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Carlos Solchaga posa para El Debate durante la entrevista mantenida en su domicilio de Madrid

Carlos Solchaga posa para El Debate durante la entrevista mantenida en su domicilio de MadridThorun Piñeiro

Entrevista

Carlos Solchaga: «El PSOE se tiene que plantear que un día Pedro Sánchez ha desaparecido y no ves nada alrededor»

  • «Si existe por parte de la oposición la idea de que la situación no es viable, tiene que presentar una moción de censura»

  • «Mientras las autoridades de seguridad garanticen el funcionamiento de las centrales nucleares, deberían continuar, y sería lo mejor para todos»

A la vuelta de la esquina, Carlos Solchaga dejará atrás los ochenta años, con el mismo espíritu irónico, su media sonrisa, que cuando fue uno de los hombres fuertes de Felipe González. Ministro de Industria y Energía (1982-1985), de Economía y Hacienda (1985-1993), o como simple diputado, le plantó cara al sector guerrista, devaluó hasta tres veces la peseta, y asumió su responsabilidad política por la conducta fiscal de Mariano Rubio. Eran los tiempos cuando se dimitía.

Desde que presentó «Las cosas como son», a finales de 2017, «prácticamente no ha dado ninguna entrevista en los últimos cinco años», no porque no siga observando la actualidad política, sino porque se retiró de la consultoría que fundó con su amigo de toda la vida, Pepe Recio, que se fue hace menos de tres años. A Solchaga no le gusta hablar de oídas, reflexivo y analítico en sus respuestas, el «llanero solitario» del PSOE, como se describía, que no aceptó ninguna puerta giratoria, vive rodeado de luz y de libros clasificados por todo tipo de temáticas y países, además de mucha literatura —desde Melville, Musil, Henry James, los hermanos Bashevis Singer, Philip Roth, Bellow, Wolfe, McEwan, Frazen, Naipaul, Tóibín, Grossman—.

Carlos Solchaga posa ante su extensa biblioteca en su vivienda de MadridThorun Piñeiro

— Treinta y un años desde que renunció a su escaño parlamentario, pensó que su retirada en política era temporal, ¿desapareció la nostalgia?

— Querer volver fue desapareciendo con el transcurso del tiempo, e incluso, en los últimos 15 años, he encontrado muchos estímulos para alejarme de la política en general, aunque el gusanillo por la cosa pública, por la dialéctica política del país, se te queda para toda la vida… Soy un observador cuidadoso de lo que pasa, preocupado por muchos temas, y relativamente optimista porque a pesar de todos los pesares, el país ha avanzado muchísimo a lo largo del último medio siglo.

— Menciona la dialéctica, actualmente hay poca…

— De fondo. Una cosa es que se hayan perdidos las formas, como está ocurriendo en nuestro país, y otra cosa es que con frecuencia the medium is the message; se cree que es más importante transmitir una imagen que discutir un argumento, y así los debates parlamentarios quedan reducidos a afirmaciones contradictorias.

— Como ministro de Economía y Hacienda, ¿es una irresponsabilidad y una falta de credibilidad para un Gobierno no presentar presupuestos?

— Los presupuestos tienen que presentarse todos los años. Y es razonable que si no se presentan pueda entenderse como una insuficiencia de apoyo parlamentario. ¿Esto debe llevar a una convocatoria de elecciones anticipadas? Debe juzgarse no a la luz de cuáles son las normas, sino a la luz de las alternativas que aparecen en los resultados electorales. En el caso de ahora, tendría que pasar algo verdaderamente milagroso para que el Partido Popular tuviera una mayoría absoluta para gobernar por sí mismo.

— La propia Constitución dice que el Gobierno tiene la obligación de presentarlos e incluso regula cuándo, antes del 1 de octubre, a este paso ni los del 2026…

«Si Trump fuera medianamente inteligente y honesto, se daría cuenta de que al final los aranceles los pagan los americanos con el impuesto indirecto»Carlos Solchaga

Los presupuestos que se podrán discutir, con un 95% de probabilidades, son los del año 2026, pero una cosa es lo que la Constitución prevea, y otra que exista un procedimiento de continuidad de los anteriores. Cuando se dice que es inconstitucional no presentar los presupuestos, no se dice la verdad, sino que es una situación poco común que debe ser transitoria.

¿Cómo afecta al país gobernar con el presupuesto de 2023?

