Valladolid ilumina su patrimonio con la ruta Ríos de luz

Desde 2010, un proyecto innovador y punto de referencia ilumina los principales monumentos de Valladolid. Se trata de una acción pionera que promociona el rico y muchas veces desconocido patrimonio local de la ciudad, impulsa el consumo local, proporciona una mayor coherencia urbana, y mejora la seguridad y la experiencia nocturna. Siempre, de la mano de una alta eficiencia energética gracias a la tecnología LED y al control DALI. En 2011, esta iniciativa le valió a Valladolid el título de ciudad mejor iluminada del mundo. Fue en Gotemburgo, Suecia, donde compitió con más de 100 ciudades.

Ríos de luz, sugiere un recorrido lumínico por la ciudad: una ruta viva que aúna eficiencia energética, arte e interés cultural y turístico, con la vida social, comercial y gastronómica acompañando. Se puede hacer con itinerarios guiados o de forma autónoma gracias a su trazado accesible. Este año, por primera vez, la magia de la luz baña el Mercado del Val y la Casa Mantilla, dos edificios de gran relevancia histórica, patrimonial y turística para Valladolid en los cuales se ha sustituido el sistema de iluminación exterior por elementos LED de mucha mayor eficiencia energética. Además, se ha actualizado la iluminación de la iglesia de La Antigua, y de la Academia de Caballería, con la colaboración de Fundación Iberdrola que también colaborará con una nueva iluminación para el edificio del Ayuntamiento de Valladolid.

Un río que guía

La ruta Ríos de luz recupera la memoria del río Esgueva y lo reintegra de forma simbólica en su cauce original por el centro de Valladolid. Se usan diferentes colores para guiar y diferenciar el recorrido: el verde para el paseo urbano en alusión al curso original del río, desviado del centro en el siglo XIX para facilitar el crecimiento de la ciudad; el burdeos violáceo, color institucional de Valladolid, para los edificios de uso cultural; y, para los templos e iglesias, se ha tenido en cuenta el uso litúrgico de los colores. De esta manera, en el tiempo de Adviento, Cuaresma y Difuntos, el morado adorna las torres de las iglesias; en Pascua, Navidad y festividades, lo hace el blanco; y en Domingo de Ramos, Viernes Santo, Pentecostés, Apóstoles y Santos Mártires, se utiliza el rojo. El resto del año, el verde es el color que identifica estos edificios históricos.

El recorrido lo forman seis áreas sucesivas dentro de la ciudad: Área de San Benito, Entorno de San Pablo, Zona Catedral, Plaza Mayor y aledaños, Plaza del Milenio y Plaza de Zorrilla. Cada una de ellas con sus edificios culturales o militares, iglesias y partes de trazado urbano iluminados. Son un total de 36 espacios los que brillan bajo el cielo nocturno de Valladolid.

Joyas encendidas

El Área de San Benito presume del Monasterio y la Iglesia de San Benito el Real, cuyo patio herreriano da nombre al Museo de Arte Contemporáneo Español Patio Herreriano, con más de 900 obras de Dalí, Tapies, Miró o Chillida. Junto a él, el Convento de San Agustín, hoy Archivo Municipal, donde destacan en su fachada los escudos de los condes de Villamediana. En la histórica calle de San Ignacio se halla la Iglesia de San Miguel y San Julián, con una rica colección de tallas, retablos y pinturas. Y casi frente a ella, el Palacio de Fabio Nelli, sede del Museo de Valladolid.

La ruta Ríos de luz recupera la memoria del río Esgueva y lo reintegra de forma simbólica en su cauce original

En el entorno de San Pablo se encuentran la real Plaza de San Pablo, donde destaca su Iglesia, construida en el siglo XV y de fachada hispano-flamenca; hay que mencionar también el Colegio de San Gregorio, donde tuvo lugar la controversia de Valladolid, de la que se celebra el 475 aniversario en 2025; el Palacio Real, donde fijó su residencia Felipe III entre 1601 y 1606, periodo en el que Valladolid fue capital de España; y el Palacio de Pimentel, que vio nacer a Felipe II el 21 de mayo de 1527. El patrimonio se completa con la escultura de Chillida Lo profundo es el aire, un homenaje a Jorge Guillén; el Palacio del Marqués de Villena, ejemplo de arquitectura palaciega; y la portada y muros laterales del Colegio de San Gregorio, que, al igual que la Casa del Sol, son hoy espacios del Museo Nacional Colegio de San Gregorio. Adentrándonos por la calle Fray Luis de Granada, llegamos a la Casa Revilla, sede de la Fundación Municipal de Cultura.

