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10 de mayo de 2024

El coordinador de Bildu, Arnaldo Otegi, el pasado sábado durante la celebración del 12 aniversario de la legalización de Bildu

Arnaldo Otegi, el pasado sábado durante la celebración del 12 aniversario de la legalización de BilduH. Bilbao / Europa Press

En las listas electorales de Bildu para el 28M hay 7 asesinos de ETA

En total, un total de 44 candidatos han cumplido algún tipo de condena por su pertenencia a la organización terrorista

Un total de 44 candidatos municipales y forales de Bildu en las elecciones que se celebrarán el próximo 28 de mayo han sido condenados formalmente como integrantes de la organización terrorista ETA, según ha investigado el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE). Y 7 de ellos tienen condenas por participar en asesinatos.
Lejos quedan los tiempos en los que las listas de partidos como ANV, Askatasuna o D3M eran anuladas por el Supremo por integrar entre sus candidatos a miembros de ETA y las formaciones ilegalizadas por ser continuación de la banda armada. El 1 de mayo de 2011 también las listas de Bildu fueron ilegalizadas por el Supremo con la motivación de que la mayoría de sus candidatos pertenecían a Batasuna, formación ilegalizada entonces. Las listas para las próximas elecciones no solo cuentan con un amplio número de candidatos que pasaron por Batasuna, sino que incluyen a 44 personas que, directamente, pertenecieron a ETA y 7 que participaron en asesinatos.
COVITE ha repasado las listas electorales de la formación abertzale para la convocatoria del próximo 28 de mayo y ha encontrado a siete personas con condena firme dictada por los tribunales por asesinato.

Siete condenados por asesinato

Son Agustín Muiños Dias, número 6 en la lista a la alcaldía de Legutiano, en Álava, y condenado en 1985 a 29 años de prisión por el asesinato en 1983 de José Antonio Julián Bayano; Begoña Uzkudun Etxenagusia, número 3 en la lista para la alcaldía de Régil y condenada en 1989 a 18 años de prisión por el asesinato de José Larrañaga Arenas en 1984; Juan Ramón Rojo González, número 21 en la lista a la alcaldía de Irún y condenado en 1996 a 30 años de prisión por el asesinato de Francisco Gil Mendoza en 1991; y Asier Uribarri Benito, número 4 en la lista para la alcaldía de Maruri-Jatabe y condenado en 2001 a 16 años de prisión por su participación como cómplice en el asesinato en 1997 del guardia civil José Manuel García Fernández.
A ellos se suman José Antonio Torre Altonaga, suplente número 2 de la lista a la alcaldía de Munguía y condenado en 1981 a 20 años de prisión por su colaboración en el asesinato en 1978 de Alberto Negro Viguera y Andrés Guerra Pereda; de Lander Maruri Basagoiti, suplente número 2 de la lista para la alcaldía de Ciérvena y condenado en 2001 a 16 años de prisión por su complicidad en el asesinato en 1997 del guardia civil José Manuel García Hernández; y Juan Carlos Arriaga Martínez, número 3 en la lista para la alcaldía de Berrioplano (Navarra) y condenado en 1989 a 29 años de prisión por el asesinato en 1984 de Jesús Alcocer Jiménez.
Incluso dos de ellos, Agustín Muiños Dias y José Antonio Torre Altonaga no tienen reparos en ser incluidos en las listas con el alias que utilizaban cuando se dedicaban a asesinar, 'Tinin' y 'Medius' respectivamente. Otros 37 candidatos de Bildu también han sido condenados por pertenencia o colaboración con la banda terrorista.

Las puertas giratorias de ETA

Para COVITE, «ninguna democracia digna, ningún Estado de Derecho consciente del significado de sus víctimas del terrorismo permitiría que las puertas giratorias de los terroristas fuesen la política. Que estas personas puedan llegar a ocupar cargos públicos, como si no hubiesen supuesto una gravísima amenaza a la democracia en el pasado, es preocupante y decepcionante», ha afirmado la presidenta de Covite, Consuelo Ordoñez, hermana del concejal popular asesinado en 1995, Gregorio Ordóñez.
«Dicen tener empatía y sentir el dolor de las víctimas, pero es mentira. Si fuera cierto, si tuvieran algo de decoro y se arrepintieran de su colaboración con ETA, se retirarían de la vida pública y dejarían de dar lecciones de paz y democracia», reprueba Consuelo Ordóñez.
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