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05 de mayo de 2024

El presidente del Gobierno oculta cuántas veces usó los palacios por ocio y si tuvo invitados, pese a que presume de «transparente»

Sánchez oculta cuántas veces usó los palacios por ocio y si tuvo invitados, pese a que presume de «transparente»Paula Andrade

Moncloa esconde cuántas veces ha ido Sánchez a los palacios de La Mareta y Las Marismillas y con qué amigos

Tras presumir de «transparente», Sánchez oculta cómo utilizó los palacios para su ocio y si tuvo invitados personales para disfrutarlos

Es muy probable que Pedro Sánchez usara el Falcon para irse de vacaciones, acompañado por amigos, a cualquiera de los dos palacios que más le gustan: el de Las Marismillas, en pleno coto de Doñana, y el de La Mareta, en las Canarias, un regalo del Rey Husein de Jordania a Don Juan Carlos I donde el monarca «exiliado» vio morir a su propia madre, doña María de las Mercedes, en plena Navidad del año 2000.
Pero no se sabe cuántas ni cómo ni con quién porque la Moncloa ha echado un candado para evitar que se conozca el uso que le da el presidente del Gobierno a dos espacios suntuosos en los que se fijó nada más estrenarse en el cargo: si el verano de 2018 estuvo marcado por su asistencia a un concierto de The Killers en la playa de Castellón, acompañado por Begoña Gómez, su Navidad de aquel mismo año transcurrió entre los dos célebres palacios.
El uso del Falcon durante la campaña electoral del 28-M no es el único secreto que Sánchez mantiene bajo llave. Tampoco quiere hablar de las veces que ha acudido a las casas oficiales propiedad del Estado en las que disfruta de sus vacaciones desde que es presidente del Gobierno.
Las Marismillas, en Doñana, y La Mareta, en Lanzarote, son dos de los palacios a los que se ha desplazado Sánchez junto a su familia durante sus días de asueto a cargo del erario público. Sin embargo, desde el Gobierno han preferido ignorar las preguntas de El Debate acerca de ellas.
En concreto, este periódico ha cuestionado a Moncloa acerca de la «relación de estancias en los diferentes inmuebles con indicación de las fechas de permanencia, y relación, –nombre y, en su caso, cargo o relación personal con el presidente–, de los acompañantes del presidente del Gobierno, así como el importe correspondiente a los mismos desglosado por cada destino y estancia, incluyendo los gastos correspondientes a manutención y/o alimentación y servicios de catering/limpieza».
Del mismo modo, también se ha preguntado, «el caso de que en tales estancias hubieran asistido ciudadanos privados, es decir que no tuvieran categoría de visitante público, –con los datos anonimizados según la legislación vigente–, medio de transporte empleado si hubieran hecho uso de los recursos públicos a tal fin».

Silencio absoluto

Sin embargo, pese a que la pregunta se realizó el pasado 17 de mayo, una vez más, Moncloa no ha dado respuesta a las cuestiones planteadas por El Debate, a quien ha acusado de publicar fake news.
Ante tales acusaciones infundadas, El Debate ha pedido amparo al Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, como organismo independiente, para que resuelva y obligue a Sánchez a facilitar la información, garantizando el derecho a saber de la ciudadanía, al igual que ha realizado en numerosas ocasiones y reprendiendo la actitud de Sánchez y dando la razón a este periódico.
Extracto de la solicitud de El Debate dirigida a Moncloa

Extracto de la solicitud de El Debate dirigida a MoncloaPaula Andrade

Aun así, ya llueve sobre mojado, pues no es la primera vez que Moncloa oculta datos acerca del uso de las residencias oficiales por parte del presidente del Gobierno. Es más, también se ha negado a desvelar si invita a familiares y amigos a las mismas.
De hecho, cuando Moncloa fue cuestionada acerca de los acompañantes de Sánchez en Doñana en el verano de 2019 tampoco contestó y tras una resolución del Consejo de Transparencia intentó escaparse de publicar el número de personas que estuvieron en el Palacio de las Marismillas asegurando que era un asunto que «entra de lleno en la esfera de intimidad del presidente del Gobierno y de su familia, en la que es su domicilio, residencia que se pone a disposición del responsable público en razón a su cargo y, fundamentalmente, por motivos de seguridad».
Una muestra más que deja en evidencia las contradicciones del presidente, pues mientras insiste, una y otra vez, en asegurar que rinde cuentas a la ciudadanía de forma reiterada, siempre busca excusas para no aclarar el uso que da a los bienes del Estado. Unas excusas que van desde apelar a su privacidad a todo lo contrario: alegar que es presidente 24 horas para poder usar el Falcon sin restricciones.
De hecho, el argumento fue descartado por el CTBG, que abroncó a Presidencia, pues no era «el momento procedimental oportuno para alegar los motivos esgrimidos en su oficio y mucho menos cuando no resultan de aplicación al caso» ya que «en la parte dispositiva de la resolución se establece expresamente que se proporcione a la reclamante el número (no la identidad) de los acompañantes».

Sin registro de visitas

Sin embargo, Moncloa se desentendió y zanjó el asunto al señalar que respecto «al número de acompañantes privados y familiares en cada ocupación no es posible facilitarlo, ya que no le consta a esta Vicesecretaria General si hubo acompañantes y, en caso afirmativo, la existencia de un registro de los mismos».
Así, y a la vista de los antecedentes del presidente con la utilización de recursos del Estado, entre los que se encuentran el uso de las aeronaves del Ejército para acudir al Foro de Gobiernos Progresistas haciéndolo coincidir con la Cumbre Iberoamerica, tal y como desveló El Debate; sin olvidar que fue obligado por la Audiencia Nacional al desvelar sus viajes en Falcon en la campaña electoral de 2019 ante su reiterada negativa a hacerlo, es evidente que, en contra de lo manifestado tantas veces por Sánchez, que en el pasado cara a cara que mantuvo con Feijóo se llegó a definir como transparente y limpio, se niega a responder a las preguntas de El Debate referidas al uso de los recursos públicos de los que dispone por ser el inquilino de la Moncloa, desafiando e incumpliendo de forma reiterada la Ley de Transparencia y Buen Gobierno.
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