— Puede ser paradójico, pero puede ser bueno, a lo mejor determinadas tendencias de aumento del gasto no se pueden llevar a cabo sin un nuevo presupuesto. Eso no quiere decir que cuando yo era ministro de Economía y Hacienda, me hubiera agradado gobernar sin presupuestos, quería que los hubiera, aunque algún año por razón de calendario electoral hubo que prorrogarlo durante algunos meses.

— Pero eso es otra historia, aquí no se presentan porque depende de los siete votos de un prófugo de la Justicia como es Carles Puigdemont.

— De esos siete votos, de los de ERC, de UPN, y de muchos más, porque cualquiera puede cambiar el sentido del voto. Esos siete votos son muy importantes, porque le damos mayor relieve, pero son absolutamente iguales que los otros, por tanto, la pregunta es un poco tramposa. En realidad, no es agradable, y no porque dependa de unos señores que son independentistas, y que tuvieron un comportamiento realmente lamentable por el que fueron condenados, sino porque es mejor tener respaldo suficiente para la política general del Estado.

Carlos Solchaga, durante un momento de la entrevista con El DebateThorun Piñeiro

— Hemos normalizado que el Gobierno tenga que estar pendiente de Junts…

— Para una situación como esta, lo que dispone la Constitución es la cuestión de confianza, la moción de censura o que el presidente convoque elecciones. Todo lo demás es darle vueltas. Si existe por parte de la oposición la idea de que la situación no es viable desde el punto de vista de la buena gobernación del país, tiene que presentar una moción de censura. ¿Por qué no se presenta? Porque no hay una alternativa política, y porque hoy por hoy, el resultado de equilibrios de coaliciones sigue siendo el mismo.

— ¿Qué ocurre con la vivienda en España? Desde el 2018 el Gobierno de Pedro Sánchez ha realizado unos 17 anuncios de creación de viviendas, el último ha sido de 1.300 millones para impulsar la construcción de 15.000 viviendas modulares…

El sistema de viviendas en su conjunto está sometido a muchas tensiones. Después del exceso de oferta que llevó a la quiebra a tanta gente, ha habido una enorme retracción de parte del sistema financiero de prestar a los promotores y constructores, y ha tardado mucho en recuperarse. En el ínterin, las legislaciones no le han dado mucha seguridad al propietario, al arrendador, y se ha notado una falta de retraimiento de la oferta de alquiler. Ante este panorama hay quien cree que la salida puede ser intervenir más el mercado bajo la advocación de que la vivienda no es solamente la mera propiedad, sino que es un derecho, pero es uno de los derechos que reconoce la Constitución como desiderátum… Lo que sé que no funciona es una legislación intervencionista, y es un enfoque equivocado la pretensión de que estamos ante un bien de otra naturaleza.

«Hay que ver la alegría con la cuál la derecha siempre acoge las manifestaciones de García Page»Carlos Solchaga

— Con una deuda pública que sube y marca nuevo récord, ¿España va como un cohete?

— Son amores distintos, qué diría aquel. España va o no como un cohete dependiendo de que crezca más que su entorno; tenga una balanza de pagos que demuestra que eres productivo, por tanto, exporta más de lo que importa; crea empleo, y todos estos factores ocurren sin inflación, y sin que la deuda pública crezca. Si lo llamas ir como un cohete, depende del grado de entusiasmo del autor de la frase, pero España va bien.

— Una de las joyas de la corona del Gobierno de Felipe González, la Alta Velocidad de RENFE, puntual como un reloj suizo, ahora no hay día que no llegue con retraso…

— No es lo mismo gestionar 500 kilómetros de vía, que era el AVE de la época de Felipe González, que gestionar miles de kilómetros de vía. El problema grave está en los Cercanías, que deriva de la atención excesiva de los diversos Gobiernos por las inversiones de Alta Velocidad para que llegara a todas las capitales de provincia, sobre las necesarias inversiones en los alrededores de las grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia… Ha habido una planificación a medio y largo plazo inadecuada. Y, sin mencionar ninguno, hay trayectos de Alta Velocidad que no se pueden justificar por la tasa de retorno que tiene esas inversiones.

