Pedro Sánchez, durante la presentación de su pacto de Estado
Inicio de curso
Sánchez presenta 10 medidas de trazo grueso contra la «emergencia climática» y promete ahora escuchar al campo
El presidente ignora las 50 propuestas que Feijóo le hizo la semana pasada y apuesta, entre otras, por la creación de una Agencia estatal de protección civil y de emergencias
Solía Pedro Sánchez estrenar el curso político en la Casa de América, o en el Ateneo de Madrid, o en el Instituto Cervantes. En auditorios con cierto glamour y ambiente cálido. Sin embargo, este año el presidente optó -o lo decidieron por él- por la frialdad del auditorio del Ministerio de Economía, el mamotreto arquitectónico del número 162 del Paseo de la Castellana, símbolo como pocos de la burocratitis de la Administración General del Estado.
Allí, delante de todos los ministros del PSOE y de muchos secretarios de Estado socialistas, así como de Yolanda Díaz y Ernest Urtasun en representación del ala de Sumar, y de los líderes sindicales de UGT y CCOO, Sánchez presentó y defendió la necesidad del pacto de Estado por la emergencia climática del que el Gobierno llevaba las dos últimas semanas hablando sin concreción alguna. Y acuñó términos mucho más allá del de «emergencia climática». Términos como «estrés térmico», «refugios climáticos», «resiliencia hídrica», «agroforestería» y «corredores de sombra».
Varios de los ministros asistentes
Un pacto que el presidente deseó que sea un «proceso democrático, abierto y absolutamente participativo». Por eso pidió a los partidos: «No polaricemos con esto, dejémoslo al margen de las disputas territoriales, competenciales y políticas». No obstante, en una semana no ha respondido a las 50 medidas que Alberto Núñez Feijóo hizo el lunes pasado.
Sánchez enumeró los diez puntos de su propuesta abierta, de trazo grueso y contradictoria. Porque por una parte apostó por «escuchar la voz no solo de los ecologistas, sino del sector primario» -un clamor en la España rural tras lo ocurrido este verano-, pero, por la otra, pidió acelerar la transición ecológica española.
Entre el decálogo de propuestas que desgranó el presidente destaca la creación de una Agencia estatal de protección civil y de emergencias. También, crear fondos con recursos permanentes a nivel estatal y autonómico para acelerar la reconstrucción y prevenir las tragedias. Asimismo, aumentar y mantener los medios técnicos y humanos para la lucha contra incendios. También, un modelo de gestión forestal adaptado a la realidad climática. Además, una Estrategia nacional de resiliencia hídrica, crear una amplia red de refugios climáticos en el país, reconocer y potenciar el papel esencial del mundo rural, promover una cultura cívica de prevención, protección y reacción y acelerar nuestra transición ecológica.
Sánchez lamentó que, en los últimos cinco años, España ha gastado 32.000 millones de euros en paliar las desgracias provocadas por el cambio climático, lo mismo que en educación. Además, recordó que España ha sufrido 130 incendios, que han arrasado 330.000 hectáreas. Seis veces la isla de Ibiza. El presidente reiteró que, desde el «primer momento», el Gobierno movilizó todos los recursos humanos y materiales a su alcance: 3.400 miembros de la UME, 26.000 de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, 650 brigadistas forestales y 300 efectivos europeos, enumeró.
Y también citó los factores que, a su juicio, provocaron esta «terrible ola»; y de los que culpó subliminalmente a los presidentes regionales del PP. Primero citó una «política de prevención claramente insuficiente», con falta de planes y de plantillas, «que no estaban lo suficientemente dotadas». En segundo lugar, apuntó a la «gestión del territorio inadecuada», con montes cargados de biomasa, caminos sin cortafuegos, municipios despoblados e infraestructuras obsoletas. Y, en tercer lugar, señaló a la «emergencia climática».