Terrorismo
Unas 20.000 personas, según la Policía Municipal, se han manifestado este sábado en Bilbao para celebrar el final de la política de dispersión de presos de ETA que los distintos gobiernos españoles han llevado a cabo desde hace décadas en su lucha contra el terrorismo etarra, toda vez que aun quedan 379 asesinatos cometidos por la banda sin resolver.
Una política que el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha abandonado en favor del acercamiento, condicionado por el apoyo de Bildu al Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos. Para muestra, un botón: cuando Sánchez llegó al poder, hace cuatro años, solo había tres reclusos etarras en el País Vasco y Navarra. Hoy ya son 147, el 91 % del total.
Apenas 14 terroristas permanecen en prisiones de otras comunidades autónomas, lo cual ha llevado a que la manifestación reivindicativa anual que realiza la izquierda abertzale por estas fechas para pedir la amnistía o el acercamiento este año ha sido más festiva y triunfalista que reivindicativa.
La marcha en favor de los presos de ETA ha sido organizada por la red Sare bajo el significativo lema «Etxera bidea gertu» (cerca del camino a casa).
Entre apelaciones a seguir adelante y gritos de apoyo a los presos y en favor de su regreso «a casa» y de la «amnistía», los organizadores han resaltado que se viven los últimos estertores de la dispersión, según recoge Europa Press.
En la movilización han tomado parte representantes de EH-Bildu, como Arnaldo Otegi, Podemos, ERC, Junts, CUP y BNG, así como de los sindicatos ELA, LAB, UGT, Steilas, ESK, EHNE, Etxalde, Hiru, CNT y CGT.
Por su parte, PNV y CC.OO. se han adherido a la reclamación, aunque han rehusado participar en una marcha a la que han asistido conocidos líderes independentistas catalanes como el exportavoz de ERC en el Congreso de los Diputados Joan Tardà o la expresidenta del Parlament Carme Forcadell.
«Salimos de una etapa complicada, una larga etapa que hemos ganado después de 34 años; por fin el alejamiento ha tocado prácticamente a su fin, pero nos queda todavía un largo camino por recorrer, que es la necesidad de traerlos a casa», ha señalado el portavoz de Sare, Joseba Azkarraga.
Este objetivo se conseguirá «cuando los jueces y los fiscales dejen de retorcer las leyes» y permitan que se aplique la legislación «ajustándola al momento que se vive», han aseverado. «Pero también, que se ajuste de tal forma que la venganza y el odio se destierre para siempre y que la ley se utilice exclusivamente para posibilitar la convivencia en este país», ha añadido.
En el comunicado final, los proetarras han resaltado que 34 años después del inicio de la política de alejamiento se ha ganado «entre todos esta etapa». «No tuvieron en cuenta la firme voluntad de la sociedad vasca de plantar cara, democráticamente, a esta vulneración de derechos», han resaltado.
«Vamos ganando la batalla contra la venganza... estamos ganando la batalla contra el odio y la revancha. Porque creemos en nuestras propias fuerzas y además continuamos avanzando. Lentamente, pero avanzamos», han reconocido, antes de pedir que es «este pueblo quien debe poder decidir cómo y cuándo vuelven a sus casas y se reincorporan a la sociedad».
Según los cálculos de Sare, «con la aplicación de la política penitenciaria ordinaria, el 64 % de estos presos», un total de 110, «podrían estar en semilibertad o incluso en libertad condicional», han asegurado los proetarras, en declaraciones recogidas por Efe. Unas exigencias que no son en absoluto descartables, dado el historial del Ejecutivo de Sánchez y sus cesiones al independentismo vasco y catalán.
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