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30 de abril de 2024

Concentración el pasado jueves contra la presunta agresión sexual sufrida por dos niñas en Logroño

Concentración el pasado jueves contra la presunta agresión sexual sufrida por dos niñas en LogroñoEuropa Press

Alarma ante el incremento de violaciones grupales y a menores: «Muchos lo ven normal en las relaciones»

Los Equipos Mujer-Menor (EMUME) de la Guardia Civil alertan de la inconsciencia de muchos menores, tanto agresores como víctimas, de que se está cometiendo un delito sexual

Con la crudeza de quien lo escucha demasiadas veces, pero con la serenidad de quien trabaja a diario con las dos partes de una agresión sexual, con la víctima y también con el agresor, el teniente Daniel Moreno, Jefe del EMUME Central (Equipo Mujer-Menor) de la Guardia Civil explica que muchos jóvenes «no son conscientes de las consecuencias que pueden tener ese tipo de conductas, lo ven como una situación normal dentro de las relaciones sociales o de las interacciones». Incluso resulta más doloroso cuando afirma que «ocurre en las dos partes, tanto en el autor como en la víctima, muchas veces no piensan que están cometiendo un delito o no piensan que son víctimas de un delito». Por eso es tan importante la labor que, desde la Guardia Civil realizan los EMUME.
En las últimas semanas, la opinión pública se ha escandalizado con atroces casos de agresiones sexuales como la sucedida el pasado domingo en Logroño donde un grupo de, al menos, siete menores agredieron sexualmente a dos niñas de 12 y 13 años. O la que tuvo lugar en un centro comercial de Badalona (Barcelona) el pasado mes de febrero donde seis menores agredieron a una niña de 11 años. O la reciente condena, conocida este viernes, de un menor de 14 por facilitar que otro niño, más joven todavía e inimputable, obligara a realizar una felación a una niña de 13 años en Barcelona en 2020.
Sin duda, los casos de violencia sexual con menores implicados están aumentando de una forma muy importante. Según la memoria de la Fiscalía General del Estado, entre 2016 y 2021 se duplicaron el número de procedimientos con menores implicados. Según los datos de los que dispone el Ministerio del Interior, ni tan siquiera la pandemia consiguió descender el número de víctimas menores en delitos contra la libertad sexual. Mientras que en 2019 hubo 6.153 menores de edad víctimas, en 2021, 8.317 menores fueron víctimas de delitos contra la libertad sexual.

¿Cuáles son las causas?

«En estos momentos están empezando a realizarse estudios para comprobar si hay correlación entre un aumento del visionado de pornografía a unas edades cada vez más tempranas con la reproducción de esas conductas más sexualizadas. Todavía no se puede confirmar al 100 por 100, pero sí que es una línea que se está valorando», afirma el teniente Daniel Moreno.
El teniente de la Guardia Civil insiste en que, cuando un agresor sexual está frente a quien le ha detenido, «hay una falta de conciencia de que él haya sido autor de un delito de agresión sexual. Consideran que no se ha realizado, o bien por error, por ignorancia, o porque consideran que ha habido consentimiento de la víctima. Por eso normalmente no reconocen el delito».
Tal es la alarma que están causando estos datos que el verano pasado la Guardia Civil actualizó su protocolo de actuación respecto a la violencia sexual porque «es un tema que hay que prestarle especial atención». Y además de adecuar el protocolo a las nuevas normativas, también se ha puesto el foco en personas más vulnerables como pueden ser las personas extranjeras y las que tienen algún tipo de discapacidad, ya que resulta más complicado que acudan a denunciar, algo que suelen hacer acompañados por personal de ONG, fundaciones o asociaciones con quien tienen confianza. No en vano, en números relativos, «se dan más casos de agresiones entre discapacitados».

Concienciación en los colegios

Y por eso mismo, también se está reforzando la visita a los colegios para impartir charlas de concienciación a los menores. «Ahí es donde detectamos que en muchas ocasiones no son conscientes de las consecuencias que puede tener este tipo de conductas». Un claro ejemplo de esto sucedió el pasado mes de noviembre en una localidad colindante con Pamplona. Una niña de ocho años reconoció que había sido víctima de una agresión sexual a raíz de una charla que impartió la Policía Local en su colegio. Reconoció los hechos narrados en esa charla y se lo contó a su profesora, lo que originó la denuncia y la posterior detención del autor de la agresión sexual.
Por eso, el teniente Moreno explica que, dentro del Plan Director, aparte de ir a dar charlas, también se establece una coordinación directa y fluida con alguna persona del centro escolar. Es más habitual que la menor que se de cuenta que ha sido víctima de una agresión sexual lo comente con alguien de confianza dentro del colegio, no que acuda a una comisaría o a un puesto de la Guardia Civil.
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