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27 de abril de 2024

La Rioja ha acogido este miércoles en el polideportivo de la Universidad de La Rioja (UR), el pistoletazo de salida a nivel nacional de la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), en un inicio de jornada marcado por los nervios de los estudiantes, quienes no han soltado los apuntes hasta el último minuto, y en la que se han visto pocas mascarillas

Los docentes, inquietos y hartos cuando observan que sus materiales acaban colgados en la red para comerciar con ellosEFE

Universidad

El trapicheo de apuntes en internet, ¿intercambio altruista o negocio lucrativo?

En la era de Internet, proliferan plataformas donde no solo apuntes, sino materiales con derechos de autor e incluso exámenes, acaban colgados y descargados a cambio de un módico precio

¿Es el mercadeo de apuntes en la red un negocio altruista para ayudar a aprobar a otros compañeros o un negocio para ganar dinero a costa del esfuerzo de otros? Ese es el debate que se plantea la proliferación de plataformas donde se cuelga material docente que puede ser descargable a cambio de un módico precio.
Alumnos universitarios y de bachillerato se lanzan a bucear por ellas en busca de los apuntes que les permitan salvar un examen para el que creen no disponer del material adecuado. Aunque todas ellas, desde los estertores de aquel primitivo El Rincón del Vago, nacieron con un carácter altruista donde la recompensa no solo era el aprobado sino lograrlo sin estudiar mucho o haber asistido a clase, en los últimos tiempos su remuneración económica y el lanzamiento de apps más innovadores plantean una duda moral.

Muchos textos, pocos euros

En los últimos tiempos, el gran 'contenedor' de apuntes en la red tiene un nombre: Wuolah, una 'start up' sevillana. En 2022, registró, según datos publicados por EFE, un total de 8.000 creadores de contenido que recaudaron unos 222.000 euros.
No es fácil ganar dinero solo ofreciendo apuntes. Enrique Ruiz, uno de sus fundadores, explicaba en El País la metodología: «los buenos usuarios ya ganan alrededor de 100 euros al mes». Los alumnos detallan que se gana muy poco por descarga y que se necesita llegar a 20 euros para poder sacar lo que has generado. Ante ello, la plataforma se defiende, que explota su filón publicitario, se defiende: la página web no quiere quedarse en una simple plataforma de apuntes por lo que estudia habilitar servicios extra como vídeos explicativos de materias y contenidos complementarios.

La queja (y el miedo) de los docentes

En este mercadeo, entre vendedor y comprador, hay una tercera pata que hasta ahora no hemos mencionado: los profesores, que en su afán de hacer más interesantes sus clases o facilitar los contenidos mediante presentaciones que antiguamente se depositaban en reprografía, observan cómo ahora todos los materiales que se han trabajado ellos acaban subidos en la red para beneficio de unos pocos.
Incluso en esos casos donde los apuntes son del alumno, este los ha tomado con una clara procedencia: las explicaciones del profesor. ¿Quién tendría derecho, por tanto, a cobrar por ellos, dando por sentado que valen dinero?
La plataforma explica en sus condiciones que no se pueden subir documentos obtenidos sin consentimiento, pero un rápido vistazo por ella arroja un resultado contundente: es muy fácil encontrar apuntes cuya propiedad era del profesorado.
Un profesor lo resumía en Twitter así: «En la era digital, de la docencia virtual, de la difusión de materiales didácticos… algo falla si alguien hace negocio simplemente vendiendo lo que copia de quien produce y crea».

Problemas legales

En 2021, el rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral, recordó al estudiantado que la Ley de Propiedad Intelectual protegía los derechos de autor de las explicaciones de cátedra, y esto comprendía materiales docentes como apuntes o exámenes.

Wuolah se defendió en ese momento asegurando que su política pasaba por respetar los derechos de autor y que si detectaban que entre los apuntes subidos por el alumno había material en realidad elaborado por un profesor, los retiraban a las 24-48 horas de su reporte.

Ante una colusión con la propiedad intelectual, especialistas y otros miembros de la comunidad educativa, como decanos, han avisado de que, tarde o temprano, este tipo de plataformas acabarán por tener 'problemas legales'.
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