Santiago Abascal durante la entrevista en El Debate
Entrevista | Parte I
Santiago Abascal: «Sánchez sabe que su salida del Gobierno le coloca en un banquillo y hará lo posible para que no ocurra»
El líder de Vox se muestra convencido de que hay un plan para acabar con su partido, porque «es hoy la verdadera piedra en el zapato» del Ejecutivo
Asegura que su prioridad es echar a Sánchez cuanto antes, pero no solo para sacarle de Moncloa, sino para cambiar sus políticas
Santiago Abascal insiste en que no cabe diálogo con un Gobierno que, según denuncia, pese a que ofrece datos macroeconómicos aparentemente positivos, «manipulados y maquillados», está arruinando a los españoles; que ha pactado con los socios más extremistas y que está «asaltando» las instituciones, desde el Tribunal Constitucional o el Tribunal de Cuentas hasta Telefónica. Y por ello entiende que la oposición que se debe ejercer contra él y sus aliados debe ser total. Visita la redacción de El Debate para analizar la actualidad nacional e internacional.
— Acabamos de vivir una crisis descomunal por el apagón, una situación de colapso, en la que de nuevo hay ciudadanos desatendidos y donde da la sensación de que no hay un protocolo de intervención de los diferentes organismos de la Administración para actuar de forma inmediata y coordinada. ¿Qué cree que está fallando?
— Muchísimas cosas. Hay un fallo sistémico, que tiene que ver con el modelo de Estado que tenemos, el Estado de las autonomías. Hay una falta de entendimiento generalizado y de desvinculación del interés general y nacional. Pero ese es un problema permanente. En el momento presente el gran problema es Pedro Sánchez. El fallo de las infraestructuras se llama Pedro Sánchez.
Lo que ha ocurrido con el apagón está ocasionado por el fanatismo ideológico. El Gobierno estaba advertido de que sustentar un exceso de nuestra producción eléctrica en las renovables podía conducir a riesgos. Estaba advertido por Red Eléctrica, por expertos…Vox había hablado del riesgo de apagones, y decían que era un bulo de la ultraderecha. Y se ha producido. Y se ha producido por culpa de Pedro Sánchez.
— Desde algunos sectores hablan de decisiones ideológicas, otros de responsables incompetentes. En su opinión, ¿esto lo explica todo?
— Creo que en este caso el fanatismo ideológico lo explica todo. Cuando uno quiere aparecer ante el mundo como el campeón de las energías renovables y quiere colocar a España como el país que apuesta más por ellas y con un porcentaje de uso de las mismas —que son energías más inestables— que nos puede llevar a esta situación, la causa es ideológica. Luego puede salir Sánchez a echar la culpa a las centrales nucleares o a quien le dé la gana.
Ha culpado a los operadores privados, que, por cierto, son entidades donde hay socialistas colocados a dedo, tomando decisiones ideológicas y condicionando las decisiones de los técnicos. Creo que la cuestión ideológica y el fanatismo climático de Sánchez lo explica todo. Y, en este momento, el suyo, pero ese fanatismo es de origen bipartidista en la Unión Europea. Ha habido una criminalización de la energía nuclear que ha colocado a España en problemas, y de las energías térmicas.
Santiago Abascal en la redacción de El Debate
— ¿Cuál sería el planteamiento de Vox para conseguir la soberanía energética que vienen reclamando?
— España es un país privilegiado desde el punto de vista de la energía, porque tiene más sol que otros países, viento, desniveles orográficos que permiten también la producción de energía hidráulica. Y además, tenía centrales nucleares y centrales térmicas que están siendo desmanteladas. Apostando por las energías renovables y por otro tipo de energías como las que estaba señalando, podría alcanzar la soberanía energética y no tener que comprar energía a otros países.
Hoy, en cambio, seguimos dependiendo de países que son hostiles. Compramos mucho más gas a Rusia que antes del inicio de la guerra. La dependencia energética tiene consecuencias muy graves, también desde un punto de vista geopolítico, y creo que eso le ha ocurrido a España muy especialmente, pero también al resto de la UE.
— Hablando de cuestiones geopolíticas, Europa ha planteado un escenario de defensa frente a Rusia, reclamando un rearme. ¿Está Vox a favor de la guerra contra Putin?
— La guerra la inicia Putin contra Ucrania y nosotros de lo que estamos a favor es de dejar de financiar la guerra a Putin, que es lo que está haciendo en estos momentos Europa y muy especialmente España, comprando cada vez más gas. Creo que hay muchas cosas que debían haberse hecho y que no se han hecho. Y estamos a favor de los esfuerzos de paz. Alcanzar la paz sería muy bueno, especialmente para ellos, pero también para el continente.
