Sala de Plenos del Tribunal Constitucional
Tribunales
El Constitucional pone fecha a su primer Pleno sin incluir los recursos más «problemáticos»
Los próximos días 15 y 16 de diciembre han sido elegidos por el nuevo presidente del Tribunal de Garantías, Pedro González-Trevijano, para abordar cuestiones
No habrá «nada particularmente llamativo» en el primer orden del día fijado por el Constitucional (TC) para abordar sus funciones propias. El nuevo Pleno del órgano, integrado ya por los cuatro miembros incorporados tras la última y reciente renovación pactada entre Gobierno y oposición, se reunirá la próxima semana para debatir sobre varios recursos entre los que no estarán los más «problemáticos» que atesora el Tribunal de Garantías. Ni el sempiterno contra la vigente ley del aborto, del que será ponente Enrique Arnaldo; ni los instados por PP y Vox contra la polémica ley Celáa, a cargo de los magistrados Ricardo Enríquez y Antonio Narváez; ni la nueva legislación sobre la eutanasia,... verán la luz, por el momento. Aunque antes de que finalice el recorrido del Pleno actual, con la próxima renovación del mes de junio, sí habrá borradores avanzados. Entre ellos, «la recusación de Puigdemont que será resuelta de forma diligente y rigurosa, en tiempo y forma», tal y como ha señalado el presidente Pedro González-Trevijano.
Lejos de la división y de los bloques, el recién elegido González-Trevijano buscará la unanimidad en el posicionamiento del Tribunal, especialmente, en los asuntos de mayor trascendencia social o en aquellos en los que las decisiones adoptadas por el Pleno sean susceptibles de una posterior lectura política. El más antiguo de los miembros integrantes de la institución fue nombrado con el respaldo del total de los Magistrados, excepto un voto en blanco al igual que el recibido por el vicepresidente Juan Antonio Xiol, y concitó un amplio apoyo como ponente de la sentencia que declaró inconstitucional el primer estado de alarma declarado por el Gobierno de Pedro Sánchez.
Con motivo de los actos oficiales celebrados para conmemorar la Constitución, el pasado 6 de diciembre, González-Trevijano calificó el «clima» actual en el seno del Tribunal de Garantías como «bueno y razonablemente existente en una institución que tiene encomendada ni más ni menos que una labor tan importante como es la de ser el máximo intérprete de la Constitución».
No en vano, bajo su presidencia, el Constitucional ha asumido el compromiso de abordar tres grandes retos: el primero de ellos, ya consumado, «para que todas las sensibilidades estén representadas» en el seno del Tribunal, el segundo para «tratar de consensuar las sentencias más importantes que están encima de la mesa» y, en último término, «mejorar la comunicación de los actos del Tribunal Constitucional» en lo relativo a los contenidos previstos para cada convocatoria y el sentido de las resoluciones dictadas.
No habrá más polémicas. Se trata de «abordar los asuntos con la seriedad y el rigor» que corresponde y sin hacer mella en una institución que, en los últimos tiempos, ha sido atacada con dureza «por sus resoluciones más complejas», apuntan a El Debate fuentes próximas al órgano. La nulidad de los actos del Parlamento de Cataluña, durante el procés, la declaración de inconstitucionalidad del referéndum ilegal del 1-O o la ilegalidad de los dos estados de alarma del Ejecutivo socialista durante la pandemia, entre otras, han situado al Tribunal de Garantías en el punto de mira.
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