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Manuela Cañadas, portavoz de Vox en Baleares

Manuela Cañadas, portavoz de Vox en BalearesCedida

Entrevista | Manuela Cañadas, portavoz de Vox en Baleares

El principio del fin de la inmersión en Baleares: «Ya nadie va a obligar a un niño a hablar catalán en el patio»

Manuela Cañadas, portavoz de Vox en Baleares, atiende a El Debate para conversar sobre los puntos más novedosos —a la vez que polémicos— del acuerdo entre su formación y el PP de Marga Prohens

El pasado 30 de mayo, el Gobierno 'popular' de Marga Prohens cerró finalmente un acuerdo con Vox para aprobar así los presupuestos de Baleares de cara a 2025. Entre los puntos más destacados de la negociación, destacan las variaciones en torno a la legislación educativa vigente, y en concreto, a la política lingüística de inmersión que impera en la región insular.

Según se desprende del acuerdo, los de Abascal han exigido al PP que el español pueda ser elegido como lengua vehicular en la enseñanza, derecho lógico en una comunidad con dos lenguas cooficiales, pero duramente criticado y repudiado por los colectivos nacionalistas.

Manuela Cañadas, portavoz de Vox en Baleares, atiende a El Debate por teléfono para conversar sobre los puntos más novedosos —a la vez que polémicos— del acuerdo entre su formación y el PP de Marga Prohens.

— ¿En qué puntos han tenido más dificultad para llegar a un entendimiento durante estos meses de negociaciones?

— La verdad es que siempre con el Partido Popular los problemas vienen por el tema lingüístico, porque tienen un miedo a las calles y no se atreven a coger el toro por los cuernos y a cambiar las cosas para dar lo que nosotros defendemos, que es la libre elección de lengua.

Y me gustaría que lo explicaras, más que nada porque lo tergiversa la izquierda siempre y nos acusan de atacar al catalán. No estamos atacando al catalán. Nosotros lo que queremos es libertad para el que quiera estudiar en catalán, o mejor, en la lengua balear —que es la nuestra propia de aquí: mallorquín, menorquín, ibicenco, formenterés— que estudie y el que quiera estudiar en castellano, que tenga la libertad de hacerlo.

Aquí tenemos muchos trabajadores que vienen a cubrir puestos de muy difícil cobertura, o trabajadores temporales que no se quedan. Y una falta importante de cuerpos de seguridad del Estado que no se quedan en nuestras islas a trabajar, ni sanitarios, ni educadores, porque vienen con familia. Y, claro, tú no puedes trasladar a un niño de cualquier otra comunidad que ha estudiado en castellano y meterle un idioma a según qué edades.

Un aspecto que usted señaló como victoria clave en este acuerdo es el que tiene que ver con la cuestión lingüística en materia educativa. ¿Cuáles son los puntos clave de este acuerdo?

— Nosotros hemos exigido meter el español como lengua vehicular, que es lo normal en una comunidad bilingüe donde existen dos lenguas oficiales —castellano y catalán—. Y lo normal es que la lengua vehicular sean ambas.

Aquí, desde hace 30 años, se ha creado un ejército de adoctrinadores que vienen de Cataluña

¿Eso cómo se traduce? Pues que ya nadie va a poder obligar a un profesor o a un niño a hablar en catalán en el patio, en el comedor… A los niños se les exige hasta jugar en catalán y pedirlo todo en catalán. Que cuando tú vayas a la administración pública, puedas exigir que si te has comunicado en castellano te respondan en castellano. O sea, una normalidad del bilingüismo que se vive en las islas.

¿Qué ocurre en los colegios baleares? ¿Por qué muchos de ellos no están cumpliendo con la libre elección de lengua?

— Aquí, desde hace 30 años, se ha creado un ejército de adoctrinadores que vienen de Cataluña: filólogos catalanes que se han metido en las escuelas. Se han creado los sindicatos, que están subvencionados y apoyados por todo este nacionalismo, y lo único que han conseguido es crear asociaciones dentro de los propios colegios para que el catalán sea la única lengua. Y todo sea en catalán, y se desprecie y se ningunee al español.

Los directores, la mayoría, son catalanistas. Tenemos un montón de profesores que viven amargados durante todos estos 30 años, incluso algunos con bajas, y han tenido que cambiar de colegio. Aunque muchas veces no han podido con ellos, se han visto señalados por el simple hecho de exigir que hay dos lenguas y que se pueda impartir en ambas.

Al final, aquí el impedimento es que tenemos la escuela copada de activistas políticos que meten la ideología en las aulas, no de profesores vocacionales que vienen a dar clases de lo que toca: matemáticas, lengua, literatura… Ha entrado el activismo y la ideología en las aulas, y lo estamos viendo con todos los programas educativos.

— Un estudio reciente del Ministerio de Educación señala a Baleares como la comunidad que peores notas saca en la PAU. ¿A qué cree que se debe esto?

— No solo ese estudio, los informes PISA y otros estudios lo dicen. Hasta una directora dentro de la consejería dice que la inmersión lingüística es un fracaso. Nadie lo quiere ver porque hay una parte del Partido Popular muy catalanista. Otra parte es más españolista y está totalmente en contra, incluso nos apoya. De hecho, ha habido una encuesta nacional donde Santiago Abascal es el preferido para gobernar antes que el PP. Eso significa que muchos votantes del PP lo ven más valiente y creen que va a cumplir con su palabra de derogar las leyes ideológicas y luchar por los derechos ciudadanos, cosa que Feijóo no hace, con un discurso absolutamente nacionalista en Galicia. De hecho, en Galicia no se puede estudiar en español.

Manuela Cañadas, portavoz de Vox en Baleares

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Otra de las cuestiones pactadas es no aceptar más menores inmigrantes y elaborar planes de retorno a sus países con sus familias. ¿Temen una reacción del Gobierno central, que señaló que el decreto para el reparto de menores es de obligado cumplimiento?

— Bueno, de obligado cumplimiento para quien él quiere. En Cataluña no ha repartido menas prácticamente. Le da igual todo y vende a trozos mi tierra. Cataluña es España y somos muchos los que nos sentimos españoles pese a haber nacido allí. Los catalanes somos españoles. Lo que se vive ahora no es lo que yo viví antes de llegar a Mallorca.

No se puede asumir más menas. Cada uno cuesta 7.400 euros al mes. Hemos pedido pruebas más fiables de edad: la mayoría no son menores. También exigencias de un mínimo de tres años cuando tienen 17. Y para acceder a vivienda, mínimo cinco años de residencia. Primero, los de aquí. Y aplicar la Ley de Extranjería y quitar toda financiación a países que no acogen a sus menores.

¿Hay algún otro punto que les hubiera gustado añadir a los presupuestos y con el que no han podido llegar a un acuerdo con el PP?

— Derogar el decreto de mínimos, por ejemplo. Eso sí que es importante para nosotros. También modificar la Ley de Educación para introducir la lengua vehicular y ampliar el control de la conselleria sobre los centros. No puede ser que los centros tengan el control de nuestros hijos, que haya ideología de género, charlas donde se enseña a masturbarse a niños de 5 a 10 años. ¿Pero esto qué es?

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