Líderes que defienden sus intereses nacionales pueden entenderse. Quien no puede entenderse es quien defiende intereses de una casta de Bruselas, globalistas o chinos, como Sánchez
— Pedro Sánchez ha anunciado un plan de defensa con una inversión extra de casi 10.500 millones de euros para llegar al 2 % del PIB. ¿De qué se tiene que defender España principalmente?
— La pregunta está muy bien planteada, porque de repente parece que la principal amenaza para España es Rusia, y creo que España tiene otras amenazas. No digo que no sea una amenaza geopolítica, pero tiene otras mucho más urgentes que nunca han preocupado, muy especialmente al presidente del Gobierno, que llegó a decir que prescindiría del Ministerio de Defensa, y hoy nos dice que va a aumentar el presupuesto de Defensa. Lo que no sabemos es cómo va a hacerlo. Bueno, sí: con trampas y mentiras.
Lo que nos preocupa es que no hay un análisis serio en el Gobierno de cuáles son las verdaderas amenazas para España, las más directas. Creo que nuestra principal amenaza es sobre las plazas españolas en el norte de África, Ceuta y Melilla, porque Marruecos no reconoce que son de soberanía española. Ahí es donde deberíamos estar poniendo nuestros esfuerzos, y en la protección de nuestra frontera.
— Hablemos ahora de Donald Trump, porque hace unas semanas se puso sobre la mesa el debate sobre los aranceles y se puso cuestión la posición de Vox al respecto. Los aranceles de Trump, ¿sí o no?
— Lo hemos explicado en todas partes; lo sorprendente es que se ha instalado una mentira mediática en España. Vox no ha defendido ningún tipo de arancel de Estados Unidos hacia Europa. Jamás. Lo que hemos dicho es que el mayor arancel lo imponen los políticos de Bruselas en forma de Pacto Verde, de impuestos abusivos…Son muchos los aranceles y las trabas a las sociedades europeas impuestas por nuestros propios políticos.
En estos momentos, Trump ha planteado para equilibrar la balanza comercial un aumento de los aranceles. Es una estrategia de negociación. Ante eso se puede optar por la guerra comercial o por negociar. Georgia Meloni ha ido a Washington y ha hecho unos planteamientos que pueden llevar a un desbloqueo de esa hipotética guerra comercial y de esa imposición de aranceles.
Hay aranceles recíprocos entre la UE y EE.UU. y habría que ver quién es más beneficiado o perjudicado, pero tenemos que asumir que cuando un líder político quiere defender sus intereses nacionales, hay que afrontar una negociación. Líderes que defienden sus intereses nacionales pueden entenderse. Quien no puede entenderse es quien defiende intereses de una casta de Bruselas, globalistas o chinos, como Sánchez.
Santiago Abascal, durante su entrevista con El Debate
— ¿Qué repercusión cree va a tener en Occidente Donald Trump con su planteamiento frente al movimiento woke con el que llegó a la Casa Blanca?
— Creo que es muy esperanzador. Trump, Milei y otros muchos líderes, también las fuerzas patrióticas de la UE, han encabezado una revuelta frente a la ideología de género y la ideología woke que está siendo muy potente porque responde al sentido común. Es una revolución del sentido común. Y creo que eso va a cambiar el mundo.
— Precisamente Trump y Milei han sido dos casos de victoria contra la izquierda y lo que representa. Fueron a un ataque frontal contra el socialismo. ¿Cómo se derrota en España al socialismo? ¿Es suficiente acabar con el sanchismo?
— No. Creo que en todas partes hay que hacerlo de la misma manera, y tiene que haber una oposición frontal, diaria, por tierra, mar y aire. No puede haber treguas al PSOE ni a Sánchez. A veces se habla de sanchismo, pero el problema es el socialismo. En España adquiere unos ropajes especialmente extremistas con Pedro Sánchez, que además se rodea de todos los enemigos de España.
Y eso no se puede combatir a tiempo parcial. No es posible hacer oposición al socialismo y a Sánchez entre semana y dejar de hacerla el fin de semana. No es posible decir que este Gobierno es muy malo y después acudir a cada ronda de contactos del Gobierno. En ese sentido creo que el PP está extraordinariamente equivocado y está resultando muy dañino por mantener esa interlocución con el Gobierno.
— Estamos viendo cómo prácticamente cada semana hay nuevas informaciones sobre los casos de corrupción del PSOE y el entorno de Pedro Sánchez. Ahora se ha procesado al hermano del presidente por prevaricación y tráfico de influencias, y de nuevo el relato de los socialistas, lo señaló Santos Cerdán, fue que se «ataca un presidente con recortes de prensa», se «acosa» a su familia y que esto es «jugar sucio». ¿Cree que podría terminar ganando ese relato?
