
VIII Congreso Nacional de Bioética del CEU
VIII Congreso Nacional de Bioética del CEU
La crisis de la familia, a examen a través de Juan Pablo II: «Hay signos de esperanza entre los jóvenes»
En una mesa redonda moderada por la directora del Instituto CEU de Estudios de la Familia, Carmen Fernández de la Cigoña, se han expuesto las razones por las que la familia, tan perseguida en nuestros días, está consagrada como 'santuario de la vida'
La familia está en crisis. Cada vez más personas optan por una vida individualista, las cifras de matrimonios caen, se elevan los divorcios, la natalidad está en mínimos y la cultura de la muerte se ha instalado en todos y cada uno de los ámbitos de la sociedad. Ante esta realidad desesperanzadora, el CEU ha organizado su VIII Congreso Nacional de Bioética, en el que se ha rescatado la encíclica Evangelium Vitae, escrita por Juan Pablo II y publicada el 25 de marzo de 1995.
En una mesa redonda moderada por la directora del Instituto CEU de Estudios de la Familia, Carmen Fernández de la Cigoña, se han expuesto las razones por las que la familia, tan perseguida en nuestros días, está consagrada como 'santuario de la vida'.
Carmen Sánchez Maíllo, secretaria del Instituto CEU de Estudios de la Familia, ha defendido durante su intervención que «el futuro de la humanidad se forma en la familia». «Es ese lugar donde la vida es protegida y tiene esa misión especial, pero necesita de otras familias. No puede ser una isla desierta sola, porque sino, decae», ha argumentado.
Por otro lado, la también profesora de la facultad de Derecho del CEU ha explicado que «la vida humana esta en una situación muy precaria», y que esas amenazas de las que ya avisaba Juan Pablo II en la citada encíclica «nos las encontramos hoy consolidadas».
«La persona es un animal familiar, es el lugar donde se espera la vida, en el que se educa la vida, en el que se comparte la vida en todas sus etapas y se cuida esa vida enferma y anciana. Se te quiere aunque seas un petardo y un pesado. Es el lugar de la transmisión de la fe y se enseña ese sentido de la vida, es un lugar de entrega», ha señalado. Por otro lado, Sánchez Maíllo ha reflexionado sobre que «los padres somos colaboradores con Dios en la generación del ser humano. Los momentos más intensos de la vida es cuando esperas un hijo o cuando ves la cara de tu hijo recién nacido. Dios nos confía esta tarea porque el hombre está llamado a custodiar el mundo», ha expresado.
«La familia está tocada, está dañada, tiene luces y sombras. Cada vez menos personas tienen ese modelo de familia. Frente a las legislaciones que permiten este daño a la vida, hay signos de esperanza entre los jóvenes porque hay muchísimas familias que día día seguimos Alguien que dijo 'Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida'», ha concluido su ponencia.
Pablo Velasco, decano de la Facultad de Humanidades y CC. de la Comunicación CEU-USP, se ha dirigido directamente a los alumnos presentes en el Congreso de Bioética, y ha señalado que a ojos de Juan Pablo II, «la gran luz de la vida es la familia, porque es santuario de la vida por la cultura».
Poniendo de ejemplo los bautizos, funerales y demás actos propios de nuestra cultura, Velasco ha incidido en que «celebrar la vida es lo que propone como vía para evangelizar, habla de las tradiciones donde se expresa la verdad eterna de la vida».