Los ministros con más papeletas para caer en la tan rumoreada crisis de Gobierno

Las tres vicepresidentas y los otros 19 ministros de Pedro Sánchez se reencontraron hoy en la Moncloa sin saber qué será de cada uno de ellos. Y de ellas. Como contó El Debate este martes, hay un runrún creciente en el PSOE en este inicio de curso: los socialistas especulan con la posibilidad de que el presidente acometa una remodelación de su Gobierno que lleva tiempo posponiendo.

Pero, ¿quiénes serían los ministros con más papeletas para abandonar el Ejecutivo si Sánchez decide finalmente hacer un plan renove? De entrada, ninguno de Sumar, puesto que Sánchez no puede quitar ni poner ministros de su socio de gobierno. Es parte del acuerdo de investidura. Ni Ernest Urtasun, ni Sira Rego, ni Pablo Bustinduy, ni Mónica García, ni obviamente Yolanda Díaz.

Así que la lista se reduce a los ministros del PSOE, con un par de excepciones: Sara Aagesen y Carlos Cuerpo, responsables de Transición Ecológica y Economía, respectivamente, llevan poco en el Gobierno y no han tenido tiempo de quemarse. No están en las quinielas. Tampoco lo está la ministra de Defensa, Margarita Robles, con el mundo convertido en un polvorín.

El eterno superviviente de todas las remodelaciones hasta ahora ha sido el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, tan cuestionado por amplios sectores de la Policía Nacional y de la Guardia Civil como blindado por Sánchez. ¿O ya no? Tantas veces se ha dado por hecha su salida que ya nadie en el PSOE se atreve a vaticinarla.

Quemado está también Óscar Puente, el mismo que encargó una auditoría que concluyó que estaba todo perfecto tras el paso de José Luis Ábalos por el ministerio. No obstante, el ministro de Transportes no arreglará el caos ferroviario, pero desempeña con ahínco su papel de azote de la oposición.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, está señalada desde que Sánchez la sacó de la Comisión Ejecutiva Federal del partido en diciembre, entre rumores sobre su decepción con el trabajo de la vallisoletana. Su colega de Vivienda, Isabel Rodríguez tampoco tiene asegurada su continuidad: la vivienda continúa siendo el talón de Aquiles del Gobierno, pese a la promesa del presidente de poner en el mercado esta legislatura 184.000 viviendas para el alquiler asequible.

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha sido el gran ausente en medio de la oleada de incendios. Planas lleva en el Gobierno desde el principio, desde junio de 2018, pero… ¿se le habrá acabado el crédito? Al titular de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, irónicamente lo respalda el contexto internacional tan volátil, aunque sin llegar a ser un seguro de vida. Y a Elma Saiz, responsable de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, le ocurre lo contrario: sus antecedentes como consejera de Economía y Hacienda del Gobierno de Navarra y su relación con Santos Cerdán juegan en su contra.

Nadie apostaría por la salida del ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, pero cabe recordar que los caminos de Sánchez son inescrutables. Ya demostró en la remodelación que llevó a cabo en julio de 2021 que con él no hay intocables. Se quitó de en medio a la entonces vicepresidenta primera, Carmen Calvo, a Ábalos (después se ha sabido por qué) y hasta a su jefe de Gabinete y alquimista de la moción de censura que lo llevó a él a la Moncloa, Iván Redondo.

¿Y qué pasa con los ministros candidatos? Parece que el momento de marchar no ha llegado aún para María Jesús Montero, Óscar López, Pilar Alegría, Diana Morant y Ángel Víctor Torres. Simplemente porque sería dilapidar antes de tiempo la ventaja que les da tener foco nacional, partida presupuestaria propia en sus respectivos ministerios y el BOE.

Solo Sánchez puede sacar de dudas a sus ministros.