En la denominada Zona Catedral, protagonizan la cercana Iglesia de San Martín, con su rotunda torre románica, y un fragmento del lienzo de la muralla medieval de Valladolid, que nos conduce calle abajo hasta la Iglesia de las Angustias, templo penitencial acondicionado para el cobijo de relevantes pasos procesionales, como la Virgen de las Angustias, obra cumbre de Juan de Juni. Continuamos la ruta hasta llegar al Teatro Calderón y, en la calle Platerías, a la Iglesia Penitencial de la Vera Cruz, que alberga en su interior un importante conjunto de tallas procesionales de Gregorio Fernández y Andrés Solanes.

Símbolo de la ciudad, la Iglesia de Santa María de la Antigua conserva la torre y el pórtico norte de estilo románico. Casi enfrente, se sitúan las ruinas de la antigua Colegiata y la Catedral, en la que destacan su Retablo Mayor (Juan de Juni) y su Museo Diocesano y Catedralicio. Por la calle Librería llegamos al Palacio de Santa Cruz, sede actual del Rectorado de la Universidad de Valladolid.

El corazón de la ciudad

El área de la Plaza Mayor y aledaños, en el corazón de Valladolid, invita a seguir la ruta por el Pasaje Gutiérrez, galería comercial del siglo XIX, muy al estilo europeo, que conduce hasta la Iglesia del Salvador y juguetea en la calle Sierpe hasta llegar a la Fuente Dorada. Justo al lado, se encuentra la Plaza Mayor, conjunto urbanístico del s. XVI, considerada como la primera Plaza Mayor regular de España. Muy cerca de esta quedan la antigua Iglesia Penitencial de la Pasión, hoy Sala Municipal de Exposiciones, y la Iglesia de Las Francesas.

La Plaza del Milenio pone nombre a la quinta zona que conforma «Ríos de luz». Paseando por delante de la fachada del Monasterio de San Joaquín y Santa Ana, nos aproximamos a la Iglesia de San Lorenzo, que guarda la talla de la patrona de Zaragoza. En ese punto, la luz invita a cruzar las aguas del Pisuerga por el Puente de Isabel la Católica. En la otra ribera, un novedoso espacio deleita los sentidos: la plaza del Milenio, una zona única y polivalente con una protagonista de excepción, su cúpula.

La ruta toca a su fin en la Plaza de Zorrilla. En el Paseo del mismo nombre, podremos disfrutar de la belleza de la Academia de Caballería, de principios del siglo XX y tendencia historicista, así como del Centro de Recursos Turísticos, el Campo Grande y la Acera de Recoletos.

Para lograr que visitantes locales y turistas puedan disfrutar al máximo de la experiencia, el proyecto se ha modernizado con la nueva web www.valladolidriosdeluz.com, que permite consultar la ruta a través de un mapa y conocer todos los detalles de los edificios que la componen. Además, está disponible una aplicación móvil, para iOS y Android, desde la que el usuario puede iluminar a demanda algunos de los lugares más emblemáticos de la ruta nocturna. La app también cuenta con un chatbot basado en un motor de Inteligencia Artificial con información de la ruta, audioguías en castellano e inglés, un sistema de geolocalización para poder encontrar con facilidad los puntos de interés y un lector de códigos QR con toda la información relativa a los edificios que pueden contemplarse durante Ríos de Luz.

Y lo que acompaña especialmente a toda esta ruta arquitectónica y patrimonial es el recorrido gastronómico que ofrece la ciudad, reconocida como la ciudad mundial de las tapas, no sólo por organizar el Concurso Nacional e Internacional de Pinchos y Tapas cada noviembre, sino también por sus grandes vinos de varias denominaciones y porque las propuestas de sus bares y restaurantes reúnen tradición y vanguardia. en sus famosos platos