El alcalde de Bilbao denigra con comentarios racistas al sur de España

El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto (PNV) aseguró este jueves que «no quiero que Bilbao se convierta en ningún pueblo del sur del Estado», por supuesto sin decir la palabra «España», como buen nacionalista, y se quedó tan ancho.

Se refería así al comienzo de las fiestas de Semana Grande de la capital vizcaína que se iniciarán este sábado 16 de agosto con la salida al balcón del Teatro Arriaga de Mari Jaia.

Pero si ya de por sí esas palabras sonaban denigrantes para los pueblos y ciudades del sur de España, el alcalde de Bilbao las remató con un «no quiero que en Bilbao no se tenga respeto a la Policía Municipal o a la Ertzaintza», como si en los pueblos y ciudades de España no se respetara a los agentes de la autoridad.

Y lo dice el alcalde de una ciudad donde día sí y día también aparecen pintadas insultantes contra la Policía Nacional y la Guardia Civil, donde día sí y día también se recuerda y homenajea a los terroristas de ETA.

Y para mayor insidia, el alcalde de Bilbao realizaba estas declaraciones racistas en la presentación de la campaña que cada año lanza el Ayuntamiento de Bilbao contra las agresiones machistas y para fomentar la tolerancia. Así que Aburto pretendía fomentar la tolerancia proclamando que «no quiero que Bilbao se convierta en ningún pueblo del sur del Estado».

En realidad, estas desafortunadas palabras del edil vizcaíno pretendían referirse a los sucesos ocurridos en Torre Pacheco (Murcia) donde se produjeron diferentes disturbios a raíz de la paliza que un marroquí propinó a un vecino de la localidad. O a lo ocurrido en Jumilla, donde, visto lo visto, el PNV, el partido de Sabino Arana, compró el mensaje de la izquierda de que PP y Vox habían pactado prohibir los ritos musulmanes en los edificios públicos, a pesar de que la propia alcaldesa de la localidad murciana ha asegurado por activa y por pasiva que ni se han prohibido los ritos musulmanes ni ha existido ningún pacto entre Vox y el PP.

Aburto puso a los pueblos del sur de España como ejemplo de intolerancia cuando hace apenas dos meses que en Beasain señalaron desde megafonía y expulsaron del recinto festivo a un ertzaina que disfrutaba de paisano de las fiestas, cuando hace apenas unas semanas, decenas de radicales asaltaron la comisaría de la Policía Local de Azpeitia y cuando hace menos tiempo todavía amenazaron de muerte al consejero de Seguridad del Gobierno vasco, Bingen Zupiria en Hernani, su propia localidad natal.