— Estamos viviendo un cambio del orden mundial. Trump ha cerrado la puerta a Europa…

— Estados Unidos ha dado una patada al sistema de relaciones internacionales. Cuando un país hegemónico hace esto, los demás no tienen más remedio que considerar cuál es su posición en el mundo. La guerra arancelaria es un tema disparatado e indigno que lleva a una situación muy delicada. Si nos van a poner muchas dificultades para exportar a Estados Unidos, me veo obligado a replicar con nuevos aranceles y buscar nuevos mercados, porque no le voy a decir a mis fábricas en Sevilla que vamos a dejar de fabricar porque el señor Trump ha decidido que sube al 50% los aranceles… A Trump le interesa porque piensa que, si consigue sacar mucho dinero en frontera, podría bajar los impuestos internos sin aumentar el déficit. Pero si fuera medianamente inteligente y honesto, se daría cuenta de que al final los aranceles los pagan los americanos con el impuesto indirecto.

Carlos Solchaga, durante la entrevista con El DEbateThorun Piñeiro

— España ha movido ficha acercándose a China…

— Una cosa es que coincidiera un viaje del presidente con China, pero no fue a propósito. Algunos proyectos de inversión chinos son importantes y ningún gobernante los dejaría pasar desapercibidos. Y por el tamaño que tenemos en el conjunto de la Unión Europea, tampoco seríamos capaces de arrastrar a una posición pro China, porque nos conviniera. Eso es pura propaganda para decir que Pedro Sánchez, que tiene todo el conjunto de defectos según la derecha, además es pro chino.

— En el PSOE de Felipe González se discutía y se disentía, tanto dentro como fuera del partido, ¿eso ya no existe?

— Diría que discutir, sí se discute. Hay que ver la alegría con la cuál la derecha siempre acoge las manifestaciones de García Page. O incluso cuando Ayuso trata de imponer su punto de vista en el PP, aunque a continuación diga que apoyará a Feijóo. Lo que es verdad es que gran parte del debate interno se ha ido perdiendo con el transcurso del tiempo, y ha disminuido en el seno del PSOE, pero desgraciadamente no es el único lugar donde esto ocurre.

— Tras dejar su escaño, no aceptó distintos puestos que le ofreció su partido…

— Nunca he tenido un puesto público. Me fui. No entré ni en un sitio ni en otro.

El debate enérgetico

— Se podría decir que otra de las causas del apagón es el efecto colateral de las puertas giratorias, una registradora de la propiedad dirigiendo Red Eléctrica…

— Llama la atención, aunque hay que aceptar, como dijo Ciro Alegría, que el mundo es ancho y ajeno. En mis tiempos, el director del Tesoro en Inglaterra estaba doctorado en Teología en Oxford. La gente puede hacer una cosa y otra, y no estoy hablando a favor de la actual presidenta de Redeia, que por cierto es una empresa que inventé cuando era ministro de Industria y Energía, y cuya evolución es cada vez más compleja con la aparición e integración de nuevas fuentes de energía.

— Quizá la estabilización del sistema para que no colapse es el mix de renovables y energía nuclear…

— Es un tema de ingenieros. Otra cuestión al margen de que el mix pueda ser mejor de una forma u otra, es que tiene sentido que mientras las autoridades de seguridad garanticen el funcionamiento de las centrales nucleares, deberían continuar, y sería lo mejor para todos.

Carlos SolchagaThorun Piñeiro

— Teresa Ribera continúa con la política de mantenimiento de las nucleares en Europa…

— Pero mira lo que hicieron los alemanes. El disparate en el que se metieron ellos y nos han metido a todos, porque después del accidente de Fukushima tras el tsunami de Japón, decidieron cortar la nuclear, y han pasado a una dependencia total del gas y del petróleo ruso. En Europa no sé lo que harán, sí lo que harán los franceses, que será mantener como sea la energía nuclear.

— ¿Cobrar impuestos hasta por el Salario Mínimo Interprofesional no es de un Gobierno progresista?

— Todo lo contrario. Pagar impuestos está muy bien, y lo debería pagar todo el mundo, excepto casos absolutamente claros de insuficiencia. Todo el mundo debe ser contribuyente, incluso cuando la declaración de la renta resulte no un pago, sino una percepción. Todo el mundo debería estar en el sistema, y pagar hasta por el SMI.

