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09 de mayo de 2024

Feijóo saluda desde el balcón, flanqueado por Gamarra y Bendodo

Feijóo saluda desde el balcón, flanqueado por Gamarra y BendodoEFE

Lo que no se vio

Tragedia en Génova 13: así vivieron Feijóo y su equipo la noche más larga y cruel

El presidente del PP siguió el agónico recuento desde una séptima planta «bunkerizada», de la que solo bajó para salir al balcón de la primera. Los populares no vieron venir la tormenta

Cuando a las ocho y media de la tarde Cuca Gamarra compareció para valorar las cifras de participación en las elecciones generales, nada hacía presagiar la tormenta que se cernía sobre Génova 13. «Con toda la prudencia, desde el PP creemos que ésta va a ser una gran jornada electoral. El PP va a recuperar la posición de primera fuerza política», se felicitó la secretaria general de los populares.
Minutos más tarde llegó a la sede nacional de su partido Alberto Núñez Feijóo para seguir el recuento desde la séptima planta, donde tiene su despacho. Las últimas encuestas situaban al PP con 145 escaños en el peor de casos. Y los reportes que le habían dado al vicesecretario de Organización del PP, Miguel Tellado, desde los territorios no eran malos. Días atrás, el propio Tellado vaticinaba 153 escaños.
A esa hora el balcón esperaba engalanado y la fiesta estaba preparada en la misma calle donde hace apenas dos meses los populares celebraron la rotunda victoria en las elecciones municipales y autonómicas. Por las escaleras de Génova revoloteaba el DJ el Pulpo, a la espera de su turno.
Empezó el recuento y, con él, las dudas y los nervios de los populares, las conversaciones en los pasillos y las caras de preocupación. Mientras, Feijóo y su núcleo duro permanecían en una séptima planta bunkerizada, de la que solo salió horas después para salir al balcón de la primera planta.
Con las primeras cifras se dijeron a sí mismos que quedaba mucho recuento. Pero, conforme avanzaba la noche, el PSOE no se apeaba de los 124 escaños. De hecho, Pedro Sánchez fue por delante hasta el 53 % del escrutinio, cuando por primera vez Feijóo lo adelantó. Pero tímidamente.
Ningún dirigente popular apareció por la sala de prensa durante el escrutinio, y eso ya fue sintomático. Cuando las cosas van bien -como el pasado 28 de mayo- siempre bajan a comentar la jugada. No tenían humor.
Los populares se repetían que faltaba Madrid por decir la última palabra, aunque el resultado del PSC en Cataluña y la recuperación del PSOE en Andalucía abrió los ojos a muchos: la izquierda se había movilizado más de lo que ninguna encuesta -o casi ninguna- previó. Con el 70 %, un veterano exresponsable de Organización del PP trataba de levantar los ánimos de los suyos asegurando que aún había margen para ganar 20 escaños. No fue así.
Tocaba decidir si Feijóo debía salir al balcón a pesar de la victoria tan amarga que estaba viviendo. No hubo debate, puesto que era obligado: había ganado, aunque en Génova 13 no lo pareciera. A las once de la noche, el partido informó a la prensa de que el presidente del PP saldría «a lo largo de la noche». Tardó más de una hora, después de las comparecencias de Santiago Abascal, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. Y acompañado por su equipo de campaña e Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida.
En las últimas horas se ha rumoreado que la presidenta madrileña se pensó si salir al balcón con Feijóo, pero desde su entorno lo niegan categóricamente. «Si no hubiera querido salir no habría ido», afirman. Lo cierto es que Ayuso no disimuló su absoluta decepción.
Para el candidato del PP aquellos minutos fueron un trago muy duro. Más si cabe después de escuchar cómo los simpatizantes coreaban «Ayuso, Ayuso» mientras él hablaba de intentar formar gobierno. Feijóo reaccionó rápido y agradeció a la presidenta madrileña y a Martínez Almeida su presencia en el balcón.
Después de eso llegaron el silencio y la gran pregunta: ¿Qué ha pasado? «Debemos estar orgullosos por lo conseguido. No queda otra», decía una dirigente popular, tratando de reponerse del golpe y poniendo en valor el hecho de haber recuperado 47 escaños en apenas cuatro años. «El choque con las expectativas ha sido muy grande», reconocía otro.
A las dos de la mañana, Feijóo seguía en Génova 13, tratando de encontrar explicación a lo que los populares no se explican.
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