buena limpia, han resuelto sus problemas de gobierno corporativo tras la fusión con Liberbank y poco a poco van mejorando en una rentabilidad que estaba muy por debajo de la de sus competidores.
La pregunta es, si ahora que ambos bancos están saneados y en buena línea, deciden que es un buen momento para fusionarse y hacerse más fuertes, o no. Expertos del sector financiero verían clara la operación si la macroeconomía fuera mal, porque es un modo para las entidades de diluir las pérdidas latentes, pero «cuando la macro va bien, como ahora dicen los números en España, nadie quiere ceder el testigo». Por otra parte, hay ciertas dudas de que el Sabadell tuviera capital suficiente para abordar la operación.