Desde 2021, han salido más etarras de las cárceles con la condena sin cumplir que con la pena cumplida

En una respuesta parlamentaria, el Departamento de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno Vasco ha asegurado que desde que el País Vasco tiene las competencias penitenciarias, esto es, desde octubre de 2021, han salido de las cárceles vascas un total de 40 presos con condenas relacionadas con el terrorismo.

Sin embargo, esta cifra demuestra que en este mismo periodo de tiempo son más los etarras que han salido de las cárceles vascas sin haber cumplido la condena, es decir, en tercer grado o en libertad condicional que los que se encuentran ya en libertad por haber cumplido la pena impuesta por la Audiencia Nacional, el tribunal que se encarga de juzgar los delitos de terrorismo.

De hecho, en la actualidad, un total de 48 presos etarras se encuentran en tercer grado, esto es, que pasan el día fuera de la cárcel y tan solo ingresan para dormir entre semana. Además, otros 22 presos se encuentran en libertad condicional, por lo que no pasan por las cárceles y normalmente se encuentran en sus domicilios con una pulsera telemática que les ubica en todo momento.

A éstos hay que añadir otros 17 presos que, tal y como desveló en exclusiva El Debate, aunque se encuentran en segundo grado, según el cual no deberían salir de prisión, se les aplica el artículo 100.2 del Régimen Penitenciario por el que salen cada mañana de la prisión sin cumplir los requisitos del tercer grado que les da este beneficio, y solo regresan para dormir de lunes a viernes.

Es decir, en total hay 87 presos que, aun teniendo una condena pendiente, pasan el día fuera de las cárceles vascas, más de doble de los que han salido por haber cumplido las condenas impuestas.

Además, hay varios etarras que, pese a haber cumplido las condenas impuestas por la Justicia española, se encuentran encausados por otros atentados terroristas que les podría hacer regresar a prisión. Son los pertenecientes a las distintas cúpulas etarras y que se les acusa de haber ordenado o no haber impedido la comisión de algunos asesinatos como los del concejal del PP en el Ayuntamiento de San Sebastián y presidente del PP vasco, Gregorio Ordóñez, o el del magistrado del Tribunal Supremo, José Francisco Querol.