El vídeo de la confusión que adelanta El Debate
Video exclusivo
La confesión en la que un hombre explica por qué asesinó a su hermana en Granada
El Debate accede a dos videos previos al brutal crimen: Manuel apuñaló a su hermana y a su sobrino
Finales de mayo de este año. Está amaneciendo cuando Manuel entra en el chalé de su hermana Rosario. Ella no le espera. Ni siquiera sabe que tiene llaves. Ella se las dejó una vez en casa de sus padres y él las cogió para ver si se daba cuenta de que las había perdido. Ella vivía con el padre de ambos y para él fue un pecado imperdonable que no se percatara de la ausencia: ponía a su progenitor en riesgo. Cualquiera podía entrar en el domicilio y hacerle daño.
El Debate ha accedido a la confesión íntegra del asesino confeso: "Me levanté ‘encorajao’ por la rabia acumulada todos estos años y los malos modos de mi hermana. Yo tengo un demonio dentro pero mi hermana también tiene otro. Mi hermana era la niña mimada, la reina. Se hacía lo que ella quería. Mi padre se dejaba manipular por mi hermana.
Me fui a hablar con ella. Llevé un martillo de goma para enfrentarme a mi hermana y cogí una barra de hierro por si las cerraduras no se abrían. También llevé una mascarilla. Cuando llegué abrí la cancela de la puerta con llave".
Primera secuencia
Esa es la primera secuencia del video. Se observa a Manuel con un chándal y guantes negros, una mascarilla y una gorra. Accede a la parte delantera de la casa. Dentro hay dos perros, pastores belgas. A uno de ellos lo había adiestrado él mismo. Por eso no ladran. Uno de ellos coge un objeto del suelo y se lo lleva para que juegue con él.
Manuel no le hace ni caso. Camina a la parte de atrás del chalé. En el video se le observa con claridad. Lleva una lanza enorme en la mano. Apoya la barra en el suelo con cuidado para no hacer ruido y no despertar sospechas. Aprovecha para meter las llaves y tratar de acceder al interior.
«Cuando abrí la puerta principal me encontré a mi hermana en el pasillo», reconoce Manuel. «Le di con la barra de hierro. Le di, ella me quitó la mascarilla y me dijo algo, pero no lo recuerdo. Lucas, mi sobrino, estaba allí, viéndolo todo. Le di a mi hermana muchas veces hasta que cayó al suelo. Vi a Lucas, el a mí y pensé, no puedo, no puedo, que descanse el ‘angelico’, le cogí y le di, le di. El demonio se me metió dentro».
Cuando los hubo matado tomó una decisión: «Arrastré a mi hermana hasta donde estaba Lucas y pensé, que estén ‘junticos’. No sé de dónde saqué fuerzas para arrastrar a mi hermana, pero que estuviesen ‘junticos’. Con un encendedor le pegué fuego a la ropa de cama y me marché. Mi mujer y mi hija no se enteraron de nada, cuando llegué a casa estaban durmiendo. Después, me llamó mi madre por teléfono y me dijo, vente que nos vamos a Granada, que ha pasado algo muy malo, nos vamos en taxi».
El propio Manuel reconoce: «Lo que he hecho no tiene nombre, pena de muerte. Lo que le he hecho a mi madre, a mi mujer, a mi hija. No lo he pensado, no era yo. Quiero la pena de muerte, por favor, esto no tiene nombre». Sin embargo se justifica en la rabia que sentía contra su hermana: «Yo siempre he sido el estropajo y ella el guante suave. Vivo en el campo. La vida ha sido muy injusta conmigo. Hasta cuando me compré un piso, ella tuvo que dar la aprobación. Nunca han contado con mi opinión para nada: siempre me han dado la parte más pequeña y a ella la más grande».
Parece que el móvil puede ser la herencia, ya que el padre había fallecido en diciembre de 2022. Sin embargo, las raíces son más profundas. «De pequeños si discutíamos y mi hermana decía mi nombre, mi padre me pegaba en la cara, aunque no me maltrataba. Yo quería cuidar de mi padre de mayor, pero mi hermana se metía y se lo llevaba. Ella era la niña mimada, la reina. Se hacía lo que ella quería. Ella se cargó a mi padre. No quiero decir que lo matara, pero hay muchas formas de matar. Él pilló el covid malo y ella decía que lo cuidaba muy bien, pero la casa de mi hermana era fría y yo veía a mi padre mal. Rosario se reía de mí y de mi padre».
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