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28 de abril de 2024

El líder de Vox, Santiago Abascal, y la portavoz del partido en el Congreso, Pepa Millán

El líder de Vox, Santiago Abascal, y la portavoz del partido en el Congreso, Pepa MillánSergio R Moreno | GTRES

La estrategia de Vox para 2024: la oposición «más dura posible» a Sánchez y un pulso a Génova

Abascal convocará un Comité Ejecutivo Nacional para analizar la situación política. Augura en los próximos meses un «ataque feroz» contra su formación «coordinado desde el bipartidismo»

Santiago Abascal felicitaba el año nuevo este 1 de enero asegurando que será un «año de pelea y de reconquista». Del mensaje que compartió en sus redes sociales, se deduce la línea que seguirá Vox en 2024: habrá una oposición aún más dura al Gobierno de Pedro Sánchez y choque con el Partido Popular a nivel nacional, con quien lleva ya meses de desencuentro, que los últimos acontecimientos no han hecho sino ahondar en él.
Por lo pronto, ha anunciado que convocará en los primeros días del año un Comité Ejecutivo Nacional para analizar la situación, que, según escribió, padece España: «un gobierno ilegal que camina hacia la liquidación del Estado de derecho, y una supuesta oposición que lo está legitimando». Ha augurado además un «ataque feroz» contra Vox en los próximos meses «coordinado desde el bipartidismo». Es más, considera que Alberto Núñez Feijóo es «el responsable de una campaña electoral de demonización de Vox» y «será el responsable (con el aplauso de Ferraz) del acoso que sufrirá Vox y todos los españoles que se opongan a la normalización de este gobierno ilegal».
Tras la materialización del primer pago del PSOE a Bildu entregando la Alcaldía de Pamplona al partido de Arnaldo Otegi, fuentes de Vox trasladaron que continuarán «con la oposición más dura posible» en las instituciones, en los tribunales y en las calles.
En el último año, la han ejercido con mayor intensidad: comenzaron registrando una moción de censura contra Sánchez encabezada por Ramón Tamames, ajeno al partido, y terminaron presentando una querella contra el presidente del Gobierno por presunto delito de cohecho, entre otras cosas, y llamando a una movilización constante frente al «golpe» perpetrado por el dirigente socialista tras sus pactos con los separatistas.
El día del debate de investidura de Sánchez -el 15 de noviembre- Abascal le acusó de encabezar un «golpe de Estado», que vaticinó que el Gobierno intentaría disfrazar con «ropajes de legalidad». La presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, le pidió retirar sus palabras. No lo hizo, y terminada su intervención, él y los otros 32 diputados de Vox abandonaron el hemiciclo y salieron a saludar a quienes se manifestaban en la Carrera de San Jerónimo contra la investidura, y esa misma noche acudieron a la protesta de Ferraz. Este gesto dijo mucho de la posición que el partido iba a adoptar en la nueva legislatura.

Choque con Feijóo

El tono con la dirección nacional del Partido Popular se ha endurecido en los últimos meses, y no hay visos de que a corto plazo vaya a cambiar. Ello pese a que nivel autonómico, en cambio, sí hay colaboración entre ambos partidos: basta ver que se han podido acordar los presupuestos para 2024 en el plazo previsto en los nuevos gobiernos que comparten. La ruptura que Vox anunció a principios de diciembre era con Génova.
Lo que motivó la decisión entonces fue la negativa de los populares a buscar una respuesta coordinada para frenar el «golpe» de Sánchez, después de que los de Abascal pidieran en público y en privado reunirse con Feijóo para hacerlo. Pero también llevó a cortar relaciones, entre otras cosas, el hecho de que PP y PSOE hubieran pactado las comisiones parlamentarias. Vox les reprochaba falta de coherencia por manifestarse un día contra la amnistía y pactar con los socialistas, que la han registrado, al día siguiente.
El último acuerdo de Feijóo y Sánchez ha sido el relativo a reformar el artículo 49 de la Constitución –para suprimir el término «disminuido» del texto–. Vox ha presentado una enmienda a la totalidad al proyecto de reforma que registraron en el Congreso el pasado viernes los socialistas y los populares de forma conjunta, al considerar que no ha existido el consenso de todas los grupos parlamentarios que necesita toda reforma constitucional.
«El PP ha pactado con Sánchez la mesa del congreso, las comisiones parlamentarias de ambas cámaras, el gobierno de los jueces con mediadores extranjeros y ahora esto, que no es otra cosa que abrir la puerta a las ideologías extremistas en este caso disfrazadas de sensibilidad hacia las personas con discapacidad», criticó en Twitter Abascal, que considera que esta reforma «va mucho más allá que un simple cambio de terminología».
El mismo día en que Feijóo aceptó la reunión que le proponía Sánchez, desde la tribuna del Congreso, el líder de Vox tildó de «gigantesco error» que fuera a hacerlo: a su juicio, suponía legitimar las acciones de Sánchez. Este y Feijóo acordaron la reforma del artículo 49, y también desbloquear el CGPJ.
Lo primero ya está registrado; respecto a lo segundo, el PP propuso que la Comisión Europea actúe como mediadora para renovar el órgano de los jueces y modificar la ley del poder judicial. Esto último tampoco gustó a Abascal: cree que servirá al presidente del Gobierno para «legitimar su golpe y la amnistía». «Lamento que Feijóo haya decidido rendirse», dijo al respecto, erigiendo a su partido como lo único que queda «frente al golpe».
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