— Creo que ese relato tiene sus adeptos y tiene quienes lo compran, tanto en los medios como entre los votantes, pero no va a ganar. Está instalada entre la inmensa mayoría de los españoles la idea de que Sánchez está rodeado por una corrupción que él mismo dirige, que protagoniza y que afecta a su entorno más personal en lo político y más íntimo en lo familiar. No son recortes de prensa, son juicios, procesamientos, noticias escandalosas y, creo que eso va a ir desgastando poco a poco al Gobierno.
Es verdad que produce desesperación que no le desgaste de una manera más rápida y ver las encuestas y comprobar que Sánchez tiene una intención de voto del 27 %. No ha perdido votos porque su extremismo le ha hecho también crecer a costa de los partidos radicales que le sostenían y a los que está vaciando, pero esos apoyos se están debilitando. Estoy convencido de que si los españoles tienen la oportunidad de volver a ser preguntados en unas elecciones -y ojalá eso fuera mañana- Pedro Sánchez sale del poder inmediatamente.
Tiene que haber una oposición frontal, diaria, por tierra, mar y aire. No puede haber treguas al PSOE ni a Sánchez
Pero creo que las investigaciones de corrupción alejan la posibilidad de un adelanto electoral, porque Sánchez ya solo tiene una esperanza para no acabar sentado en el banquillo, y es utilizar las instituciones a su servicio, como lo está haciendo, de una manera brutal, para protegerse de las investigaciones judiciales. Sabe que su salida del Gobierno le coloca en un banquillo, y debemos comprender que alguien como él, que no tiene límites ni escrúpulos, va a hacer lo posible para que eso no ocurra. La situación es muy grave.
— Hay algunos que dicen que Vox puede estar en el «cuanto peor, mejor», en el sentido de que si continúa esta situación en España, esto favorece el ascenso de su partido. ¿Cuál es la prioridad de Vox: echar a Sánchez cuanto antes o intentar que el partido crezca más, a lo que podría ayudar que esta crisis institucional se prolongara?
— No, la prioridad de Vox es echar a Sánchez mañana, pero no para echarle simplemente, para cambiar sus políticas. Si vamos a echar a Sánchez como echamos a Zapatero, para poner a Feijoo y que haga lo mismo o parecido que Sánchez y no cambie nada, es un mal negocio. Echar a Sánchez es una prioridad, pero con un objetivo concreto para el día siguiente. Nosotros no queremos crecer a costa del desgaste de España.
— En los últimos días usted se ha referido a Sánchez como «sinvergüenza», «tirano», y ha asegurado que él disfruta con cada desastre que causa… ¿Podría parecer un exceso verbal?
— Pero lo creo firmemente. A mí me impresiona mucho la figura de Pedro Sánchez desde el punto de vista de su desaprensión emocional, de su absoluta desvinculación del interés general, de su capacidad para mentir siempre y en todo lugar y para sostenerse en el poder. Me impresiona que cualquier catástrofe la utilice a su favor. Tengo una consideración de Sánchez que no puede ser más negativa. Creo que es lo peor que le ha pasado a España en siglos.
— ¿Cómo han recibido la multa acordada por el Tribunal de Cuentas de algo más de 800.000 euros por recibir donaciones irregulares?
— Esas donaciones irregulares de las que nos acusa el Tribunal de Cuentas no son más que cientos de mesas informativas en las que se venden pulseras o llaveros de Vox. Es una propuesta de sanción nunca antes vista, absolutamente injusta —y que, por supuesto, vamos a recurrir—, que evidencia solo una cosa: el miedo de Sánchez y del Gobierno a Vox.
Este Tribunal de Cuentas, asaltado por el PSOE gracias a la ayuda del PP, pretende imponer una sanción a la única formación que defiende autofinanciarse con las cuotas de sus afiliados y con actividades promocionales como estas mesas de las que le hablo. Y eso nos lo dice un órgano tomado al asalto por el PSOE, el partido de la droga, de las fiestas con 'señoritas' y de los ERE. Es un insulto a la inteligencia de millones de españoles. Pero no nos preocupa nada y, por supuesto, no nos va a hacer dar ni un paso atrás.
— Publicamos en El Debate recientemente que el Gobierno está trabajando en una reforma a la carta de la Ley de Financiación de Partidos, con la que pretenden cortar precisamente la financiación extranjera que, por ejemplo, ustedes reciben —en su caso, de un banco húngaro—. ¿Desde su punto de vista, hay un plan para acabar con Vox? También el PSOE les denunció por financiación y se les está investigando...
— No tengo ninguna duda de que hay un plan para acabar con Vox, porque, como decía, es hoy la verdadera piedra en el zapato de este Gobierno. Pero me alegro de que intenten hacer esa reforma legal, porque lo que demuestra es que no creen en la denuncia que plantearon en los tribunales. Si tienen que hacer una reforma legal es porque hemos actuado legalmente y, por lo tanto, su denuncia es puramente política. Tengo una gran tranquilidad con ese asunto.
