El líder de Bildu, Arnaldo Otegi, el pasado mes de julio, en un mitin
El historial criminal de Otegi, que pide ejemplaridad a Luis Rubiales
El pasado penitenciario de Otegi comienza en el año 1987, cuando ingresó en prisión tras ser condenado a seis años de cárcel por el secuestro del entonces responsable de Michelín en Vitoria, Luis Abaitua
El líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, se ha unido a la campaña contra el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. El que fuese militante de la banda terrorista ETA ha condenado las actuaciones del exfutbolista y ha declarado que Rubiales está «deslegitimado absolutamente» para presidir «cualquier tipo de institución».
Esta condena al beso de Rubiales a Jenni Hermoso en la final del Mundial femenino contrasta de forma drástica con el historial criminal que protagoniza el líder de la coalición separatista, que hoy en día ostenta un cargo público como diputado del Congreso, costeado por todos los españoles.
El pasado penitenciario de Otegi comienza en el año 1987, cuando ingresó en prisión tras ser condenado a seis años de cárcel por el secuestro del entonces responsable de Michelín en Vitoria, Luis Abaitua. Tan solo cumplió la mitad de su condena, y quedó en libertad en el año 1990.
Tan solo dos años después, en el año 1989, la Fiscalía pidió a Otegi 29 años de cárcel por el secuestro del exdiputado de UCD Javier Rupérez. Finalmente, la víctima no pudo reconocer al líder de Bildu como uno de sus captores y éste fue absuelto.
De 1995 a 2005, Otegi fue parlamentario vasco por Herri Batasuna y Euskal Herritarrok, partidos declarados ilegales en España en 2003 por estar bajo la tutela de ETA. En 2005, volvió a prisión por el caso conocido como las herriko tabernas, asunto judicial que cayó en manos del actual ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska. Esta causa –que continúa hoy pendiente de juicio– solo le costó al ex miembro de ETA dos días de prisión, el tiempo que tardó en pagar una fianza de 400.000 euros.
Una nueva fianza
Otra nueva fianza, esta vez de 250.000 euros, le salvó de la cárcel tan sólo un año después, cuando fue condenado por inducir los actos violentos de una huelga convocada por el fallecimiento de dos presos de ETA. Solamente cumplió 9 días de prisión por tal delito.
En 2007, Otegi cumplió catorce meses de prisión a causa de una condena de la Audiencia Nacional por enaltecimiento del terrorismo. Asimismo, el caso Betaregune –proceso judicial contra varios miembros de la izquierda abertzale por intentar reconstruir el partido ilegalizado Batasuna siguiendo órdenes de la banda terrorista ETA– también salpicó a Otegi.
El abertzale fue condenado por la Audiencia Nacional el 16 de septiembre de 2011 a 10 años de cárcel, tras haber ingresado en 2009 en prisión preventiva. Tras la revisión de la sentencia, el Tribunal Supremo le rebajó la pena a 6 años de prisión, decisión avalada por el Tribunal Constitucional, pero no por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
Este órgano europeo, con sede en Estrasburgo, se acabó posicionando de parte de los acusados y estimó que se había cometido una falta de imparcialidad por parte del poder judicial español y que, asimismo, en la sentencia se vulneraba el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Tras esta caterva de condenas, Otegi no ha titubeado al pedir la dimisión de Luis Rubiales, en un intento de acercamiento a sus socios de Gobierno, y ha declarado que se están «dando demasiadas explicaciones» porque «es tan evidente lo que este señor, con sus actitudes, ha mostrado en público, que evidentemente, está deslegitimado absolutamente para presidir cualquier tipo de institución». Cabe destacar que Luis Rubiales ostenta la presidencia de la Federación Española de Fútbol, cargo privado que no corre a cargo de los impuestos de los españoles.
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