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25 de abril de 2024

Rosa Visiedo, rectora de la Universidad CEU San Pablo de Madrid

Rosa Visiedo, rectora de la Universidad CEU San Pablo de MadridPaula Argüelles

Entrevista

Rosa Visiedo: «No creo que la LOSU consiga europeizar la Universidad»

Entrevistamos a la rectora de la Universidad CEU San Pablo sobre el borrador de la Ley de Universidades

El Gobierno ha presentado el borrado de la Ley de Universidades, un texto que nació con polémica por la falta de consenso de Manuel Castells. Su sucesor, Joan Subirats, ha sabido reconducir la situación, pero la ley todavía deja muchos asuntos sin resolver. Sobre la LOSU hablamos con Rosa Visedo, rectora de la Universidad CEU San Pablo.
¿Qué valoración hace del borrador de la LOSU?
–Es un texto más «marco», más abierto que el anterior, que no entra en tanto detalle. Deja más espacio a la autonomía de las Universidades y a las competencias de las Comunidades Autónomas. Creo que ha intentado sortear algunos de los obstáculos que impidieron un mayor consenso en el anterior texto y ha realizado algunas concesiones a los diferentes colectivos, especialmente a los estudiantes.
No obstante, parece que no ha satisfecho sus expectativas, como se desprende del comunicado de las asociaciones representantes del estudiantado. Por razones distintas, tampoco ha contentado a los Consejos Sociales, cuyo papel no refuerza, tal como estos reivindicaban.
Según el borrador, los contratos temporales no podrán superar el 20 % de la plantilla del personal docente e investigador. Anteriormente, era del 40 % y no se cumplía. ¿No quedan estas medidas en papel mojado?
–Es una medida para evitar el mal uso de la figura del asociado. Como en todos los requisitos que normativamente se establezcan, deberían disponerse los mecanismos y los controles necesarios para que se cumplan.
¿Qué opina del sistema de elección del rector?
–Es un sistema que obliga exclusivamente a las universidades públicas. En el texto se dejan los detalles del sistema de elección y los requisitos que deben reunir los candidatos a rectores a lo que determinen los Estatutos de cada Universidad. En principio, me parecen positivas las medidas que favorecen la autonomía en la gobernanza y la gestión de las universidades.
Subirats ha hablado de la europeización del sistema universitario. ¿Por qué no se instaura el 3+2 de manera obligatoria?
–No en todos los países europeos se sigue esta estructura de las enseñanzas universitarias denominada «3+2» (grado de 3 años, máster de 2 años). Otros países extracomunitarios también tienen, como en España, grados de una duración estándar de 4 años, exceptuando aquellos de mayor duración porque tienen normativas específicas.
Considero que, para muchas enseñanzas, 3 años resultan escasos, incluso para una formación generalista. Creo que lo importante es la calidad de la formación y que los estudiantes adquieran las competencias previstas, no tanto la duración de los distintos títulos. En todo caso, «europeizar» la Universidad debería ir más allá del debate sobre la duración de los títulos y no estoy segura de que esta ley lo consiga.
No acabamos de entender el sistema de microcredenciales. ¿No debería ser una competencia de Trabajo o de los distintos sectores en función de las necesidades del tejido empresarial?
–Creo que las Universidades deben acercarse más a las empresas y estar atentas a sus necesidades. Mejorar el potencial de nuestros jóvenes para obtener empleo (lo que ahora llamamos «empleabilidad») es una de las misiones de la Universidad, puesto que debemos formar integralmente a nuestros estudiantes, en lo intelectual y lo personal, pero también en lo profesional.
La incorporación de la formación permanente a la oferta universitaria responde a esta voluntad de dar respuesta a las necesidades y demandas de las empresas, incluso en colaboración con ellas y con la administración pública competente en la materia. Me parece bien que se contemple en la LOSU, siempre y cuando no haya exceso de reglamentación y podamos ser ágiles para gestionar esa oferta de formación permanente.
¿Teme que la universidad española tenga que adaptar sus estándares de exigencia a los marcados por la LOMLOE en ESO y Bachillerato?
–Espero que no sea así, me parecería un grave error. Por nuestra parte, en las Universidades CEU, mantendremos nuestros estándares, que premian el esfuerzo y el trabajo bien hecho, sin reducir nuestro nivel de exigencia.
Creo que «igualar por abajo» no es una buena política si queremos seguir preparando adecuadamente a los jóvenes que nuestra sociedad y nuestro futuro necesitan.
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