En realidad, lo que tienen que hacer es no amenazar a los bancos y a las empresas españolas para que discriminen a Vox, porque si Vox ha tenido que pedir financiación exterior en un banco europeo, absolutamente legal, ha sido porque en España no lo ha obtenido. Y eso yo creo que nos tiene que hacer pensar. Cuando sale el presidente del Gobierno públicamente y pide a las empresas privadas españolas que actúen contra Vox, ¿está diciendo a las empresas privadas que actúen contra 4 millones de españoles? ¿Contra una parte de sus clientes? Es muy grave.
Y luego, cuando Vox va a pedir ayuda bancaria para una financiación de una campaña que luego puede devolver, se encuentra con dificultades. ¿Por qué? Por la presión del poder otra vez. Sánchez tiene un carácter absolutamente totalitario. Es un peligro para la democracia, para las instituciones, para la separación de poderes y para el Estado de Derecho. Y en eso Vox es perjudicado.
¿Para qué tenemos leyes de extranjería si cada dos por tres quieren hacer una regularización masiva? Nosotros no estamos para transigir con ese asunto
— Recientemente han organizado una jornada sobre la libertad de expresión y las amenazas que se ciernen sobre ella. Y aludían a las denuncias que se han presentado contra varios de sus portavoces por delito de odio, por ejemplo, contra José Antonio Fúster por nombrar a los detenidos de una noche en Barcelona, la mayoría extranjeros, y preguntar si se veía algún patrón. También contra Rocío de Meer o Isabel Pérez Moñino por alertar sobre los riesgos de la islamización…¿Qué supone esto?
— Supone un claro intento de amordazarnos porque saben que estamos diciendo la verdad y no quieren que sea escuchada. En su desesperación intentan cancelarnos, amenazarnos con querellas y denuncias. Todas han caído en saco roto. Probablemente querrán hacer reformas legales para que no podamos hablar. No debe resultar excesivo que digamos que están dispuestos a acabar con la libertad de expresión. Lo han hecho siempre donde han conseguido hacerse con el poder totalmente.
— Entrando en el fenómeno de la inmigración ilegal en Europa y concretamente en España, que parece no tener freno, plantea retos sociales de gran calado que ustedes han denunciado, desde la inseguridad, el colapso de los servicios públicos, la pérdida de la identidad nacional o incluso la conformación del censo electoral. ¿Con qué medidas concretas afrontaría Vox esta realidad?
— En primer lugar, lanzando un mensaje al mundo para que llegara a las mafias del tráfico de personas y a quienes pretenden venir aquí sin pedir permiso de que el que entra ilegalmente no tiene nada que hacer en España, que va a ser deportado inmediatamente si es detenido y que no tiene ninguna posibilidad ni de regularización ni de recibir ningún tipo de ayuda pública. Cualquier mensaje que no sea ese nos va a conducir a que aumente de manera permanente y probablemente exponencial la llegada de personas ilegalmente.
Nosotros salimos de los gobiernos regionales y hubo muchas risas y mucho desprecio a la posición de Vox. Se consideró una exageración porque ‘son 40 menas’. Ahora estamos hablando de 4.000, y dentro de poco hablaremos de 40.000. Y hemos decidido poner pie en pared.
La inmigración hay que regularla en función de las necesidades de la economía nacional y de la capacidad de adaptación de los inmigrantes que pidan venir. Y lo que tenemos que hacer si necesitamos que nazca más gente, no es importarla, sino que los jóvenes españoles puedan formar familias, acceder a una vivienda,... Esa es la prioridad de Vox.
Santiago Abascal, en la redacción de El Debate
A veces no hace falta ni reformar las leyes, basta con cumplir las propias. ¿Cómo es posible que el PP y el PSOE no quieran hacer respetar sus propias leyes de extranjería? ¿Para qué tenemos leyes de extranjería si cada dos por tres quieren hacer una regularización masiva? Nosotros no estamos para transigir con ese asunto. Y nos da igual lo que nos digan y quién nos lo diga.
— Y sobre la creciente islamización, vemos cómo se produce la coexistencia de dos culturas que ustedes han señalado que son incompatibles, como en lo que respecta al papel de la mujer o el respeto a los homosexuales. ¿Cree que estamos abocados a que nuestra cultura acabe siendo minoritaria en España en el futuro?
— Si lo pensase, probablemente dejaría esta lucha, pero no lo creo. Creo que podemos evitarlo y podemos revertirlo. Y por eso me dedico a lo que me dedico y por eso creo que tienen este compromiso, entre otras muchas razones, miles y miles de personas con Vox, porque tenemos esperanza en España y pensamos que lo que se ha degradado y se ha destruido se puede reconstruir. No estamos abocados a la islamización. Pero hay que evitarlo con convicciones y con toma de decisiones drásticas.