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Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos

Juan Carlos Monedero, fundador de PodemosEP

El balance judicial

Monedero dinamita el feminismo ideológico de Podemos y la izquierda radical

La denuncia de dos ex alumnas del cofundador e ideólogo de la formación morada pone en jaque el 'hermana, yo sí te creo'

Raquel Ogando y Ayme Román, ambas próximas a la cúpula de Podemos confesaban públicamente, hace unos días, que Pablo Iglesias e Irene Montero conocían sus denuncias de acoso sexual contra Juan Carlos Monedero y las ignoraron.

Los mensajes intercambiados por ambas con el profesor universitario, al que la Universidad Complutense de Madrid –donde es profesor del Departamento de Ciencia Política y de la Administración– ya ha abierto una investigación interna, y los audios revelados por ambas, fechados en abril de 2023, han dado la puntilla a una formación que hizo del feminismo ideológico su principal bandera política. Una hipotética defensa de las mujeres, a voz en grito que, sin embargo, de puertas adentro no encajaba con la realidad del partido.

No en vano, el escándalo de Íñigo Errejón, denunciado por Elisa Mouliáa por acoso sexual, se ha sucedido en un corto espacio de tiempo por otra aciaga polémica con Juan Carlos Monedero, de 62 años, como «baboso» protagonista.

De poco ha servido que Podemos haya confirmado que le apartó de la primera línea de la militancia tras conocer los dos testimonios sobre él por conductas inapropiadas contra libertad sexual de, al menos, las dos mujeres que se han atrevido a denunciarlo. Aún así mantuvo su militancia, activa, hasta el punto de quedarse dentro de los grupos internos del Consejo Ciudadano de Telegram o los WhatsApp y no hubo ningún expediente oficial de investigación, ni nadie le llamó para ser interrogado por el asunto del que no se derivó ninguna sanción disciplinaria, ni denuncia de oficio.

Lo cierto es que, con la ley del 'sí es sí' en la mano, que no será aplicable al caso, anterior a la entrada en vigor de la norma, Monedero debería haber sido investigado por agresión sexual.

De nuevo la izquierda, que presume de feminista, ha quedado en evidencia en materia normativa, y penal, por su hipocresía. El 'hermana, yo sí te creo' que se convertía en el slogan favorito de las ministras Montero y Belarra, y todo su séquito de asesoras, no aplicaba cuando quienes, presuntamente, acosaban a esas 'hermanas' eran otros 'hermanos' de formación.

Al más puro estilo del Derecho de autor, esto nunca ha sido el qué está mal, sin el quién hace el mal, y sobre quién, lo aplica. Así lo han confirmado los socios principales del Gobierno de Pedro Sánchez, tanto Podemos como Sumar, que ya acumulan varios escándalos entre sus filas, mientras han capitalizado durante años la causa del 'feminismo' como arma de ingeniería social.

Muchos juristas y expertos han puesto en evidencia las desigualdades fruto de las derivadas legales de la corriente de pensamiento morado: el derecho penal de autor, que castiga los mismos comportamientos con mayor pena en los casos en los que el sexo masculino esté detrás; invertir la carga de la prueba, dinamitando la más fundamental presunción de inocencia que rige el Estado de Derecho, cuando el delito lo comete un hombre sobre una mujer; o, criminalizar al sexo masculino, y por defecto, en determinados contextos sociales como la familia.

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