— Sus compañeros del PSOE le reprochaban su «delirio liberal» …

— He sido siempre liberal, y como le gustaba decir a Indalecio Prieto, soy socialista a fuer de liberal. Y en una sociedad desigual, las oportunidades se aseguran con un sistema de bienestar que se financia a través de impuestos. Lo que no puede ser es que el estado del bienestar, con el fin de cubrir las necesidades de todo el mundo, sustituya a la iniciativa privada, el esfuerzo o el mérito. Ese sería un mal camino. Nunca me ha preocupado que me llamen liberal, porque he sabido que soy un socialdemócrata liberal. Y me ha parecido encontrar entre mis compañeros del partido, algunos grupos que creían que ser de izquierdas pasaba por ser siempre partidario del Estado y en contra de las libertades económicas, que estaban profundamente equivocados sobre cuál debía ser la configuración de un país moderno y más justo.

— Pero antes de ser liberal, fue trotskista…

— Fui trotskista durante un tiempo por asco digamos del estalinismo. Y después de la carrera, me hice totalmente descreído de cualquier procedimiento revolucionario. Llegue a la conclusión de que ninguna de las revoluciones cumple lo que promete y además suele llevar a cabo un coste elevadísimo.

Con Fidel Castro

— Recuerdo cómo describe un viaje a Cuba para debatir con Fidel Castro sobre qué podían hacer para que hubiera crecimiento económico y usted cogió la palabra y hablo más tiempo que Fidel…

— Estaban sorprendidos todos allí en el Palacio de la Revolución. Desde entonces han pasado la tontería de más de tres décadas, y no es que las cosas sigan igual, sino que están peor. La gente ya no sabe qué hacer. Lo que han hecho con Cuba es para echarse a llorar.

— «El guerrismo no es una ideología, sino una forma de actuar», ¿le ocurre lo mismo al sanchismo?

— El sanchismo no es una ideología. ¿Existe el sanchismo? Existe una forma muy peculiar de liderar el PSOE que es la que tiene Pedro Sánchez, que se caracteriza porque el debate interno es muy bajo, y en lo que se refiere a la labor de Gobierno, Sánchez quiere ser prácticamente el referente de todas las políticas y la mayor parte de los ministros pasan desapercibidos. Un inconveniente es que quiere ser el niño en el bautizo y el muerto en el entierro. Todo lo que pasa por el Gobierno parece que se lo atribuye o anuncia él. Es un error por su parte, porque el PSOE, en el que sigo como militante, se tiene que plantear que un día Pedro Sánchez ha desaparecido, y no ves nada alrededor. Tendremos que inventar un Feijóo.

Escándalos

— Está ahora el escándalo de los whasapps de Ábalos con Sánchez, aunque estas filtraciones no son nuevas, en 1991, las conversaciones de Txiki Benegas fueron filtradas por la Cadena Ser.

— Es la misma línea. En aquel momento fue la Cadena Ser, y quien hubiera tenido la oportunidad también lo hubiera hecho, es la tentación permanente de entrar en el saber arcano de las relaciones de poder. Cuál es la diferencia con la actualidad, que la difusión una vez que has llegado a ella, es un millón de veces mayor, y es más complicado de gestionar.

— Cuando presentó «Las cosas como son» decía que «el hermano de un vicepresidente de un Gobierno no puede tener un despacho volcado en el tráfico de influencias», ¿y de un presidente del Gobierno?

— De lo poco que conozco, tengo la impresión de que es una causa abierta.

Carlos Solchaga conversa con la periodista Marisa Gallero durante la entrevista en su vivienda de MadridThorun Piñeiro

— Se puede extrapolar ese caso con la trama de Ábalos.

— Aquello eran pequeños favores, nadie se hizo millonario, sino que eran cosas que habían hecho de aquí y allá… Y en ese caso estamos hablando de cantidades que pueden ser importantes, según hasta que se demuestre el cohecho u otro delito.

— Si eres la mujer del presidente, y se reúne con empresas como Indra o Google, le atienden porque no deja de ser la mujer del presidente.

— Es posible que sí. ¿Pero qué hay de malo en ello? Eso estaría muy mal si como contrapartida ellos recibieran alguna ventaja en la cual hubiera influido la mujer del presidente. Si no, ¿qué vamos a hacer con las mujeres de los presidentes? ¿Qué se queden en casa?

— Sigue teniendo relación con Felipe González.

— Sí, nos seguimos viendo aquí y allá, pero no hacemos vida de amigos, de vernos con mucha frecuencia, más bien coincidimos… Con los que me veo con mucha frecuencia son Claudio Aranzadi, Joaquín Almunia y Tomás de la Cuadra… o Narcís Serra cuando voy por Cataluña.