Pedro Sánchez se ríe de los jóvenes: 806 millones de euros para vivienda y 276.000 casas fantasma
Los anuncios del presidente del Gobierno deben de ser un sueño, porque nadie sabe nada de ellos
Que la vivienda es un problema lo sabemos desde hace mucho tiempo, pero de vez en cuando conviene recapitular de dónde venimos y hasta dónde hemos llegado.
Tras el estallido de la burbuja, después de la crisis financiera inmobiliaria de 2008, los precios cayeron muchísimo y la construcción y las nuevas obras se paralizaron. Desde 2014 la recuperación fue desigual: la demanda creció, pero la oferta nunca volvió a niveles anteriores y la vivienda pública cayó a máximos históricos.
Desde esos años hay estudios que ya advertían de «problemas de acceso a la vivienda», especialmente para jóvenes y hogares con ingresos bajos, lo cual creó una base persistente de desequilibrio: precios de alquiler altos, poca vivienda social, oferta insuficiente…
Entre 2014 y 2019 los precios de la vivienda volvieron a crecer: según los datos del mercado, las ventas se recuperaron y los precios subieron de manera sostenida: el alquiler empieza a subir en ciudades grandes. La demanda de alquiler crece, lo que presiona aún más los precios. En esos años ya se hablaba en ámbitos académicos y sociales del «problema de acceso a la vivienda», sobre todo para jóvenes e inquilinos de bajos ingresos. Aunque no era una «alarma generalizada», ya había señales claras para sectores vulnerables.
Tras la pandemia y con tipos bajos, la demanda de hogares crece, los precios suben con fuerza y muchos jóvenes o inquilinos sienten que la vivienda se vuelve inaccesible. El mercado de alquiler y compra se tensiona, la vivienda protegida sigue siendo muy escasa y los informes del Banco de España reconocen que «los problemas de acceso a vivienda se han incrementado en los últimos años» especialmente para alquilar, en grandes áreas urbanas y entre hogares de renta media-baja. La vivienda empieza a generar un debate público y empieza a aparecer en cuestionarios de opinión pública como una de las principales preocupaciones sociales
Para muchos economistas y sociólogos, 2021–2022 marca un punto de inflexión. La vivienda deja de ser un problema estructural de ciertos colectivos y se convierte en un problema de amplios sectores.
En 2024, numerosos informes y artículos denuncian abiertamente que España sufre una «crisis habitacional», con precios disparados, oferta insuficiente, alquileres prohibitivos, caída de vivienda protegida y un retraso drástico en la emancipación juvenil.
Hoy, en 2025, la vivienda ya es considerada por la mayoría como uno de los principales problemas sociales del país.
Lo único que ha hecho Sánchez es mentir, mentir, mentir y mentir, que eso sí que lo sabe hacer muy bien
Veamos ahora las grandes promesas de Pedro Sánchez con respecto a este tema:
El 17 de febrero de 2021, Sánchez promete desde La Moncloa que va a reforzar la política de vivienda social, que para él dic ser es una prioridad. Apunta que va a asignar 1.000 millones euros procedentes de los fondos europeos del Plan de Recuperación para impulsar vivienda asequible. Eso es falso, no ha hecho nada.
El 25 de abril 2023, anuncia en el Senado la construcción de 20.000 viviendas en suelos del Ministerio de Defensa para alquiler social. ¿Han visto ustedes alguna vivienda construida y entregada a la fecha? Falso.
Ese anuncio se suma al compromiso global en campaña electoral que eleva a 183.000 viviendas asequibles las previstas por el Gobierno. Falso, solo de boquilla.
El 29 julio 2024, Sánchez anuncia la construcción de 43.000 viviendas destinadas a alquiler social o asequible mediante acuerdos con el ICO, y afirma que hay ya más de 80.000 viviendas en fases de desarrollo en distintos programas públicos. Debe de ser un sueño, porque nadie sabe nada de nada de este anuncio.
El 1 diciembre 2024 y en el 41.º Congreso Federal del PSOE, anuncia la creación de una «gran empresa pública de vivienda» para construir y gestionar viviendas desde el Estado. Se llama Casa 47, pero sigue son hacer nada, salvo ser otro Organismo Público para pagar salarios.
Y por último, el 25 de abril de 2025 anuncia un proyecto estratégico público-privado con inversión de 1.300 millones euros para promover construcción de vivienda modular/industrializada, con la meta de «construir más, mejor y más asequible». No tengo datos contables, pero me parece que es otro bluf completo.
Vamos a ver, lo que nadie puede negar es que la Contabilidad Nacional que elabora la Intervención General de la Administración del Estado, que se realiza por la función del gasto, tiene un capítulo, el nº6, que se llama Vivienda y Servicios comunitarios, donde se contabiliza todo el gasto de la Administración Central, de las Comunidades Autónomas y de las Corporaciones Locales.
Pues bien, en esa Contabilidad Nacional aparecen los siguientes gastos para este Capítulo:
Como pueden ver, desde 2018 el gobierno de Sánchez al capítulo de Vivienda le ha dedicado en total 806 millones de euros, el 1,9 % de todo los que se ha dedicado en estos 7 años, donde las Comunidades Autónomas han puesto de sus presupuestos 16.758 millones, el 38,8 % del total y los Ayuntamientos y Diputaciones han sacado de sus ingresos 25.580 millones.
Me gustaría que alguien me explique cómo con 806 millones de euros se puede:
2) Construir 20.000 viviendas en suelo del Ministerio de Defensa (25/3/2023).
3) Anuncio electoral de construir 183.000 viviendas (julio 2023).
4) Construcción 43.000 viviendas con ayuda del ICO (29/7/2024).
5) Casa 47, super anuncio de la gestión de la SAREB (1/12/2024).
Como pueden ustedes claramente observar, es que con 806 millones que dice la IGAE que la Administración Central del Estado ha dedicado a Vivienda, lo único que ha hecho Sánchez es mentir, mentir, mentir y mentir, que eso sí que lo sabe hacer muy bien. El Rey de la mentira se ha vuelto a reír de los jóvenes.