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04 de mayo de 2024

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer secretario del PSC, Salvador Illa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer secretario del PSC, Salvador IllaEFE

El PSC copia la estrategia de Sánchez en las generales y niega ahora cualquier cesión al independentismo tras el 12 de mayo

Las encuestas publicadas indican que casi un 50 % de sus votantes están en contra de la amnistía pactada entre Sánchez y Puigdemont y eso inquieta al equipo de Illa, que teme perder votos hacia la abstención

Pedro Sánchez fue a las elecciones generales de julio de 2023 negando cualquier cesión futura a los independentistas, aunque estos fueran imprescindibles para formar Gobierno. Desde Ferraz se ordenó a los socialistas navarros no cerrar ningún acuerdo con Bildu para formar el Gobierno foral ni en el Ayuntamiento de Pamplona hasta que no hubiera pasado el 23-J con el fin de que dichos acuerdos, que luego se materializaron y ya se habían pactado en secreto, no afectaran al resultado del PSOE a nivel nacional.
En la campaña del verano pasado, el candidato socialista a la reelección afirmó una y otra vez que no concedería la amnistía que exigían los independentistas catalanes, dado que la misma «no cabe dentro del ordenamiento jurídico español». El volantazo dado luego por Pedro Sánchez fue de 180 grados.
Los socialistas catalanes preferían que las elecciones catalanas se celebraran hacia finales de este año con el fin de que el debate generado por la cesión de la amnistía hubiera bajado de intensidad. Las encuestas publicadas indican que casi un 50 % de los votantes del PSC están en contra de la amnistía pactada entre Sánchez y Puigdemont y eso inquieta al equipo de Illa, que teme perder votos hacia la abstención y que la concentración de voto independentista en Puigdemont, en detrimento de ERC, le conduzca a una hasta hace poco imprevista derrota electoral el 12 de mayo. Con el fin de reconquistar a sus votantes más reacios a la amnistía, Salvador Illa ha llegado a afirmar que: «Abascal es más temible que Puigdemont».
En este contexto, los socialistas catalanes desde el día de la convocatoria electoral se han lanzado a una campaña de guiños hacia su electorado menos nacionalista para evitar su desmovilización. El primer movimiento de campaña del PSC ha sido presentar un recurso de inconstitucionalidad contra la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) admitida a trámite por la Mesa del Parlamento catalán, que solicita que el plenario del parlamento regional vote la secesión unilateral de Cataluña. Para los socialistas este gesto es gratis, dado que el Constitucional tardará en fallar sobre su recurso y, además, la votación está prevista para octubre, cuando ya se habrán celebrado las elecciones.
A continuación, Salvador Illa se ha trasladado a Edimburgo, donde ha mantenido una reunión con Gordon Brown, ex primer ministro laborista británico, pero sobre todo líder inequívoco de la exitosa campaña contra la independencia de Escocia. En la reunión con Brown, Illa ha insistido en que Cataluña no celebrará un referéndum de independencia. El problema para Illa es su poca credibilidad, dado que incluso cuando ya se habían celebrado las elecciones generales y Sánchez había anunciado su intención de negociar con Puigdemont, insistía en que la amnistía no estaba sobre la mesa.

En los días que Cataluña lleva sumergida en precampaña hay ocasiones en las que parece que las diferencias entre ERC y el PSC sean pactadas

El candidato socialista ha sido desmentido por la secretaria general de ERC, Marta Rovira, quien en una entrevista reciente afirmó que la negociación sobre el referéndum ya estaba sobre la mesa y se había abordado en las reuniones entre el PSOE y ERC mantenidas en Ginebra.
En los días que Cataluña lleva sumergida en precampaña hay ocasiones en las que parece que las diferencias entre ERC y el PSC sean pactadas. Una de estas ocasiones se ha dado con la presentación de la propuesta de ERC de que Cataluña se sume al País Vasco y Navarra en la recaudación integral de todos los impuestos. La medida, que en su día ya fue planteada por Artur Mas a Mariano Rajoy, fue rápidamente rechazada por el PSC. El rifirrafe parece interesar a ambos para evitar que todo el protagonismo recaiga en Puigdemont.
Los socialistas temen que la amnistía y la complicidad de Sánchez con ERC y Puigdemont lastre sus posibilidades de victoria y de formar Gobierno, pero la única prioridad de Ferraz sigue siendo conservar La Moncloa y, por lo tanto, tras las elecciones autonómicas del 12 de mayo, al igual que sucedió tras las generales, los socialistas cederán en todo lo que desde el independentismo se le exija a cambio de que Sánchez no se vea forzado a convocar elecciones generales anticipadas.
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