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19 de mayo de 2024

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Ilustración sobre la politización de la educación en CataluñaPaula Andrade

El fracaso escolar en la Cataluña de la inmersión lingüística y los experimentos pedagógicos

La politización de la educación con una imposición del catalán como lengua vehicular y los proyectos educativos experimentales son causas de la caída en los datos de Educación en la comunidad

La pandemia del coronavirus, la inmersión lingüística, la alta tasa de inmigración, la intervención judicial en políticas educativas... desde que salió el informe internacional PISA el pasado diciembre se ha dicho mucho acerca de por qué Cataluña se ha quedado a la cola de las comunidades peor paradas de España en Educación. Los alumnos catalanes están por debajo de la media española en dos cursos en lectura, uno y medio en matemáticas y un año en ciencias.
Concretamente, en comprensión lectora, el informe PISA situó a Cataluña 12 puntos por debajo de la media española, de 474 puntos, y 14 puntos por debajo de la media de los países de la OCDE, con 476 puntos. En competencia matemática, la comunidad obtuvo 469 puntos, 21 menos que en las últimas pruebas de 2018, la cifra más baja desde 2006. Los malos resultados también tocaron de pleno la competencia científica. En esta los alumnos catalanes lograron el peor dato desde 2003 con 477 puntos, 12 menos que en 2018.
A estos malos datos hay que añadirles los arrojados por el informe internacional PIRLS de 2021, que mide la comprensión lectora de los niños de Primaria. En este estudio Cataluña ya había retrocedido 17 puntos.
Los motivos de tal desplome en sendos informes requieren un análisis en profundidad. Una de las excusas aludidas ha sido el cierre de las escuelas por la crisis de la Covid-19 y lo que supuso de retraso en los estudiantes. Sin embargo, Daniel Roberto Salinas, responsable de PISA, desmintió esta circunstancia y explicó que la pandemia solo hizo acentuar la catástrofe escolar catalana que ya se estaba forjando desde hacía un década.
Otra de las justificaciones aportadas por el Gobierno de Pere Aragonès fue el alto número de alumnos inmigrantes de cuarto de la ESO a los que sometieron a hacer la prueba para el informe PISA en Cataluña, un 24 %. Si bien es cierto que la tasa de alumnado inmigrante ha aumentado en los últimos años en la región catalana, también lo es que este colectivo representa únicamente el 15,7 % del total y por tanto, no sería representativo.
Las «injerencias judiciales del Estado», tal y como el Govern denominó a la batalla por lograr que en Cataluña un 25 % de las asignaturas se impartan en castellano también ha sido usado como excusa para los malos resultados escolares. Este pretexto se cae por su propio peso ya que la sentencia dictada por el Tribunal Supremo nunca ha llegado a aplicarse gracias a una nueva normativa que aprobó el Govern a última hora en la Cámara con la que logró sortear el auto.
Sin embargo, la gran politización de la educación catalana sí podría estar teniendo repercusión. Desde el PP, Vox y múltiples asociaciones como Hablamos Español acusan a la inmersión lingüística en catalán como factor más destacado para el descenso académico y critican que el modelo educativo catalán es un modelo fallido pues está más preocupado por imponer la lengua catalana que por la excelencia y aprendizaje de sus alumnos. Las evidencias de que la imposición del catalán a alumnos castellanohablantes influye en su nivel de compresión lectora y en la decisión de abandonar de una forma más temprana los estudios son cuantificables.
No obstante, desde los partidos independentistas omiten esta problemática y, al contrario, defienden esta política educativa a capa y espada. Basta ver los programas electorales de los partidos nacionalistas para este 12 de mayo para comprobar que la batalla por la lengua catalana es y sigue siendo una de las bazas destacadas de sus campañas.

Modas pedagógicas, otro fracaso

En otro orden de cosas, desde la recién creada Plataforma per l'Educació de Qualitat denuncian que «las modas pedagógicas impuestas en las aulas desde 2015 mediante una orden del Govern» son causa inequívoca del actual fracaso educativo. Critican que las escuelas se hayan «vaciado de contenidos académicos» que restan aprendizaje a los alumnos y se hayan sustituido por asignaturas llamadas Ámbitos, Proyectos, Espacios o Momentos que son «una opacidad» para los padres. Supuestamente en ellas se han de dar de manera transversal asignaturas troncales, pero el resultado que observan los padres es que «al final del curso los niños no aprenden lo que tocaría por año» y son los padres los que tienen que complementar los conocimientos de sus hijos «bien en casa o con clases extraescolares». Esto provoca, lamenta la presidenta de la plataforma, Dori Huertas, que «los alumnos de clase social más baja no tengan una educación de calidad porque solo pueden permitirse la que reciben en el colegio».
El uso de pantallas en las clases, «que distraen a los alumnos» así como la falta de inversión en «aulas de acogida o de nuevos docentes o docentes especializados en diversidad», en opinión de la plataforma, son otras de las causas del fracaso escolar catalán. Por ello, han iniciado una recogida de firmas con la que exigir al Govern que «deje de aplicar innovaciones educativas experimentales sin garantías» para pasar a atender «las reivindicaciones de los docentes que están a pie de aula y que piden recuperar el sistema educativo que funciona y que tiene evidencia científica», concluyen.
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